"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

martes, 12 de enero de 2021

Padre Kolbe: "Hay una conspiración masónica"

 


«Hay una fuerza nefasta, que ahora ha dejado de esconderse, es una conspiración masónica. ¡Aquí está la mano misteriosa que empuja a la ruina a nuestro país!».  «Ante los implacables ataques de los enemigos de la Iglesia de Dios, ¿es legítimo que permanezcamos inactivos? ¿Es legítimo, quizás, quejarse y derramar lágrimas? ¡De ningún modo! Recordemos que en el juicio de Dios daremos cuenta detallada no solo de las acciones realizadas, sino también de todas las buenas acciones que pudimos haber hecho, ¡pero que no hemos hecho!». «¡Sobre cada uno de nosotros pesa el sacrosanto deber de meternos en las trincheras y repeler con el pecho los ataques del enemigo!». «Cada una de las Grandes Logias tiene derecho a mejorar las recetas anteriores y establecer nuevas, pero no a cambiar los puntos fundamentales, que deben permanecer fijos para siempre”. ¿Cuáles son estos puntos fundamentales?,  ¡La liquidación total del mundo sobrenatural!». «Actualmente, la masonería es, sin duda, la cabeza de la serpiente infernal. No me refiero a los masones, sino a sus fines, a su organización que se vuelve contra Dios y contra la felicidad de las almas».


«Volviendo la mirada a nuestro alrededor, notamos la aterradora desaparición de la moral, especialmente en medio de la juventud; de hecho, están surgiendo asociaciones verdaderamente infernales que han incluido el crimen y el libertinaje en su programa; (…). El cine, el teatro, la literatura, el arte, en gran parte dirigidos por la mano invisible de la masonería, trabajan febrilmente, de acuerdo con la resolución de los masones: «¡Vamos a vencer a la Iglesia católica no con razonamientos, sino pervirtiendo la moral!, disculpe la expresión: ¡ser cada vez más cerdos!». Todo esto que nos suena tan actual son intervenciones del Padre Kolbe realizadas en los años 20. Sabemos como terminó un 15 de agosto de 1941…  El Papa Pablo VI lo declaró «Beato» y, once años después, el Papa Juan Pablo II lo declaró «Santo, confesor y mártir». 

No hay comentarios:

Publicar un comentario