"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

jueves, 2 de julio de 2020

Triunfo capitalista: rusos quieren vender a Lenin para cubrir déficit fiscal

Desde la oposición se propuso vender en el mercado los restos del dirigente bolchevique. La momia le cuesta bastante dinero a las arcas públicas de Rusia por su particular y costoso mantenimiento

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Captura contrabando: El Estado ruso tiene fotos oficiales del cuerpo y prohíbe a los visitantes tomar imágenes de los restos del líder comunista. (Twitter)
La historia del socialismo ruso está plagada de contradicciones. La revolución de 1917 en sí fue la primera. Para Karl Marx, el comunismo iba a prosperar necesariamente luego del colapso del capitalismo. La economía burguesa haría su trabajo, generando la riqueza que el mismo Marx reconoció como inédita en la historia de la humanidad, pero la explotación del proletario terminaría con el modelo basado en la propiedad privada de los medios de producción.
Es decir, para que haya socialismo antes tenía que haber capitalismo. Sin embargo, su socialismo científico no floreció ni en Inglaterra ni en Estados Unidos. Tuvo lugar en una economía atrasada de fuerte influencia agraria, no industrial, bajo el puño del dominio zarista.
Los monumentos a su imagen se alzaron allí, donde Marx dijo que no era posible. El fracaso económico, político, social y cultural vino después. Como los primeros autores de la Escuela Austríaca advirtieron, su teoría del valor era equivocada, por lo que su tesis de la plusvalía resultó nula. La economía sin propiedad privada, que tampoco tuvo precios que funcionen como señales para asignar recursos, fracasó donde se buscó implementar.
Aunque la Unión Soviética es pasado, la historia nos sigue regalando anécdotas que nos recuerdan lo equivocado del socialismo. Algunas son muy caras, como la tragedia venezolana, pero otras son divertidas y pintorescas, como las fortunas que se pagan por los manuscritos y primeras ediciones de los equivocados libros de Marx. Estas cotizaciones en sí, que revelan la subjetividad del valor en su máxima expresión, son otro cachetazo más a la desgraciada tesis del socialismo científico, que ya se cobró más de 100 millones de víctimas en todo el mundo.
Lo ocurrido esta semana en Rusia viene a escribir una nueva página tragicómica en la historia socialista. Lenin, que dijo que los capitalistas venderían las sogas con las que ellos mismos serían ahorcados, por estas horas revuelca su momia en el mausoleo donde descansan sus restos. Es que al que quieren vender es a él y no los codiciosos capitalistas, sino los políticos rusos.
Resulta que para mantener su cuerpo sin vida, como está desde 1924, el Estado ruso debe destinar más de 170 mil euros al año. La crisis del coronavirus (COVID-19) causó estragos en todo el mundo y muchos países están viendo cómo reducir el gasto público.
El autor de la curiosa propuesta fue Vladimir Zhirinovsky, referente del partido LDPR, fuerza opositora al Gobierno de Putin. Desde sus redes sociales, el político ruso propuso:
“Podríamos vender la momia de Lenin. Hay compradores: China, Vietnam o algún otro tipo de país comunista. Y el cuerpo de Lenin está en buen estado, fue momificado hace sólo 96 años”.
Por ahora la propuesta no fue considerada por el Gobierno, pero su mera mención ya ha escrito una nueva historia en la larga lista de contradicciones comunistas. “Vender” un cuerpo… algo que hasta podría generar reparos en los más acérrimos defensores de la propiedad privada, los precios libres y la economía de mercado.
(https://es.panampost.com/marcelo-duclos/2020/06/18/rusos-quieren-vender-a-lenin/?fbclid=IwAR2RKObj6TbYYTdNNLU8Ud_2FdoesLNVOihUe5nyJkb8zROTWgAFBbOlk4Q)

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