"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

jueves, 23 de junio de 2022

Razones por las que la Fogata de San Juan es un rito pagano que NO debe ser practicado por los católicos

 



Antes de entrar propiamente en tema y para poder entender las razones por las cuales el católico debe rechazar de plano este ritual, recordemos la definición de “superstición”, según el Catecismo de la Iglesia Católica. Según el Catecismo, en su numeral 2111, la superstición es “la desviación del sentimiento religioso y de las prácticas que impone. Puede afectar también al culto que damos al verdadero Dios, por ejemplo, cuando se atribuye una importancia, de algún modo, mágica a ciertas prácticas, por otra parte, legítimas o necesarias. Atribuir su eficacia a la sola materialidad de las oraciones o de los signos sacramentales, prescindiendo de las disposiciones interiores que exigen, es caer en la superstición (cfr. Mt 23, 16-22)”.

Entonces, el Catecismo define a la superstición como una “desviación” –en otras traducciones se dice “perversión”- de la religión y de su práctica y puesto que nuestra religión católica está dirigida a adorar y honrar a Dios Uno y Trino, la superstición es un pecado directo contra el Primer Mandamiento, desde el momento en que afecta al culto debido que el Verdadero y Único Dios se merece. La superstición pervierte o desvía el acto religioso de culto dirigido al Verdadero y Único Dios –la Santísima Trinidad-, para orientarlo a algo –o alguien, el Ángel caído- que no es Dios, realizando prácticas –el ritual supersticioso- que no se origina en Dios ni conduce a Dios.

Existen muchas prácticas supersticiosas –el ojo turco, la mano de Fátima, la cinta roja contra la envidia-, que son diabólicas implícitamente y otras que son directamente diabólicas –el culto al Gauchito Gil, a la Difunta Correa, a San La Muerte-; dentro de las primeras se encuentra el ritual pagano de la “Fogata de San Juan Bautista” y en esta última nos detendremos brevemente. Por un lado, para justificarla, se atribuye su origen a una supuesta “tradición”, según la cual, el padre de San Juan Bautista, Zacarías, “ordenó encender una gran hoguera que serviría para dar a conocer a sus conocidos y parientes que su hijo ya había nacido” [1]. Este supuesto hecho, originada en ese entonces, habría dado origen a la “tradición” y eso bastaría para justificar su práctica en la Iglesia Católica. Ahora bien, llama la atención que para justificar un ritual pagano, se recurra a la “tradición”, cuando en nuestros días, todo lo que tenga que ver con la Tradición es considerado prácticamente una mala palabra; si recurrimos a la tradición para justificar un rito pagano, entonces acudamos a la Tradición para practicar los verdaderos ritos católicos de la Tradición. Continuando con el origen del ritual de la fogata, muchos están de acuerdo en que el origen no está definido y que no sería cristiano o católico, sino pagano; es así que muchos ubican a este rito en el seno del paganismo europeo pre-cristiano: “Pese a que se sabe que el origen de la festividad fue pagano y que coincidía con el solsticio de verano, las explicaciones de por qué nuestros antepasados encendían hogueras son muy diversas: una de las teorías apoya que los habitantes del hemisferio norte encendían cada 21 de junio hogueras para purificarse y alimentar al sol con el objetivo de animarle y darle fuerza para que no dejase de salir; pues a partir de esa fecha, cada día esta estrella iluminaría al hemisferio norte durante menos horas hasta la llegada del solsticio de invierno, momento en el que se produciría la noche más larga del año. Otra teoría apunta a razones mucho más románticas. De hecho, defiende que nuestros antepasados creían que el sol estaba enamorado de la Tierra, y que cada año, justo el 21 de junio, se negaba a abandonarla. Para homenajear la relación se festejaba y se encendían hogueras. También hay quien apunta a los celtas como a los creadores de esta tradición. Se dice que durante el solsticio de verano, este pueblo encendía grandes hogueras para buscar la bendición de sus tierras y asegurarse de que estas daban fruto suficiente para alimentarse. Además, a través del fuego pedían a la divinidad un futuro próspero para las parejas de enamorados y fertilidad para las mujeres”[2]. Con esto se comprueba que el verdadero origen de este ritual es explícitamente pagano, al cual se le ha pretendido dar un matiz cristiano, introduciéndolo en el Nacimiento de San Juan Bautista, simplemente porque las fechas del solsticio y de las prácticas paganas pre-cristianas coincidían.

Sin embargo, hay otro elemento, más decisivo, para calificar a este ritual como pagano y en consecuencia como completamente ajeno a la Santa Fe Católica y es la casi interminable lista de prácticas supersticiosas que se realizan en este ritual, prácticas las cuales ninguna conduce a Cristo, ni pide por la eterna salvación del alma, ni por la conversión a Cristo, lo cual es de esperar en una devoción cristiana. Así, nos encontramos, por ejemplo, con lo siguiente: en la Fogata de San Juan se realizan prácticas tan bizarras como “conjuros para atraer la buena fortuna”, “atraer la suerte con hogueras”, “atraer la suerte colocando un huevo en la ventana”, “beber agua de manantial”, “cascar un huevo en un vaso de agua para pedir un deseo”, “saltar las hogueras” (algunos dicen que tres, otros que siete veces, pero todos con el mismo fin supersticioso: pedir “buena suerte”), “saltar las olas a espaldas al mar”, “lanzar una trenza hecha con flores o con cinta de colores a la persona amada en el momento de saltar la hoguera”, “colocar un par de agujas en un cuenco profundo lleno de agua y dejarlas flotar libremente”[3] y una serie interminable de sandeces, bobadas y estupideces que no tienen, en absoluto, nada que ver con una verdadera devoción tradicional católica. Cuando revisamos estas prácticas, nos damos cuenta de que son todas sandeces y estupideces sin sentido, propias de un culto maligno, pues el Demonio solo sabe hacer cosas estúpidas y malvadas. Nunca puede provenir de Dios Uno y Trino una práctica, como la Fogata de San Juan, en la que se ofenda Su Nombre Tres veces Santo y se realicen prácticas absurdas y, peor todavía, malignas, porque se trata de rituales supersticiosos y mágicos que desplazan a la Trinidad por una desviación del culto religioso, culto supersticioso que, por su propia definición, no se dirige al Único Dios Verdadero, sino a su Enemigo, el Ángel caído.

Por estas razones, la Fogata de San Juan es un rito pagano que NO debe ser practicado por los católicos, bajo ningún concepto y bajo ninguna circunstancia.



[3] https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2022-06-22/origen-noche-de-san-juan-fiesta-hogueras_1582994/ Otras prácticas paganas y supersticiosas practicadas en la Noche de San Juan son: colocar papas bajo la almohada (una de las patatas debe estar entera, otra rasgada y la última sin piel. Al día siguiente se debe introducir la mano bajo la almohada y extraer uno de los tubérculos: si se saca la patata entera, el futuro estará lleno de prosperidad; la patata marcada reflejaría una alternancia de momentos positivos y desdichados; por último, la patata sin piel simbolizaría la mala suerte);

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