El Monstruo se defendía apoyado por sus ángeles, pero no pudieron resistir, y ya no hubo lugar para ellos en el Cielo.
El
Catecismo[1] nos dice que “la existencia de los ángeles es verdad de fe”: “328 La
existencia de seres espirituales, no corporales, que la sagrada Escritura llama
habitualmente ángeles, es una verdad de fe. El testimonio de la Escritura es
tan claro como la unanimidad de la Tradición”.
Son
seres espirituales, no corporales y forman una de las tres clases de personas,
junto con las Personas de la Trinidad y las personas humanas: “330 En tanto que
criaturas puramente espirituales, tienen inteligencia y voluntad: son criaturas
personales (cf Pío XII, enc. Humani generis: DS 3891) e inmortales (cf Lc 20,
36). Superan en perfección a todas las criaturas visibles. El resplandor de su
gloria da testimonio de ello (cf Dn 10, 9-12)”.
Esto
significa que poseen inteligencia y voluntad –capacidad de amar-. Como las
personas humanas, su historia no se explica sin relación a Dios, que es su
Creador y que los puso a prueba, para que se decidieran por Él o contra Él. Muchos
ángeles, con Lucifer a la cabeza, se rebelaron y decidieron no servir a Dios y
no amarlo y no adorarlo, por lo que, luego de una lucha con los ángeles buenos,
con San Miguel Arcángel a la cabeza, fueron expulsados del cielo. El Infierno
fue creado para ellos, aunque van al Infierno todos los hombres que los
secundan en sus planes de odio contra Dios, contra su Iglesia y contra el
hombre.
Los
ángeles malos vagan por la tierra para tentar al hombre y conducirlo al Infierno;
es necesario discernir por lo tanto quiénes son los espíritus que nos hablan a
tres de nuestros pensamientos. Dice San Ignacio que son tres: el Espíritu de
Dios y sus ángeles, los ángeles malos y nosotros mismos, que originamos
nuestros propios pensamientos. Si el principio, medio y fin de un pensamiento
es bueno, es señal que viene del “buen espíritu”; si en el principio, en el
medio o en el fin hay algo de malicia, viene del “mal espíritu”, esto es, un
ángel caído y/o nuestros propios pensamientos errados y pecaminosos. Al hablar
de los ángeles, no se puede no tener en cuenta el Génesis, en donde la Mujer
del Génesis, la Virgen, aplasta la cabeza de la Serpiente Antigua, Satanás, y
el Apocalipsis, en donde se narra la batalla entre San Miguel Arcángel y los
ángeles caídos o Príncipes de las tinieblas.
Acerca
de “Quiénes son los ángeles”, dice así el Catecismo de la Iglesia Católica: “329
San Agustín dice respecto a ellos: Angelus officii nomen est, non naturae.
Quaeris nomen huius naturae, spiritus est; quaeris officium, angelus est: ex eo
quod est, spiritus est, ex eo quod agit, angelus ("El nombre de ángel
indica su oficio, no su naturaleza. Si preguntas por su naturaleza, te diré que
es un espíritu; si preguntas por lo que hace, te diré que es un ángel")
(Enarratio in Psalmum, 103, 1, 15). Con todo su ser, los ángeles son servidores
y mensajeros de Dios. Porque contemplan "constantemente el rostro de mi
Padre que está en los cielos" (Mt 18, 10), son "agentes de sus
órdenes, atentos a la voz de su palabra" (Sal 103, 20).
Cristo
es el Rey de los ángeles y el Dominador y Vencedor de los ángeles caídos: “331
Cristo es el centro del mundo de los ángeles. Los ángeles le pertenecen:
"Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus
ángeles..." (Mt 25, 31). Le pertenecen porque fueron creados por y para
Él: "Porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la
tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los
Principados, las Potestades: todo fue creado por Él y para Él" (Col 1,
16). Le pertenecen más aún porque los ha hecho mensajeros de su designio de
salvación: "¿Es que no son todos ellos espíritus servidores con la misión
de asistir a los que han de heredar la salvación?" (Hb 1, 14)”.
Los
ángeles buenos han estado “desde la Creación” al servicio de Dios: “332 Desde
la creación (cf Jb 38, 7, donde los ángeles son llamados "hijos de
Dios") y a lo largo de toda la historia de la salvación, los encontramos,
anunciando de lejos o de cerca, esa salvación y sirviendo al designio divino de
su realización: cierran el paraíso terrenal (cf Gn 3, 24), protegen a Lot (cf
Gn 19), salvan a Agar y a su hijo (cf Gn 21, 17), detienen la mano de Abraham
(cf Gn 22, 11), la ley es comunicada por su ministerio (cf Hch 7,53), conducen
el pueblo de Dios (cf Ex 23, 20-23), anuncian nacimientos (cf Jc 13) y
vocaciones (cf Jc 6, 11-24; Is 6, 6), asisten a los profetas (cf 1 R 19, 5),
por no citar más que algunos ejemplos. Finalmente, el ángel Gabriel anuncia el
nacimiento del Precursor y el del mismo Jesús (cf Lc 1, 11.26)”.
El
designio de salvación de la Trinidad, del destino de eterna condenación al que
estábamos destinados todos los hombres por el pecado de Adán y Eva, se ve
siempre secundado y acompañado por sus fieles servidores, los ángeles buenos, y
estuvieron presentes desde la Encarnación del Verbo, durante su Pasión y
estarán presentes en la historia de los hombres hasta el fin del mundo: “333 De
la Encarnación a la Ascensión, la vida del Verbo encarnado está rodeada de la
adoración y del servicio de los ángeles. Cuando Dios introduce «a su
Primogénito en el mundo, dice: "adórenle todos los ángeles de Dios"»
(Hb 1, 6). Su cántico de alabanza en el nacimiento de Cristo no ha cesado de
resonar en la alabanza de la Iglesia: "Gloria a Dios..." (Lc 2, 14).
Protegen la infancia de Jesús (cf Mt 1, 20; 2, 13.19), le sirven en el desierto
(cf Mc 1, 12; Mt 4, 11), lo reconfortan en la agonía (cf Lc 22, 43), cuando Él
habría podido ser salvado por ellos de la mano de sus enemigos (cf Mt 26, 53)
como en otro tiempo Israel (cf 2 M 10, 29-30; 11,8). Son también los ángeles
quienes "evangelizan" (Lc 2, 10) anunciando la Buena Nueva de la
Encarnación (cf Lc 2, 8-14), y de la Resurrección (cf Mc 16, 5-7) de Cristo.
Con ocasión de la segunda venida de Cristo, anunciada por los ángeles (cf Hb 1,
10-11), éstos estarán presentes al servicio del juicio del Señor (cf Mt 13, 41;
25, 31 ; Lc 12, 8-9)”.
La
Iglesia, que es el Cuerpo Místico de Cristo, formado por los bautizados en la
Iglesia Católica, se ve continuamente favorecida y protegida de los designios
de destrucción de los ángeles de las tinieblas. Dice así el Catecismo: “Los
ángeles en la vida de la Iglesia. 334 De aquí que toda la vida de la Iglesia se
beneficie de la ayuda misteriosa y poderosa de los ángeles (cf Hch 5, 18-20; 8,
26-29; 10, 3-8; 12, 6-11; 27, 23-25)”.
Con
los ángeles buenos, la Iglesia adora al Dios Tres veces Santo, principalmente
en la Santa Misa: “335 En su liturgia, la Iglesia se une a los ángeles para
adorar al Dios tres veces santo (cf Misal Romano, "Sanctus"); invoca
su asistencia (así en el «Supplices te rogamus...» [«Te pedimos
humildemente...»] del Canon romano o el «In Paradisum deducant te angeli...»
[«Al Paraíso te lleven los ángeles...»] de la liturgia de difuntos, o también
en el "himno querúbico" de la liturgia bizantina) y celebra más particularmente
la memoria de ciertos ángeles (san Miguel, san Gabriel, san Rafael, los ángeles
custodios)”.
El
hombre está custodiado, dice el Catecismo, desde el inicio de la vida, hasta la
muerte, por los ángeles de Dios, y su objetivo principal es el de guiarnos al
amor de Jesucristo, Rey de los ángeles, y de María, Reina de los ángeles, a fin
de gozar de la bienaventuranza eterna: “336 Desde su comienzo (cf Mt 18, 10)
hasta la muerte (cf Lc 16, 22), la vida humana está rodeada de su custodia (cf
Sal 34, 8; 91, 10-13) y de su intercesión (cf Jb 33, 23-24; Za 1,12; Tb 12,
12). "Nadie podrá negar que cada fiel tiene a su lado un ángel como
protector y pastor para conducir su vida" (San Basilio Magno, Adversus
Eunomium, 3, 1: PG 29, 656B). Desde esta tierra, la vida cristiana participa,
por la fe, en la sociedad bienaventurada de los ángeles y de los hombres,
unidos en Dios”.
Ahora
bien, también el hombre está acechado por las sombras vivientes o ángeles
caídos, que buscan la eterna perdición del alma en el Infierno. En nuestros
días, el culto a los falsos ángeles –“el ángel malo se disfraza de ángel de luz”,
tiene un auge inusitado, aunque no se trata de los ángeles de Dios, sino de los
ángeles falsos o ángeles de la Nueva Era[2]. “El
diablo se disfraza de ángel de luz” (2
Cor 11, 14)
Nombres
que reciben /Se hacen llamar Origen, medios de contacto ysitios de
procedenciaFormas o figurasque adoptan“Beneficios” que dicen otorgar /Mensajes
que comunican. Se les llama:
“seres
de luz”“ángeles zodiacales”“ángeles de colores”“ángeles
extraterrestres”“ángeles de la Kabbalah”“seres espirituales”“divas”“espíritus
de la naturaleza”“energías puras”“espíritus guías”“amantes puros”“ángel de la
guarda” y “Uriel”“entidades”
Se
autonombran:
Djwahul
Khul (“el Tibetano”)> Aiwass> Metatrón> Ramtha>Kryon>Elohim
música (heavy metal) películas (terror, violencia y lujuria)piedras (“cristales
querúbicos”)rituales (“espacio sagrado”)ouija y bola de cristal“escritura
automática” (dictan libros)mandalas de protecciónespiritismo (“muertos”) Canalización
(“jerarquía espiritual”) meditación (trascendental)cartas (“tarot
angélico”)visualización e imaginaciónchakras (“tercer ojo”) y yoga“viaje
astral”“vibración angelical”líquidos (“esencias angelicales”)
invitación
a casa y velas de colores, fórmulas raras e hipnosis, drogas (“estados
alterados de la conciencia) (“vienen de nuestro interior”)
espacio
exterior (OVNI’s)boutiques y “casa de ángeles”lucesresplandecientesluces en el
aguaarcoirisanimales: cisnes,ballenas, delfinesnubes“personas”
o“maestros”duendes, hadas,elfos…sombras ________
“Beneficios” (engaños): -buena
suerte -aconsejan -brindanarmonía -curan -dan “paz” -otorgansabiduría y poderes
especiales-prepararnos a la llegada de Acuario
Mensajes
y tesis:
-Jesús
no es Dios; no resucitó…-El hombre es dios; “tú lo puedes todo” -No
importa el nombre de Dios-No hace falta rezar a Dios-Reencarnación-Desaparezcan
la familia-“La palabra pecado es restricción…”
Son
desobedientes, mienten, niegan aCristo, su Evangelio y atacan a la Iglesia
“Pero
aún cuando nosotros mismos o unángel del cielo os anunciara un Evangeliodistinto
del que os he anunciado, ¡seaanatema!” (Gálatas 1, 7-8). (Col 2, 18-19 y
22)
Algunos
libros de ángeles muy peligrosos: New Age
-Lucy
Aspra “Manual de Ángeles: Di sí a los Ángeles y
sé completamentefeliz” , Vol. I, y“Manual de Ángeles: Las emisiones
siderales de los ángeles dela astrología” , Vol. II.
-Georgette
Rivera, Sanación a través de los ángeles (Ed. Alamah. Esoterismo)
-Richard
Webster Ángeles guardianes y
guías espirituales (Llewellyn)
-Juliana
Acosta Llamados al amor divino a través de los ángeles
(Ed.Intermedio)
-María
Luisa López Castro La misión oculta de los ángeles
(Ed.
Prana)
-Billy
Graham, Los Ángeles (Grupo Nelson)
-Migene
González-Wippler, Angelorum. El libro de los ángeles
(Llewellyn)
-Peter
y Linda Miller-Russo, Los Arcángeles, un plan de curación
(Ed.Llewellyn)
-Francis
Melville, El libro de los ángeles (Grupo Editorial Tomo)
-Charles
W. Leadbeater, Ángeles custodios y otros
protectores invisibles (Ed. Prana)
-David
Laeson, En la compañías de los ángeles. Guía para
transformarte en ángel (Grupo Editorial Tomo)
-Elizabeth
Clare Prophet, Cómo trabajar con los ángeles, El
ángel de la escucha (Porcia Ediciones) y Mensajes de Saint Germain y los
arcángeles para la Era de Acuario (Grupo Editorial Tomo)
“Porque
nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los Principados,
contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra
losEspíritus del Mal…” (Efesios 6, 11-20).
Atención
con los ángeles caídos de la Nueva Era, son demonios: Uriel, Balaquiel, Jeliel,
etc.
Los
Ángeles según la Nueva Era
El
problema con el movimiento de la Nueva Era es que están desinformando mucho,
son innumerables las publicaciones que hablan de personas con experiencias con
ángeles y contactos angélicos, cartas de los ángeles a manera de baraja
(adivinación), meditaciones con ángeles, canalización (channeling ó
espiritismo), prendedores con angelitos con la piedrita del signo zodiacal,
colgantes de ángeles para el feng shui, oraciones de los santos angeles
incluyendo nombres bastante raros, Técnicas y prácticas con canalización de
energía, eneagrama, astrología, ejercicios derivados del Yoga, utilización de
mantras y mandalas, visualización creativa, metafísica de la nueva era, cábala,
etc. ésta angelología se promueve también en películas y series de tv enfocados
a la manera de la Nueva Era, material que confunde y desinforma a personas
incluso cristianas que ignoran los detalles verdaderos de los Ángeles de Dios. La
Nueva Era presenta una Angelología no Bíblica, ofrecen contactos, talleres,
cursos, formas para conocer el nombre, conferencias e infinidad de libros
titulados "angeles del amor, angeles de protección", "angeles de
la prosperidad", "mensaje de la Virgen María para la nueva era”, ésto
confunde mucho a los creyentes que mencionan a la Virgen María y revuelven
nombres de ángeles sacados desde los evangelios apócrifos hasta sacados de
debajo de la manga, presentan también una devoción desordenada, es decir no
veneran en un principio a la Reina de los Angeles: La Virgen María y a Nuestro
Señor Jesucristo lo tienen por un "maestro" más. Los evangelios
apócrifos no son aptos para enseñar doctrina cristiana.
¿De
donde proviene el culto desordenado a los Ángeles?
Todo
ésto se origina en el gnosticismo primitivo (Siglo I y II d.C), San Pablo preso
en Roma, les escribió a los cristianos de Colosas denunciando sobre la
confusión de doctrina entre ellos: la gnosis y su culto desordenado a los
ángeles: "Que nadie con afectada humildad o con el culto de los ángeles os
prive del premio, haciendo alarde de visiones, hinchándose sin fundamento de su
inteligencia carnal" (Col 2, 18).
Testimonio
de alguien que comenzó a caminar al lado de los demonios y ni cuenta se da: "Cuando
entro a una sesión angelical no estoy sola, se que muchos Ángeles están allí en
la habitación esperando a ser llamados. Sus halos, alas y colores rodean el
espacio, la luz se expande abarcandolo todo, y yo puedo verlas con los ojos cerrados,
sentirlas en mi cuerpo como un bálsamo, como un abrazo sin roce pero que eriza
la piel. El amor y la profunda conexión que siento no puede describirse con
palabras, no hay nada que pueda parecerse… creo ademas que cada quien lo
percibe en su propia y única experiencia. Esas chispas de luz tocan a mi
paciente del alma en su aura que se abre, y ellos mis amados ángeles lo guían
todo, llevándome al lugar en el que se impregna todo de luz. Cuando estoy en la
terapia angelical existe una eterna entrega a la persona incluso si es la
primera vez que la atiendo, en mi corazón siento un profundo e infinito amor
por ese ser recibiendo la luz de los ángeles que nos cobija a ambos y que se
derraman por todas partes. Se que ese momento por si mismo es completamente
sanador y restaurador. La mayoría de las personas entran en un estado de
relajación profunda, otras sienten la energía de los ángeles y pueden también
ver los colores o la luz en diversas tonalidades. Hay quienes han podido
iniciar contactos angelicales o recibir respuestas a algunas de las
interrogantes de su alma, confortar su corazón. Muchas personas viven
experiencias tan extraordinarias!. La terapia angelical es un regalo divino de
los médicos del cielo que nos acompañan para mostrarnos un camino de
crecimiento y amor. El terapista es solo un canal para que esa hermosa energía
fluya y se dirija a cualquiera de los niveles del aura, equilibrando,
armonizando. Cada alma sigue su propio viaje pero cuando lo hace guiada por los
ángeles el recorrido es mas suave, se sintoniza con lo que ha elegido vivir
antes de nacer siendo posible comprender el significado de vivir el cielo en la
tierra. (Y yo voy un poco mas alla, estoy completamente segura que la terapia
angelical a la que alguien asiste forma parte también de ese gran plan divino
para esa alma y que los ángeles se encargan de planear ese encuentro conmigo”.
Actualmente,
se habla mucho de los ángeles: se encuentran libros de todo tipo que tratan
este tema; se venden "angelitos" de oro, plata o cuarzo; las personas
se los cuelgan al cuello y comentan su importancia y sus nombres. Hay que tener
cuidado, pues se puede caer en dar a los ángeles atribuciones que no les corresponden
y elevarlos a un lugar de semidioses, convertirlos en "amuletos" que
hacen caer en la idolatría, o crear confusiones entre lo que son las
inspiraciones del Espíritu Santo y los consejos de los ángeles. Es verdad que
los ángeles son muy importantes en la Iglesia y en la vida de todo católico,
pero son criaturas de Dios, por lo que no se les puede igualar a Dios ni
adorarlos como si fueran dioses.
Estos
son los nombres con que se presentan en la Sagrada Escritura estos tres
príncipes de la corte celestial: MIGUEL aparece en defensa de los intereses
divinos ante la rebelión de los ángeles malos; GABRIEL, enviado por el Señor a
diferentes misiones, anunció a la Virgen Maria el misterio de la Encarnación
del Hijo de Dios y su maternidad divina; RAFAEL acompañó al joven Tobías cuando
cumplía un difícil encargo y se ocupó de solucionar difíciles asuntos de su
esposa.
¡Atención
con los ángeles de la Nueva Era, porque son demonios!
Hay
muchas personas que coleccionan imágenes de ángeles porque se han puesto de
moda. Pero, ¿qué son los ángeles?
De
acuerdo con el Catecismo de la Iglesia, los ángeles son criaturas espirituales
que glorifican a Dios sin cesar y que sirven sus designios salvíficos con las
otras criaturas: “Los ángeles cooperan en toda obra buena que hacemos” (Santo
Tomás de Aquino).
Lo
que no son los ángeles: No son humanos que han muerto y que vienen a la tierra
a cumplir una misión, como nos lo dicen las películas norteamericanas una y
otra vez. No son humanos que han muerto en su tierna infancia y que van a
unirse al coro de los ángeles en el cielo. No son seres de otros planetas que
vienen a hacernos el bien. No son otros dioses que rigen los destinos de los
hombres a su capricho.
Lo
que sí son:
Son
criaturas. Es decir, son seres creados por Dios, “Creador de todo lo visible y
lo invisible”. No son dioses menores. Espirituales. El creador de todas las
cosas quiso crear al hombre, un ser animal (ni modo), pero diferente a los
demás animales por tener un alma espiritual. El ser humano es material y
espiritual. El ángel, en cambio, es solamente espíritu creado, no tiene cuerpo
material. Cuando se presentan a los hombres en cumplimiento de su misión
divina, toman figura humana para que podamos verlos, pero ellos no tienen
cuerpo. Los representamos con alas para significar su misión de mensajeros de
Dios (“Voy volando”). Posiblemente nos hayamos inspirado en las mitologías de
los persas, de los griegos y de los romanos para pintarlos con alas. Que
glorifican a Dios sin cesar. Son criaturas ordenadas a la alabanza de Dios su
creador. En él encuentran su plenitud angélica y su felicidad. Y que sirven sus
designios salvíficos con las otras criaturas. La palabra “ángel”, en griego,
significa “mensajero”, y ese es el oficio de estos espíritus creados por Dios. Los
ángeles cooperan en toda obra buena que hacemos. Nuestra creencia es que todos
tenemos un ángel de la guarda puesto por Dios como fiel custodio de nuestra
salvación.
Hay
ángeles y ángeles
Poco
sabemos de la naturaleza de los ángeles, pero en la Biblia se mencionan con
diferentes nombres que quizás indiquen una especie de cargo o de oficio:
ángeles, arcángeles, principados, potestades, virtudes, dominaciones, tronos,
querubines y serafines. Los ángeles tienen nombre? Somos los humanos los que
tenemos necesidad de poner nombres. Poner nombre a algo nos hace ser un poco
dueños de lo nombrado. Por eso los ángeles nos dan su nombre para hacernos
sentir que son nuestros. Pero solamente conocemos el nombre de los arcángeles
Rafael (Dios cura), Gabriel (Varón de Dios o fuerza de Dios) y Miguel (¿Quién
como Dios?). Los demás nombres de los arcángeles han salido de libros que no
están en la Biblia, y que pertenecen a las tradiciones judías o cristianas. Todos
los demás nombres que se les dan a los ángeles pertenecen a esa doctrina pirata
que la Iglesia no enseña y no acepta. San Miguel Arcángel: A san Miguel
Arcángel –cuya fiesta se celebra el 29 de septiembre– lo representamos como un
fuerte soldado con alas que, espada o lanza en mano, somete bajo sus pies al
Demonio, mientras en la otra mano empuña una bandera que lleva el lema “¿Quién
como Dios?”, que es la traducción de su nombre. Según la tradición
judeocristiana y la Biblia, Miguel es el príncipe de las milicias celestiales
que se enfrentó al ángel rebelde (¡el Diablo también es un ángel!) que, como
criatura libre, se reveló contra Dios al grito de “¡No serviré!”, encabezando a
otros ángeles rebeldes. Miguel los venció y los precipitó al infierno para
siempre. Por eso la Iglesia lo tiene como patrono muy especial en la lucha
contra el diablo y lo invoca en momentos de persecución y de prueba. Para
nuestra vida. No perdamos la devoción a los santos ángeles que nos inculcaron
nuestros padres cuando éramos niños. El culto de veneración a los ángeles y a
los santos es grato a Dios, porque en ellos vemos la gracia divina dada con
generosidad por el que es dueño y dador de todas las gracias. Hoy también están
de moda los endemoniados, que en la mayoría de los casos no son más que
enfermos, pero ciertamente el Demonio nos acecha y nos tienta sutilmente. En
ese momento invoquemos al arcángel san Miguel y digamos su lema de combate:
“¿Quién como Dios?” Por el padre Sergio G. Román.
(extraído de:
http://www.aleteia.org/es/religion/contenido-agregado/cuidado-con-los-angeles-piratas-5803999701762048)
[1] http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p1s2c1p5_sp.html,
Capítulo I, Artículo I, Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y
de la tierra, I, Los ángeles.
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