El denunciante William Clark alegó que su escuela pretendió instruirlo para asociar aspectos de su identidad con la opresión a otros grupos sociales
Milagros Boyer Milagros Boyer 28 diciembre, 2020
La denuncia tiene al menos 150 páginas de evidencias con muestras de lo enseñado en la clase. (Archivo)
Un alumno en Nevada demandó a su escuela, una institución financiada con fondos públicos, en dicho estado. Se trata de William Clark, quien cursa 12° grado de secundaria. La razón de esta solicitud ante un tribunal federal se centra en alegar que la institución creó un ambiente hostil para los estudiantes, al instruirlos para asociar aspectos de su identidad con la opresión a otros grupos sociales.
En el documento, el adolescente —quien asiste a la Democracy Preparatory Academy en Las Vegas— indica que se sintió discriminado y acosado por varios aspectos de un curso titulado «Sociología del cambio», materia de carácter obligatorio para graduarse.
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Además de alcanzar a su institución, la demanda introducida por Gabrielle Clark, madre de William, también suma las escuelas públicas bajo esta cadena. Varios funcionarios de esta secundaria también figuran como acusados, entre ellos la maestra de la clase, Kathryn Bass.
We’re fighting for our rights and to put and end to indoctrination and psychological abuse in schools.
Please donate to our legal fees at https://t.co/KNqAu6PHsv
Thank you.
— Gabs (@GabsClark5) December 26, 2020
La Democracy Preparatory Public Schools es una empresa de escuelas autónomas que opera en cinco estados de Estados Unidos. En 2017 compró en Nevada la antigua Academia Preparatoria André Agassi. Durante ese momento, los estudiantes y los padres de Agassi se opusieron a la compra, debido a preocupaciones sobre un día escolar más largo y prácticas disciplinarias más estrictas, explica The Daily Caller.
Los indicios de la «Teoría Crítica de la Raza»
El grupo Schoolhouse Rights patrocina la demanda. Esta es una organización con sede en Illinois, según reseña The Epoch Times. Su sitio web describe su misión como apoyar “litigios de derechos civiles en defensa de la libertad de conciencia de los estudiantes en la educación pública y los derechos de los padres de guiar y dirigir la crianza de sus hijos».
En la denuncia, que tiene al menos 150 páginas de evidencias con muestras de lo enseñado en la clase, se toma de ejemplo una de las diapositivas exhibidas en el curso de «Sociología del cambio».
Allí se muestran los rasgos que son encasillados en diferentes grupos dominantes en la cultura estadounidense, según la profesora que dicta el curso, entre ellos características como ser «blancos», «hombres», «clase media/alta», «heterosexuales» y «protestantes/cristianos», mientras que «todos los demás» están clasificados como «sumisos».
A su vez, Bass asocia de manera similar elementos de su propia identidad, como «ciudadano blanco, irlandés, estadounidense», como un «privilegio». Otros de su misma identidad, como por ejemplo ser «mujer» y «clase trabajadora» se asocian con una etiqueta «oprimida». Mientras tanto, ella dice que es «tanto privilegiada como oprimida» al identificarse como «bisexual» y tener una discapacidad de salud mental.
Existe una particularidad cuando se habla de las características denominadas en el curso, por las cuales el estudiantes se sintió particularmente irrespetado cuando se le pidió identificarse con un grupo racial: la madre de Clark es afroamericana y su padre, ya fallecido, era blanco. A su vez, la incomodidad era cada vez mayor cuando en su clase todos los alumnos eran señalados como «guerreros de la justicia social».
Las catalizadores que detonaron la demanda Clark
De acuerdo con el texto presentado ante un tribunal de distrito en Nevada, la Democracy Preparatory Academy obligó a William Clark a «hacer profesiones sobre su identidad racial, sexual, de género y religiosa en ejercicios de clase verbales y en asignaciones de tareas escritas y calificadas», creando un ambiente hostil para el estudiante.
En concreto, se habla de que a Clark se le indicó “en clase que ‘desaprendiera’ los principios judeocristianos básicos que (su madre) le había impartido, y luego (la escuela) tomó represalias contra (él)”.
Clark se sintió discriminado por varios aspectos del curso, entre ellos, una supuesta afirmación de que al no identificarse con un grupo oprimido, los estudiantes estaban dando una señal de privilegio y una indicación de ser un opresor, según la demanda.
No solo el joven demandante se opuso a estas ideas, otros en su clase también le siguieron. Sin embargo, esto trajo otros daños colaterales, puesto que el estudiante fue amenazado regularmente «con daño material, incluida una calificación reprobatoria y no graduarse si no cumplía con sus requisitos».
Ahora, tras iniciar la petición en la Corte, Gabrielle Clark explicó a Fox News el motivo que la impulsó a proceder contra la institución a la que acude su hijo: «Traté de inculcar en todos mis hijos que hay que respetar a todos y tratar a todos por igual… y hacer lo que dijo Martin Luther King. No juzgas a las personas por el color de su piel, los juzgas por el contenido de su carácter».
Antes de llevar esta petición a la Corte, los administradores de la escuela le negaron a Gabrielle Clark que las lecciones en las clases de su hijo estuvieran guiadas por la «Teoría Crítica de la Raza», una idea que afirma que «el racismo es el estado ordinario de la sociedad”, al igual que conceptos como el llamado liberalismo occidental y la ciencia están impregnados de lo que se conoce como supremacía blanca, aclaró también The Dailly Caller.
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