"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

sábado, 12 de diciembre de 2015

¿Quién es el Cristo Maitreya que espera la Nueva Era?

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A la espera de un nuevo instructor mundial

La corriente esotérica encuadrada bajo la denominación de Maitreya presenta un conjunto sincretista de creencias estructuradas en torno al advenimiento a la Tierra de un nuevo “instructor mundial”. Tal acontecimiento ha de entenderse a partir de una concepción temporal según la cual el mundo pasa por una serie de eras o ciclos de unos 2.150 años de duración determinados astrológicamente.

Por ello, cada era humana está dominada por unas “energías cósmicas con cualidades particulares” e inspirada por un instructor (también conocido como el “Cristo”, “Maestro de los Maestros”, “Mesías”, “Bodhisattva”, “Madhi”, “Krishna” y “Maitreya Buda”) que se sitúa a la cabeza de una Jerarquía espiritual. Cada instructor es “adumbrado” (literalmente, cubierto por la sombra) por la “conciencia crística” o “conciencia de Maitreya” y se convierte en el referente espiritual de su era respectiva.

De Piscis a Acuario

En la actualidad se estaría produciendo un cambio progresivo de la Era de Piscis a la Era de Acuario. El mundo actual está dividido en los ámbitos político, económico, religioso y cultural en dos grandes grupos de personas: los “conservadores y reaccionarios de Piscis” y los “progresistas de Acuario”. El instructor de la Era de Piscis ha sido Jesús “el Cristo”, que fue “adumbrado” en Palestina y trabajado por la “conciencia crística” de Maitreya desde su bautismo hasta su crucifixión. El resultado de la actuación de este instructor fue el establecimiento del cristianismo como sistema religioso portador de las energías cósmicas propias de la Era de Piscis.

La Era de Acuario presenta nuevas energías de síntesis que crearán una nueva cultura y civilización basadas en los valores de la unidad y la fraternidad. Manifiesta una diferencia fundamental con las anteriores: su instructor no será un discípulo “adumbrado” sino que será el propio Maitreya.

Según Benjamin Creme, “profeta” del tema, Maitreya ha permanecido oculto en el Himalaya hasta julio de 1977 y se ha establecido en la comunidad hindú-pakistaní de Londres. En la actualidad aguarda el momento oportuno para mostrar al mundo su verdadera identidad en el “Día de la Declaración”, cuando protagonizará una especie de nuevo Pentecostés mediático por medio de una aparición en televisión que será seguida por toda la humanidad.

Aunque “incluso quienes no estén viendo a Maitreya en televisión tendrán esta experiencia. Su energía de amor penetrará los corazones de todas las personas, galvanizando a la humanidad para que salve al mundo”. Tras su aparición pública, Maitreya enseñará a la humanidad “el arte de la realización del Ser” y atenderá una serie de cuestiones sociales incluidas en su “lista de prioridades: un suministro justo de comida apropiada, vivienda adecuada para todos, atención sanitaria y educación como un derecho universal”.

¿Quién es Benjamin Creme?

La persona que difunde estas enseñanzas y aglutina a los que esperan a Maitreya en todo el mundo es Benjamin Creme, un artista nacido en Glasgow en 1922. Hay que destacar su trayectoria vital en la nueva religiosidad, ya que formó parte en los años 50 de la Sociedad Aetherius (una secta que dice relacionarse con los habitantes de Venus, entre los que se encontraría Jesús).

Sin embargo, la influencia más destacada en sus doctrinas vendrá dada por la Sociedad Teosófica de Helena P. Blavatsky y por la Escuela Arcana de Alice A. Bailey, dos de las principales corrientes esotéricas contemporáneas. De hecho, Creme tomará la “oración” compuesta por Bailey (llamada la “Gran Invocación” y recibida supuestamente del “maestro ascendido” Djwhal Khul) para utilizarla en sus prácticas, como veremos después.

En su proceso de formación esotérica “descubrió” su papel especial en el advenimiento de la Nueva Era, y en Londres en 1975 comenzó a difundir públicamente el advenimiento de Maitreya, el principal de los Maestros de Sabiduría, ya que dice tener contacto directo con él. Anunció que en 1982 tendría lugar el “Día de la Declaración”, pero nada sucedió. Asegura que Maitreya se habría aparecido en Nairobi (Kenia) ante miles de personas como una figura barbuda y vestido de blanco, y por ello sus seguidores difunden mucho la fotografía que se tomó.

Además de escribir libros y dirigir las publicaciones de su movimiento (la revista Share International y la hoja informativa Emerger Mundial), Creme se dedica a dar conferencias por todo el mundo, de forma periódica, avisando de que cada vez está más cerca la llegada de Maitreya.

¿Cuáles son sus doctrinas?

Para Benjamin Creme, Dios o Logos es “el gran Ser Cósmico que enalma este planeta, encarnando todas las Leyes y todas las energías regidas por esas leyes, que componen todo lo que vemos y lo que no podemos ver”. Es un ente cósmico que está detrás de toda la creación universal. La realidad está dividida en siete planos que forman el “Plano físico cósmico”, ordenados de forma ascendente y accesibles sólo a medida que la persona avanza en un proceso iniciático de expansión de su conciencia.

Su lenguaje es totalmente panteísta, ya que podemos leer en uno de sus libros que “todo es Dios. De hecho, no hay nada más que Dios”. Para Creme, el ser humano es una “chispa de Dios”. Dice que “cada uno de nosotros es en esencia divino pero, comparados con los grandes hombres y sabios de todas las religiones y campos del esfuerzo humano, la mayoría reconoce o demuestra esta divinidad sólo de forma limitada”.

Todas las personas están formadas por tres planos o estados de conciencia y se reencarnan en un proceso de mejora gradual “hasta que ponen en movimiento efectos que nos liberan de la rueda de la reencarnación. Este proceso es gobernado por la ley de Causa y Efecto o Karma”. La iniciación esotérica conduce a la liberación de las experiencias humanas (se considera como un medio de aceleración del proceso evolutivo de la reencarnación) y a la evolución espiritual superior o expansión de la conciencia mediante varias etapas sucesivas. Los Evangelios son interpretados como una representación simbólica del viaje del iniciado hacia la perfección.

En alguna ocasión ha resultado polémica la alusión de Benjamin Creme a Lucifer. Él asegura, como lo hace gran parte del esoterismo actual, que bajo ese nombre no hay que entender a la figura del diablo de la tradición judeocristiana, sino que, lejos de ser el ángel caído y castigado por Dios, es el ángel que da la luz al hombre (tomando pie en su sentido etimológico: Lucifer es el que lleva la luz).

La nueva religión mundial

La evolución espiritual del hombre no es posible en el marco de las religiones tradicionales, consideradas temporales e insuficientes, y que serán superadas por la espiritualidad propia de la Era de Acuario: “la humanidad… comprenderá que el Reino de Dios no tiene origen cristiano ni budista, ni se relaciona con ninguna otra iglesia específica, religión u organización, sino que está constituido por ese grupo integrado de individuos infundidos por el alma que están constantemente radiando amor”.

Sin embargo, no predica el fin de la religión, sino el advenimiento de una nueva, que sintetizará las religiones de Oriente y de Occidente “en una Nueva Religión Mundial. El Cristo es el gran exponente y la expresión del Amor, mientras que el Buda es la encarnación de la Sabiduría. En este tiempo venidero, el Cristo fusionará y combinará estas dos energías divinas y responderá a la llamada de socorro y guía de Oriente como también a la de Occidente. Él será en verdad el Instructor del Mundo, que viene a inaugurar la nueva era de síntesis y fraternidad basada en el establecimiento de correctas relaciones humanas”.

Sus actividades

A pesar de su gran difusión por todo el mundo, el movimiento llamado “Share International” en torno a la doctrina de Maitreya cuenta con unos 5.000 miembros en 600 grupos de meditación que se han formado en 40 países. Sus prácticas principales son la Meditación de Transmisión y la difusión del advenimiento de Maitreya.

La Meditación de Transmisión es presentada como un método para “ayudar al mundo y construir una conexión más fuerte con la propia naturaleza espiritual”. Durante su realización, los “Maestros de Sabiduría” dirigen energías espirituales “desde los planos espirituales a través de los centros de energía (chakras) de los miembros del grupo de una forma muy científica. Este proceso hace que las energías sean más útiles para la humanidad y los demás reinos de la naturaleza”.

La única condición exigida a los miembros del grupo es la confianza en la utilidad del “trabajo energético” realizado en las sesiones de meditación como medio de mejora para la humanidad: no se requiere una aceptación de sus creencias esotéricas (ni siquiera creer en la existencia de los Maestros de Sabiduría que dirigen las energías). Según explican, esta actividad colectiva es compatible con cualquier situación religiosa o espiritual que presente el participante.

La Transmisión comienza con el alineamiento de los miembros del grupo con los Maestros de Sabiduría mediante la entonación de “La gran invocación”, la oración más difundida de la Nueva Era que, entre otras cosas, dice: “Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios, que afluya amor a los corazones de los hombres, que Cristo retorne a la Tierra”.

Tras ella, los miembros alinean el cerebro físico y el alma enfocando la atención en el centro ajna (centro de energía situado en el entrecejo) y pensando simultáneamente en el mantra OM. Esta actividad grupal sirve como un “punto de entrada” para que las energías lleguen donde sean necesitadas y estimulen el progreso humano.



Para más información:

Manuel Guerra, “El Cristo del que habla la Nueva Era, ¿es el Jesús de los evangelios?”, Aleteia, 12/02/14.
(http://es.aleteia.org/2015/12/12/quien-es-el-cristo-maitreya-que-espera-la-nueva-era/)

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