"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

jueves, 17 de octubre de 2013

Inaceptable profanación pagana en templo católico de Aparecida: procesión de diosa pagana Deki


El día 5 de octubre de 2013, en el tercer día de la Novena a Nuestra Señora de Aparecida, Patrona de Brasil, se produjo una inaceptable profanación del Santuario, reconocido como uno de los templos más importantes de la Iglesia Católica y del mundo, con una visita anual de diez (10) millones de personas. Ese día, de un modo totalmente contrario al sentir de la Fe católica y al fin mismo del Santuario de Aparecida, que es el de venerar a María Santísima, la Madre de Dios (declarada Reina de Brasil por San Pío X), se llevó a cabo una insólita, inaudita e inaceptable procesión, en el interior del santuario, con la imagen de la diosa pagana "Deki", la cual, según la mitología griega, es hija de Zeus y Temis y es considerada "diosa de la justicia".
No conocemos las (sin)razones que han permitido este verdadero despropósito -porque rendir culto a una deidad pagana en un templo católico, y aún más, en uno de los principales santuarios marianos del mundo, es más que un despropósito, es una profanación-, pero no solo no las compartimos, sino que las rechazamos rotundamente, con todas nuestras fuerzas, toda vez que la Sagrada Escritura nos advierte que "los dioses de los paganos son demonios" (Sal 95, 5; cfr. 1 Cor 10, 20). 
Frente a tamaña agresión, instamos a profundizar en la lectura y meditación de la Palabra de Dios y a intensificar la oración, la penitencia y la mortificación en desagravio por esta profanación, al tiempo que hacemos nuestras las palabras de San Bernardo contra los paganos (interpretando que las "armas" de las que habla San Bernardo son las prácticas espirituales que nos proporciona la Santa Madre Iglesia):
“Ellos quieren hacerse cargo de los Santos Lugares en los que se efectúa nuestra salvación, y amenazan con arruinar los lugares regados con la Preciosa Sangre de Nuestro Salvador.
Los enemigos de la cruz conjuraron contra Nuestro Señor y mostrando audacia y orgullo, gritaron juntos: ". Vamos a tomar posesión de su santuario"
¡Ánimo, pues, generoso guerrero! ¡Toma tus armas y el que no tenga espada, que se de prisa para comprar una!”.
San Bernardo

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