LA MASONERÍA ES UNA SECTA SATÁNICA VERDADERA. Vosotros debéis saber que se hacen ESTUDIOS ESOTÉRICOS hasta el 18° grado, después se empieza con la APLICACIÓN DEL ESOTERISMO, es decir espiritismo y magia. DESDE EL 24° GRADO se llega a ser “MILICIA DE SATÁN”; DESDE EL 28° HASTA EL 33° GRADO se llega a ser “CUERPO MÍSTICO DE SATÁN”. Ésta es la realidad de la Masonería.”
"TESTIMONIO DE UN EX MASÓN: ¡LA MASONERÍA ES UNA SECTA SATÁNICA!
Un ex masón invitado a una conferencia en Italia habló acerca de su experiencia en una logia masónica.
La conferencia se tuvo en la ciudad de Módena (Italia), el 5 de abril 2014. El título de esa conferencia fue: “La Masonería, desde sus origenes hasta nuestros días – Curso de ahondamiento políticamente incorrecto”. Entre los oradores estaba también el Mons. Luigi Negri, Arzobispo de Ferrara.
La conferencia fue organizada por el Centro Cultural Católico “Il Faro”.
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Presentación del Dr. Prof. Cesare Ghinelli:
“Y ahora, la intervención, en la conferencia, del Dr. Cesare Ghinelli, cirujano pediátrico de Fe Católica, y ex masón. Nació en Pescara (Italia), el 3 de agosto 1941; el 5 de julio 1965 se licenció en Medicina, y luego se especializó en cirugía general y pediátrica; desde el año ’79 hasta el 2003 fue médico jefe de cirugía pediátrica en el Hospital “Maggiore” de Parma, y además profesor adjunto en las Universidades de Parma y Verona; desde el año ’92 es secretario de una asociación que se ocupa de la enseñanza y de la asistencia quirúrgica a los niños en el tercer mundo; ha publicado un centenar y más de artículos científicos. Tras de perder la Fe ha vuelto al seno de la Santa Madre Iglesia Católica, después de varios acontecimientos que han afectado su vida. Hoy en día numerosos grupos católicos de oraciones lo invitan en toda Italia. Ahora nos ofrece un breve testimonio de lo que él ha vivido en su vida por varios años como miembro de la Masonería.”
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Habla el Dr. Prof. Cesare Ghinelli:
“Hablo con mucho gusto de esta triste experiencia mía, en este curso, para difundir la realidad masónica que es muy poco conocida; la mayoría de los italianos la consideran como una especie de Rotary Club, o algo símil, pero es otra cosa muy distinta, aunque tienen “manos en pasta” también en el Rotary Club y en el Club de Leones.
Todo comenzó en una conferencia, cuando uno de los oradores, a una pregunta sobre el hecho del como se puedan conocer cosas de la Masonería, si ésta es una sociedad secreta, respondió diciendo que esas se saben en base a los testimonios de las personas que salieron afuera de la Masonería, y había citado a Maurice Caillet, un médico francés que fue un alto grado de la Masonería, el cual escribió el libro “Yo fui masón”, sucesivamente al convertirse al Catolicismo, y después de la curación en Lourdes de su mujer por una cáncer que ella tenía.
Bueno, el orador de aquella conferencia, dijo de haber leído este libro, pero dijo también que pensaba que probablemente no todo lo que estaba escrito allí fuese verdadero. Entonces, yo intervine diciendo que todo lo que estaba escrito allí, traducido también en italiano, es absolutamente verdadero. Ésto me dio ganas de contar mi experiencia.
Me licencié muy velozmente, y cuando tenía 28 años yo ya era vicedirector de cirugía pediátrica, y después de un par de años, mi entonces director me dejó incluso tener relaciones con las administraciones, porque él había visto que yo obraba mejor que él. Aprendí acerca de las intervenciones quirúrgicas que aterrorizaban hasta cirujanos con 40 años y más, luego entré así en la mira de los escrutadores masónicos. Además, aquéllos eran los años en los cuales se manifestaban las asambleas de los movimientos del ’68, y éstas involucraban también a todos los empleados del hospital, enfermeros, médicos, etc. Yo conocía muy bien las necesidades de los trabajadores del hospital, mucho mejor que los sindicalistas, y ésto me llevó a entrar en el ojo de los escrutadores masónicos.
Un profesor se acercó a mí y me dijo: “usted sería un miembro ideal de nuestra asociación”. Yo le pregunté: “disculpe, ¿de qué asociación está hablando usted?”; él respondió: “se trata de una asociación de hombres honestos solamente, y de buenas costumbres, que tienen el objetivo de conocer la «verdad», «verdad» signífica perfeccionamiento de sí mismos, con el fin de perfeccionar la sociedad”. Ésto fue el “cebo” que me lanzaron. Le pregunté además: “pero, ¿cuál es esta asociación?”; él contestó: “bueno, ¿usted habrá oído nombrar la Masonería?”. Yo, de hecho, ya había oído nombrar la Masonería, pero no sabía qué fuese realmente, y de la cual me enteré sólo más tarde, y es lo yo conozco ahora.
Entonces, entré en la Masonería; escalé los primeros 4 grados del “Gran Oriente”, la Masonería más potente, sin lugar a dudas, en Italia, y pues me paré. ¿El porqué?, porque los primeros cuatro grados se pasan frecuentando el templo, aquél que tiene el famoso ojo en el triángulo con la inscripción “G.A.D.U.”, es decir el “Gran Arquitecto Del Universo”, del cual sucesivamente descubrí que es Lucifer para los masones. Muy bien, subí hasta el cuarto grado, y entonces me propusieron de empezar los estudios esotéricos, y yo contesté: “no gracias, tengo muchas cosas que hacer y, por cierto, no tengo tiempo de perder en estos estudios esotéricos”.
Mientras tanto, me di cuenta del hecho que entraron en la logia otros dos jovenes, un industrial que tenía una próspera empresa de embutidos, y un radiólogo muy aplicado, y a ambos les habían dicho cosas diferentes respecto a mí, para engañarlos. Al industrial le dijeron: “la nuestra es una reunión entre hermanos, que se aman de verdad, y amándose se ayudan, por ejemplo en tu trabajo tendrás necesidad tener relaciones con el extranjero, y nosotros tenemos contactos que te pueden servir”. Al radiólogo – que era muy aplicado, una persona muy franca, por lo que su jefe lo mantuvo “comprimido”, es decir que nunca lo ayudaba, porque se sentía evidentemente un poco presionado por la habilidad de ese hombre – le dijeron: “nosotros, como hermanos, reconocemos siempre el valor de uno de nosotros, por lo que lo apoyamos para que obtenga los honores que merece”.
Por lo tanto, para cada uno calibraron un “cebo” para atraerlos. Ya desde entonces no me gustó aquella personalización de ese “cebo”. Pues, subí los primeros grados, después de los cuales yo no me adelanté, porque: 1) rechacé los estudios esotéricos; 2) había sí frecuentado el templo, pero comportándome como un pelmazo: de hecho, cada vez que el “gran orador” empezaba a hablar mal de la Iglesia, del Papa, de los cristianos, de Jesucristo, yo levantaba mi mano criticando, protestando. Desde el 1982, gracias a mi mujer, empecé un camino de Fe, y que me pareció ya desde el principio incompatible con la frecuentación del templo, y pues no volví nunca más allí. No volví nunca más y … no me dijeron nada. Después de todo, para ellos fue conveniente el hecho que yo no criticara más al “gran orador”. Realmente no me dieron ninguna molestia, por años.
Hasta que, después de la belleza de 7 años, recibí una llamada por el “Gran Maestro”, que tiene el 33° grado, naturalmente, y que me dijo: “Escuchas, Cesare, debo pedirte un gran favor personal”. Yo le dije: “dígame, .. si puedo…”. Él me dijo: “mira, mañana por la tarde deberías venir al templo, porque tenemos las elecciones nacionales, regionales y provinciales, y todos los hermanos están fuera de Parma, por motivos de trabajo; los votantes serán pocos y yo me quedo mal; hazme el favor, ven”. Yo le dije: “está bien, si se trata de hacer número o dar un voto, está bien, vengo”. …
Fui allí y me acogieron con fiesta, con saludos, etc. … El “Gran Maestro” comenzó diciendo: “bien, hermanos, … ahora debemos pensar en el motivo por el cual estamos aquí, la votación, … pero, yo tengo una propuesta que haceros: antes que empezar con la votación, hacemos una pequeña conmemoración de nuestro hermano … muerto hace justo un año y hoy es su aniversario de muerte”. Así que yo pensé que habían planeado todo y bien. Todos (los masones) respondieron: “sí, sí, muy bien, muy bien …”. El “Gran Maestro”, pues, se dirigió hacia mí y me dijo: “Escuchas, Cesare, tú que eres el más joven entre nosotros, si permites, debes representar a nuestro hermano”. Yo le contesté: “¿cómo? … ¡¿disculpa!?...”. El “Gran Maestro” se dirigió atras y me dijo: “sí, mira …” – detrás de él estaba un paño de terciopelo negro en el suelo – “… sí, por favor, hay que tumbarse allí, sabes, tú representas a nuestro hermano difunto”.
Yo empezaba a no sentirme más a gusto. Luego, me voy a tumbar sobre el paño de terciopelo negro, y mientras tanto llegan otros dos con otro paño negro y me cubren totalmente. Después de eso, el “Gran Maestro” empieza a hablar con dos luces pronunciando palabras como por ejemplo: “qué el alma de nuestro hermano pueda vivir entre nosotros … etc. …”. Yo comencé teniendo una sensación extraña, mis pies empezaron a congelarse, pero de una manera que por cierto ninguno de vosotros haya vivido alguna vez. No sé, fue como si fuese que me metieran poco a poco en un congelador a, no sé, 200° grados bajo cero; os aseguro que fue algo de bestial. Este frío continuó subiendo, a las piernas, a los muslos, y cuando llegó a ambas las piernas, intenté mover las piernas, pero éstas no se movieron. Tenía los brazos juntos a las piernas, me toqué las piernas, y no las sentía. El frío continuó subiendo y llegando al pelvis, y luego tuve un reflejo de defensa: empecé a rezar un Ave María y un Padre Nuestro.
Pues, el frío se detuvo y poco a poco se bajó. En este punto escuché al “Gran Maestro” que susurraba en la oreja de uno que estaba junto a él (y yo tengo un buen oído, también ahora, no obstante mi edad, y entonces era aún mejor): “dejémoslo, con él no hacemos nada”. ¿Habéis la idea de cuál fuese el propósito? Fue lo de inducirme a la a POSESIÓN DEMONÍACA por parte del alma de sus hermano difunto, ésto lo comprendí después, entre muchas otras cosas, que se trata de un uso normal que se realiza a través de un ritual. Vosotros debéis saber que esa desfuncionalización de las carnes, una vez llegada al cerebro habría puesto en un “estar en espera” mi cerebro, poniendo “en espera” mi voluntad, y luego una facultad se habría encarnado en mi cerebro, y en ese punto era posible una posesión. Supe después que este método lo utilizan hacia los hermanos masones rebeldes, que protestan, etc. …
Obviamente, después de ésto, yo no he tenido más absolutamente ningún contacto, y tampoco me han dado molestia, de ninguna manera, no sé el porqué, y de hecho yo supe que otros que salieron de allí, en cambio, han tenido problemas también muy serios. Ésto es todo.
Por que podáis convenceros, la Masonería no es un Rotary, aunque el Rotary hace un poco de masonería, donde se escogen miembros para conducirlos a la Masonería, y de igual manera es el Club de Leones, pero de por sí no están en la Masonería, ninguno de los dos. …
Decía … que … LA MASONERÍA ES UNA SECTA SATÁNICA VERDADERA. Vosotros debéis saber que se hacen ESTUDIOS ESOTÉRICOS hasta el 18° grado, después se empieza con la APLICACIÓN DEL ESOTERISMO, es decir espiritismo y magia. DESDE EL 24° GRADO se llega a ser “MILICIA DE SATÁN”; DESDE EL 28° HASTA EL 33° GRADO se llega a ser “CUERPO MÍSTICO DE SATÁN”. Ésta es la realidad de la Masonería.”
(artículo extraído de: https://www.facebook.com/lucia.garzon.3958/posts/973688065977458)
Lo que estabas era cagado del susto cuando te envolvieron.
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