El horrible y pavoroso ídolo conocido como "Santa Muerte", "Niña blanca", o "San La Muerte" esconde tras de sí un no menos espantoso y horrible culto al demonio. Muchas personas, ignorantes -o no- de la siniestra realidad de este ídolo infernal, se realizan tatuajes en sus cuerpos, sin darse cuenta de que con esta actitud, abren las puertas de par en par al Príncipe de las tinieblas, quien no tardará mucho en poseer sus cuerpos y dominar a placer sus inteligencias y voluntades, conduciéndolos a obrar toda clase de crímenes, maldades, y abominaciones.
Llevar tatuada una imagen de la "Santa Muerte" quiere decir invocar explícitamente su maligna presencia, y este es el motivo por el cual un cristiano no puede, bajo ninguna circunstancia, ni siquiera mínimamente dirigirse a este ídolo satánico.
El católico tiene una protección especialísima del cielo, y son el Escapulario de la Virgen del Carmen, el uso de la medalla de San Benito, el agua bendita, el aceite y la sal exorcizados, además de la oración a San Miguel Arcángel, Jefe de la Milicia celestial y vencedor, con el poder de Jesucristo, del Príncipe de las tinieblas.
Ofrecemos el siguiente artículo, publicado en el portal católico Aleteia y luego en infories.com, para ilustrar un poco más acerca de este espantoso ídolo demoníaco conocido como "Santa Muerte".
por Luis Santamaría
El portal católico Aleteia acaba de publicar un artículo muy esclarecedor sobre el culto a la Santa Muerte, escrito por el sacerdote mexicano Jorge Luis Zarazúa, de los Apóstoles de la Palabra y miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES). Por su interés, lo reproducimos a continuación.
¿Es cristiana la veneración de la Santa Muerte?
Las personas que veneran a la así llamada “Santa Muerte” la presentan como una «entidad espiritual» que ha existido siempre, desde el principio de los tiempos hasta nuestros días. De hecho, dicen que es la entidad espiritual más poderosa que existe.
Afirman que esta entidad espiritual maneja una energía denominada «energía de la muerte», capaz de materializarse en una figura, que concentra tanto la fuerza creadora como la destructora del universo. Según ellos, el que cree en la «Santa Muerte» puede aprender a manejar esta fuerza, que emana de sus imágenes consagradas, puesto que la Niña Blanca (otro de sus nombres) es una de las protecciones más fuertes que existen.
1. ¿Por qué la veneran tanto?
Para sus devotos, «la Señora», como la llaman afectuosamente, es capaz de aparecerse y manifestarse corporalmente o imprimir sus imágenes en diversos lugares. En libros y revistas en los que se promueve su culto, narran las supuestas intervenciones milagrosas que han vivido, en las que la «Santa Muerte» los ha librado de múltiples peligros y les ha ayudado a resolver problemas complicados, relacionados con la salud, el dinero y el amor.
Otro dato importante: los que practican el culto a la llamada «Santa Muerte» lo hacen porque, supuestamente a “ella” se le puede pedir de todo: hay gente que pide favores o milagros para tener trabajo, salud o comida, pero también hay personas que piden el poder económico, político o criminal, quienes curiosamente le solicitan venganzas o muertes, además de éxito en sus actividades relacionadas con el crimen organizado.
Lo que nunca se atreverían a pedir a Dios, a la Santísima Virgen, a los ángeles y a los santos, se atreven a pedirlo a la así llamada «Santa Muerte». No extraña, pues, que el culto a la «Santa Muerte» se relacione con personas que viven en situaciones de alto riesgo y con la delincuencia esporádica u organizada. Sus devotos suelen portar un dije o un escapulario ostensible con esta imagen. Hay muchos que se hacen un tatuaje en la piel. La llevan los militares, los policías, los narcotraficantes, los delincuentes y las sexo-servidoras, aunque como en todas las reglas, existen excepciones. La Santa Muerte es un símbolo que parece identificar a personas que viven entre lo legal y lo ilegal.
2. ¿Es cristiana la veneración a la Santa Muerte?
La veneración a la llamada «Santa Muerte» no es cristiana, más bien está relacionada con las llamadas ciencias ocultas, el espiritismo, la magia, la brujería y el esoterismo. Algo completamente al margen de la fe católica, que prescinde del aspecto ético y tolera, promueve y apoya conductas delictivas.
Echemos un vistazo a la siguiente «oración» en honor de la «Santa Muerte»:
«Oh, Santa Muerte, protégeme y líbrame de mis enemigos presentes y futuros, enférmalos, inutilízalos, súmelos en la miseria, mátalos, hazlos picadillo con tu sacrosanta guadaña. Te pido poder contra mis adversarios. Que no me calumnien, que no me quiebren, que no me arresten, que no me torturen, que no me maten. Te pido, Santa Muerte mía, que no me desampares ni de noche ni de día, y que me defiendas de la traición de amigos y enemigos. También te imploro la muerte violenta de los que buscan mi mal. Llévatelos a la Casa Obscura, al hoyo de hielo. Llévatelos a la Casa de los Murciélagos Apestosos donde chillan y revolotean hacia ninguna parte los heridos de bala y de nariz explotada por la cocaína. Llévatelo a la Casa de Los Cuchillos, donde resplandecen las armas blancas en perpetuo movimiento de ensartado. Todo lo puedes, Santa Muerte, concédeme este favor y te promete honrarte con mis actos que te lleven más hijos a tu morada. Amén».
Como puede verse, se trata de un culto completamente alejado de las enseñanzas de Jesús, que conocemos por la predicación en la Iglesia católica.
3. ¿Cuándo y dónde inició este culto?
Su origen es incierto. Hay quienes afirman que es un culto de origen prehispánico o de origen africano. Algunos estudiosos creen que este culto inició de manera más abierta hacia 1950 en la república mexicana, especialmente en tres estados (Veracruz, Hidalgo y Zacatecas) y el Distrito Federal (el barrio bravo de Tepito), aunque su origen está en un grupo religioso sincrético llamado espiritualismo trinitario mariano.
4. ¿Por qué se ha difundido mucho este culto?
Por su extremo parecido a la religiosidad popular católica, por el uso de imágenes, altares, veladoras, flores, procesiones, etc. De hecho, muchos católicos de Iberoamérica creen que se trata de algo aprobado por la Iglesia y piensan que la «Santa Muerte» es un santo más de la Iglesia Católica. Muchos la veneran a la par de San Judas Tadeo o San Chárbel.
Por otra parte, para quienes lo promueven, el culto a la llamada «Santa Muerte» representa una fuente importante de ingresos constantes, por la credulidad, la ignorancia y la buena fe de los devotos, que adquieren todo lo relacionado con ella.
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