"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

martes, 12 de mayo de 2015

El Papa señala a los obispos del Congo “la proliferación de las sectas” como un importante reto pastoral.


El santo padre Francisco ha destacado el papel de la Iglesia en la reconciliación del Congo tras la grave crisis de los años 90. En el discurso que entregó a los obispos de la Conferencia Episcopal de este país al finalizar su visita ad limina el pasado 5 de mayo, el Papa subraya también la vitalidad de la Iglesia católica en esta nación y la entrega de los pastores a la obra de evangelización, tal como informa la agencia Zenit. Además, Francisco exhorta a los obispos a que como pastores, sigan asegurando que el ministerio social “se realiza cada vez más en el espíritu del Evangelio y se perciba cada vez mejor como una obra de evangelización, y no como la acción de una organización no gubernamental”.

Por otro lado, observa que en algunos sectores de la sociedad, las heridas causadas por la grave crisis que afectó al Congo a finales de 1990 han dejado profundas cicatrices que pueden no estar todavía completamente curadas. Por eso, Francisco afirma que en este ámbito en particular, la Iglesia recibió la misión de reconciliar los corazones, acercar las comunidades divididas y construir una nueva fraternidad arraigada en el perdón y la solidaridad.

Comunión eclesial y sectas

Según leemos en la traducción del discurso papal divulgada por Ecclesia, Francisco señaló a los prelados que “la comunión eclesial debe manifestarse con igual concreción en el ejercicio de la dimensión profética de vuestro ministerio pastoral. Importa, en efecto, que podáis, con una sola voz, decir palabras rotundas, inspiradas en el Evangelio, para orientar e iluminar a vuestros compatriotas sobre todo aspecto de la vida común, en momentos difíciles para la nación o cuando las circunstancias así lo exijan”.

En este sentido, prosiguió, “han de proseguir vuestros esfuerzos con vistas a una concertación cada vez mayor, ya que la unidad en la diversidad es, al mismo tiempo, una de las notas características y una de las exigencias de la Iglesia en su calidad de Cuerpo de Cristo. Dicha cohesión no sólo os permitirá defender siempre el bien común y el bien de la Iglesia ante toda instancia, sino que favorecerá también vuestros esfuerzos por afrontar juntos los numerosos retos pastorales, entre los cuales no es el menor la proliferación de las sectas”.

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