"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

miércoles, 31 de julio de 2019

Comunistas (ladrones) millonarios: la hija de Hugo Chávez es la venezolana más rica del mundo

hija hugo chavez

María Gabriela Chávez, la hija predilecta del fallecido Hugo Chávez, sigue dando de qué hablar, después de que medios como Dolar Today, Maduradas y Yoyopress  publicaran pruebas en las que se detalla a cuánto asciende la herencia que le dejó quien fuera presidente de Venezuela.

La multimilloria cifra supera incluso la fortuna del empresario venezolano Gustavo Cisneros, quien según la revista Forbes posee un capital de 3,6 millardos de dólares.

La fortuna de María Gabriela dista mucho de lo que solía decir su padre: "Ser rico es malo", y se aleja todavía más de la doctrina socialista que Chávez trató de imponer accidentalmente en el país petrolero.

Los 4.197.000.000 de dólares que María Gabriela Chávez posee en sus cuentas de Andorra y EEUU le conceden el ostentoso título de la mujer más millonaria de Venezuela, muy por encima de empresarios como Lorenzo Mendoza, dueño de Empresas Polar, tildado cientos de veces por los chavistas como "el gran oligarca".


La "heroína" de Chávez

María Gabriela Chávez Colmenares nació en marzo de 1980 del matrimonio de Hugo Chávez con Nancy Colmenares, su primera esposa, y es la segunda entre sus cinco hijos conocidos –Rosa Virginia, Hugo Alejandro, Rosinés y Sara Manuela. Cursó algunos semestres de la carrera de Relaciones Internacionales en la Universidad Central de Venezuela y luego siguió estudios en Comunicación Social en la Universidad Bolivariana de Venezuela, fundada por Chávez en 2002.

Cuando su padre se divorció de su segunda esposa, Marisabel Rodríguez, María Gabriela asumió el rol de primera dama de Venezuela, acompañándolo en viajes y actos oficiales. De todos los hermanos Chávez es ella quien mantiene una relación más estrecha y profunda con los presidentes latinoamericanos que entablaron amistad o secundaron los planes regionales de su padre.

Hugo Chávez llamaba a María Gabriela “mi heroína” por desencadenar con unas breves declaraciones los episodios que condujeron a su rescate y restitución en el poder, tras el golpe de Estado que lo derrocó durante 48 horas en abril de 2002. 

Con la hija de Chávez se repite una constante a lo largo de la historia: los dirigentes políticos más ricos del mundo son siempre líderes comunistas o sus descendientes directos. No falla. Y eso que odian al capitalismo. ¡Qué paradójico!
(https://www.mediterraneodigital.com/gente-y-tv/ultimas-noticias-gente-y-tv/canal-famosos/comunistas-millonarios-la-hija-de-hugo-chavez-es-la-venezolana-mas-rica-del-mundo.html?fbclid=IwAR2Kr98XlKxWzvOKywaKoyJ_SXtnhmO4K1aiufKuv5LqLVt2WCGQaccHL70)

sábado, 27 de julio de 2019

Lecciones desde Ucrania: legalmente comunismo y nazismo son sinónimos

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El comunismo mató de hambre a al menos 7 millones de ucranianos por defender su tierra, durante el periodo de colectivización, por eso hoy rechazan la izquierda en todas sus formas
NOTICIASEUROPAIDEOLOGÍALEGISLACIÓN
Por Mamela Fiallo Flor  Actualizado Jul 23, 2019

En Ucrania celebran el retiro masivo de estatuas comunistas, ya que exaltan al régimen que expropió y mató de hambre a sus ancestros. (WikiCommons)
Imágenes de personas desnutridas y confinadas en campos de trabajo forzado comúnmente se asocian con el nazismo, y no con el régimen del cual aprendieron esa técnica: la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Décadas después, el Tribunal Constitucional de Ucrania, país que sufrió tanto la ocupación Nazi como la Comunista, ha ratificado una ley que equipara a ambas ideologías y prohíbe la difusión de sus símbolos.

De acuerdo con El Libro Negro del Comunismo, sin contar con los soldados caídos que aumenta el saldo, el socialismo internacionalista (comunismo) implantado en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, mató al menos el doble de personas que el nacionalsocialismo, mejor conocido por su forma contraída: nazismo.

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Ante lo cual, en el fallo publicado en su sitio web, el tribunal ucraniano dijo que «el régimen comunista, al igual que el régimen nazi, infligió daños irreparables a los derechos humanos debido a su existencia, tuvo control total sobre la sociedad y, persecuciones y represiones motivadas políticamente, violó sus obligaciones internacionales y sus propias constituciones y leyes».

El tribunal agregó que los «regímenes comunistas y nazis» usaban métodos similares para «implementar políticas estatales represivas».

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Como tal, la legislación fue aprobada por los legisladores ucranianos en mayo de 2015. Sin embargo, el revuelo que causó en Moscú al igual que protestas internas demoraron su ratificación.

#ThinkAboutIt No seas presa d la ignorancia ni víctima d sistema https://t.co/so66D2L4Nt #communism #fascism #Cuba pic.twitter.com/Y5EVz3YO8h

— La Jiri Libre 🇨🇺💥🤓 (@JirilibreLa) July 28, 2016

Dice el refrán que una imagen vale más que mil palabras. Por eso la artista y activista cubana Annelys PMC graficó que estar ofendido por la esvástica y no por la hoz y el martillo, es un indicador del adoctrinamiento sistemático que idealiza al socialismo en una de sus formas, la internacionalista, y demoniza la otra, la nacionalista. Por eso hoy, las víctimas del comunismo nos recuerdan que ambas formas de colectivización deben ser repudiadas.

¿Qué pasa con la libertad de expresión?
Desde la libertad de expresión genera polémica que haya ideas y símbolos prohibidos. No obstante, al haber fomentado sistemas políticos de exterminio, hambre y represión, los parlamentarios ucranianos consideraron necesario que el comunismo tenga un concepto de rechazo tan consolidado como sucede con el nazismo.

Fue gracias a esa ley que comenzaron a eliminarse todos los monumentos comunistas que no estaban relacionados con la Segunda Guerra Mundial, y se cambiaron los nombres de lugares públicos que tenían nombres soviéticos. Decenas de placas, monumentos y estatuas, como las del líder soviético Vladimir Lenin, han sido demolidas y destruidas.

Una vez aprobada la ley en abril de 2015, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia acusó a Ucrania de utilizar «métodos totalitarios» para liquidar a los partidos y organizaciones, y atacar la «libertad de prensa, opinión o conciencia». Pues los partidos que fomentaban el socialismo en cualquiera de sus formas quedaban fuera de la arena política.

Los legisladores aprobaron la ley en medio de una tensión política con Rusia, un año después de que Moscú anexara la península de Crimea y ayudó a iniciar una guerra en el este de Ucrania, que ha matado a más de 13.000 personas y ha desplazado a más de 1 millón.

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El Horror de Ucrania, hombres con inanición y caballos muertos a un lado de las carreteras, Moscú les deja sin comida. (WikiCommons)
Fue precisamente Crimea una de las zonas más afectadas durante el gobierno comunista de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Experimentó dos grandes hambrunas, la primera, conocida como «El hambre» de 1921-22, siguió a la Guerra Civil Rusa. Aunque el gobierno bolchevique declaró que la hambruna se debió a la sequía y los trastornos económicos debidos a la Guerra Civil, la causa principal fue la requisición forzosa de cereales y alimentos en el campo, que no dejó reservas para la población rural. Alrededor de 5 millones de personas murieron de hambre en ese periodo, 60 000 eran tártaros de Crimea.

El comunismo suplantó la propiedad privada por la colectivización y mató de hambre a millones
La segunda hambruna de Crimea comenzó en 1931 y fue el resultado directo de las políticas soviéticas de colectivización e industrialización. Conocida como la «Gran hambruna» de 1932-33, traducida del ucraniano Holodomor, golpeó particularmente en Ucrania y se cobró la vida de entre 6 y 7 millones de personas.

Crimea fue uno de los primeros lugares en sentir los efectos devastadores de la colectivización. La Unión Soviética implementó el primer plan económico de cinco años en 1928. Uno de los objetivos del plan era la transformación de la agricultura de parcelas de propiedad individual en un sistema de granjas colectivas.

Entre 1930 y 1933, el gobierno soviético deportó a casi un millón de hogares campesinos, considerados acomodados (y, por lo tanto, enemigos del pueblo) y confiscó sus propiedades. Las autoridades extendieron el control político sobre la población pobre restante al obligarlos a la colectivización.

Toda resistencia fue aplacada con ahorcamientos públicos, fusilamiento y/o un viaje en tren a la Siberia, donde morían en el recorrido o en los campos de trabajo forzado. Los que se quedaron morían de hambre, dado que eran forzados a cosechar la tierra pero tenían prohibido comer lo cosechado.

Por definición, el socialismo exige los medios de producción en manos del Estado. De modo que no se trató de una falla en la aplicación, sino la teoría puesta en marcha.

La «redistribución de la riqueza» que fomenta el socialismo se logró quitando comida a los agricultores ucranianos para repartirla entre las más de 15 naciones que había conglomerado la Unión Soviética.

Los medios masivos han sido cómplices del ocultamiento de los atropellos del comunismo
Mientras la industria cinematográfica ha dedicado enormes esfuerzos para exponer los crímenes del nacionalsocialismo (nazismo), los medios masivos fueron cómplices de ocultar los atropellos del socialismo internacionalista (comunismo), que terminó con más vidas y aún así goza de inmunidad no solo en la pantalla, sino en las calles e incluso los parlamentos.

El periodista de The New York Times, Walter Duranty, no solo silenció el hambre forzada y el asesinato de millones de ucranianos, sino que ganó el premio más destacado en su profesión, el Pulitzer, por su supuesta cobertura en la Unión Soviética, donde encubrió al totalitarismo.

Y el fenómeno no parece haber mejorado. Con motivo del aniversario del aterrizaje en la luna, The New York Times publicó una nota exaltando a la URSS como ejemplo de la lucha contra el racismo y la igualdad entre los sexos por la diversidad de sus cosmonautas.

Lo que no dice es que el hambre forzada que indujo el socialismo soviético exterminó a pueblos enteros, pues atacó de manera focalizada a etnias específicas, como sucedió con los ucranianos.

Ahora los ucranianos lo denuncian, no solo públicamente sino legalmente. Pues la igualdad que exaltan los supuestos defensores de la diversidad, pasa por alto que en el socialismo hay que aislar al distinto o en su defecto exterminarlo.
(https://es.panampost.com/mamela-fiallo/2019/07/23/lecciones-desde-ucrania-legalmente-comunismo-y-nazismo-son-sinonimos/?fbclid=IwAR3gzpumVgoNF_KL6f9wqAvHyRn78fl4GSYY0qmNBQ7A2iWYuoiI2GeqSKE)

Increíble: el órgano jesuita en EEUU publica un artículo en defensa de la secta comunista

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Por Carlos Esteban | 25 julio, 2019
La revista America, órgano de los jesuitas de Estados Unidos del que es redactor jefe el célebre ‘apóstol de los LGTBI’ padre James Martin, publica en su último número una larga defensa del comunismo dentro de la Iglesia.

‘La defensa católica del comunismo’ es el artículo aparecido en el último número de la revista America, órgano de los jesuitas en Estados Unidos, en el que Dean Dettloff hace una encendida defensa del comunismo como una ideología no solo compatible con la doctrina católica, sino idealmente adaptada a sus fines.

Dettloff excusa de un plumazo el horror de muertes, represión, opresión y miseria que ha causado el socialismo real en el mundo -como, por otra parte, hacen todos sus correligionarios- y se centra en la teoría marxista para concluir que es una valiosa expresión política del mensaje evangélico.

“Los comunistas persiguen el bien cuando son peligrosos”, concluye Dettloff. “Se oponen a un sistema económico basado en la avaricia, la explotación y el sufrimiento humano, afligiendo a los opulentos y consolando a los afligidos. Y en un mundo dominado por una economía de muerte, una economía que está arruinando nuestra “casa común”, como nos dice el Papa Francisco, e imponiéndose como fin de la historia, debemos añadir: es cuando los comunistas se vuelven peligrosos cuando son buenos”.

Aunque las palabras de Dettloff puedan recordar vagamente a las del Papa Francisco cuando declaró que “son los comunistas los que piensan como los cristianos”, la idea de que se pueda plantear en serio en una publicación católica supuestamente ortodoxa una doctrina no solo evidentemente incompatible con toda religión, la que con más saña la ha tratado de desarraigar durante un siglo, sino también solemnemente condenada por la Iglesia, resulta desconcertante y es un indicio más de la deriva hacia la confusión de los últimos años.

En la encíclica Quod Apostolici Muneris, ya León XIII definía al comunismo marxista como una “mortal enfermedad que se infiltra por las articulaciones más íntimas de la sociedad humana, poniéndola en peligro de muerte”. El Papa Pío XI, en Divini Redemptoris, definió al comunismo marxista como “intrínsecamente perverso, y no se puede admitir que colaboren con el comunismo, en terreno alguno, los que quieran salvar de la ruina la civilización cristiana”. Adviértase lo tajante de la expresión: no es lícito colaborar con esta ideología que define como intrínsecamente mala.

En el mismo documento, el Papa Pío XI denuncia que se realiza en favor del comunismo “una propaganda realmente diabólica como el mundo tal vez nunca ha conocido”. Esa propaganda echa mano no sólo de la mentira sino también de la simulación, del trabajo de zapa y hasta de la introducción de Caballos de Troya ideológicos. Así, por ejemplo, los revolucionarios, “con diversos nombres que carecen de todo significado comunista, fundan asociaciones y publican periódicos cuya única finalidad es la de hacer posible la penetración de sus ideas en medios sociales que de otro modo no les serían fácilmente accesibles”.

De igual forma el Papa Pío XII autorizó a la Congregación para la Doctrina de la Fe a excomulgar a cualquier católico que militara o apoyara al Partido Comunista. Antes de excomulgar a los comunistas, Pío XII había señalado en su correspondencia con el presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt el peligro que la Iglesia veía en la expansión de la Unión Soviética, y había combatido su ideología. Después de la guerra, el Santo Oficio condenó el comunismo marxista el 1 de julio de 1949 y excomulgó a sus seguidores. En la misma línea insistió en el deber de los cristianos de dar su voto a personas de segura fe católica.
(https://infovaticana.com/2019/07/25/el-organo-jesuita-en-eeuu-publica-un-articulo-en-defensa-del-comunismo/?fbclid=IwAR2vPdgjK9ELEgabaVHsCUxgD_fRAOqjS3-rRVS6PJSPnL002iFXgGvygEw)

miércoles, 17 de julio de 2019

La secta comunista lava los cerebros y los deja vacíos de ideas...

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CON EL CEREBRO LAVADO SIN DIENTES Y CON EL ESTOMAGO PEGADO AL ESPINAZO DE TANTO AGUANTAR HAMBRE Y GRITANDO QUE VIVA LA REVOLUCION,,ESTE ES EL ROSTRO DE LA IGNORANCIA Y LA ESTUPIDEZ TATUADA EN EL PECHO 

Cómo el ateísmo de la URSS mató a millones

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Elena Leontjevajulio 16, 20190139
Si los bolcheviques hubieran estado atentos al dicho popular ruso que dice “un espacio sagrado nunca queda vacío,” el gobierno que impusieron sobre el pueblo ruso habría evitado muchas desgracias. Ese bien conocido decir alude a los días muy anteriores a la Revolución de Octubre de 1917, cuando sitios de oración eran considerados santos y al hecho de que, si se destruía alguna iglesia antigua, en su lugar pronto se edificaría un nuevo templo. Victoria Smolkin, profundizando en la lectura directa de la máxima, no sólo la pone como título de su nuevo libro, sino en el centro de su narración. A lo largo de 250 páginas de lectura cautivadora, la profesora asociada de historia de la Universidad Wesleyan, hábilmente construye un estudio histórico del ateísmo bajo el gobierno soviético, demostrando la exactitud de la sabiduría popular ignorada displicentemente por los bolcheviques.

UNA CAMPAÑA PARA REEMPLAZAR LA RELIGIÓN CON EL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO

Karl Marx prometió que “al crecer el socialismo, la religión desparecerá.” Vladimir Lenin juró que el comunismo borraría a la religión de la historia humana. Josef Stalin mató a mucha gente de trasfondo religioso bajo el credo, “No hay hombre, no hay problema.” (No obstante, Stalin no creía que, como tal, la religión podía ser eliminada). A Sacred Space Is Never Empty: A History of Soviet Atheism nos monta en un carrusel de puntos de vista y acciones de comunistas de alto rango en torno al reino de la religión, alegando que, si bien se ha escrito mucho acerca de los actos violentes en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas contra la iglesia, el clero y los creyentes religiosos comunes, se le ha prestado poca atención a la historia del ateísmo, como supuesto sustituto de la religión, en especial en el período post Stalin (1953-1991). Así, Smolkin se aventura a brindar una visión general de toda la historia del ateísmo soviético, con énfasis especial en aspectos escasamente conocidos de cómo fue diseñado y puesto en práctica, y cuáles fueron los resultados deseados y los no previstos.

El lector se familiarizará con todos los períodos del ateísmo soviético: el ateísmo militante de la era de Stalin, que terminó con la tregua forzada con la Iglesia en el marco de las dificultades de la Segunda Guerra Mundial (1943), seguido del ateísmo científico y las campañas antirreligiosas de Nikita Khrushchev. Convencido de que el cierre de la mitad de las iglesias y monasterios sólo aumentaba el número de ritos religiosos, eventualmente Khrushchev se volteó hacia el avance pacífico del punto de vista científico y la moral comunista. Al inicio de la era de Leonid Brezhnev como Secretario General del Comité Central del Partido Comunista, el énfasis se dirigió hacia la promoción de una versión socialista de la espiritualidad. Discusiones extensas acerca de los rituales y las costumbres populares endosaron un lanzamiento masivo de nuevos ritos y prácticas en toda la URSS, Las grandes ciudades vieron el surgimiento de los “Palacios del Matrimonio” y los “Palacios de la Felicidad.”

Exhibiendo los intentos no exitosos de reemplazar a la religión por el conocimiento científico, rituales, un código moral y una espiritualidad elevada, Smolkin invita al lector a entender que la religión no es sólo un ritual, una moral y una espiritualidad. Tampoco es una emoción, solidaridad o consuelo, buscado por el hombre que sufre. Entonces, ¿qué es, si su “lugar vacío” no pudo llenarse por el todopoderoso estado durante siete décadas de poder estatal ilimitado?

Ella cita una carta a las autoridades de un tal B. Roslavlev, un representante de la intelectualidad Cristiana, que en este sentido es sumamente esclarecedora, y conduce a consideraciones más profundas. Roslavlev aboga por los beneficios de la fe en la edificación del comunismo. Si el Logos, la indestructible palabra con significado, la gramática de la existencia, respalda a la religión, entonces, la proposición del intelectual se aclara: La religión puede devolver el orden perdido a las bases invisibles del Ser y de la vida social. Sin esos cimientos, todo se mueve hacia el colapso y la autodestrucción. Una revolución que rechaza al Logos está condenada a llevar ruina.

Gradualmente, A Sacred Space Is Never Empty muestra cómo los propios ateos llegaron a convencerse de la inefectividad de su propaganda. La atención varía de una cosmovisión puntos a emociones y espiritualidad. “Con nosotros, nadie derrama lágrimas,” exclama un propagandista. Los cambios de táctica del ateísmo implícitamente reconocen que la religión ahora descansa no sólo en las viejas bases, sino también en la desilusión masiva de la gente con la idea comunista.

LA GENTE QUERÍA MÁS RELIGIÓN, Y MÁS OBJETOS MATERIALES, QUE LO QUE PREDIJERON LOS COMISARIOS

Leemos en el libro acerca de debates entre ateos con respecto a sus objetivos. ¿Están ellos apuntando al estudio teórico de la religión o, más bien, por la conversión de los rusos a una visión materialista científica? Los ateos se interesan más y más en estudiar la religión, a la vez que rechazan el ateísmo militante. Un ateo destacado, en una carta dirigida al Comité Central, advierte acerca de las consecuencias peligrosas del ateísmo militante y pide cooperar con los creyentes para reunir a la sociedad. Otro paladín del ateísmo admite que hay un interés creciente en la religión, pero dice que las creencias de los rusos han llegado a deformarse y diluirse. Su colega declara que la religión se ha convertido en la principal herramienta de “la guerra global de ideas.” Manifiesta inquietudes acerca de que la indiferencia ideológica y el consumismo prevalecen entre los jóvenes de la Unión Soviética. Si las primeras generaciones soviéticas estaban dispuestas a sobreponerse a las dificultades y sacrificar todo, entonces, la generación de la postguerra se caracterizaba por el vacío espiritual y una afición por las cosas materiales.

El conformismo, que penetra en la totalidad de la realidad socialista, igualmente golpeó al lado religioso de la vida. Más y más rusos no creían profundamente, pero, aun así, practicaban los rituales. Los estudios citados por la autora rinden un perfil del creyente soviético “típico”: iconos en la esquina de la cabaña, pero, la vida bajo los iconos puede contradecir la fe. El bautismo, la boda, usar una cruz, pero, al mismo tiempo, menospreciando las capas más profundas de la religiosidad. Uno puede notar que, en esos escenarios, el creyente es algo de una caricatura.

Es cierto que Smolkin no brinda retratos de la “sal sobre la tierra” -de aquellos que acarreaban y preservaban el amor, la esperanza y la fe cristianas- tal vez porque esa gente no era tomada en consideración. Los santos mártires y los verdaderos discípulos de la Cristiandad, gente que derramó sangre por la fe durante tiempos de guerra y persecución, no aparecen en los reportes de los ateos y, así, no aparecen en las páginas de este libro. El ateísmo no le da valor al hecho de que la Cristiandad descansa sobre la sangre de los mártires. No habla de aquellos que predicaron en los gulags, ni tampoco menciona aquellos ancianos espirituales, alrededor de quienes muchos creyentes fueron alimentados e incontables conversiones tuvieron lugar en la era soviética. Como regla, el libro no toma en serio a aquellas mujeres aparentemente invisibles quienes vivieron el amor y humildad cristiana y quienes, como los portadores de mirra, mantuvieron la fe viva en tiempos oscuros.

En lo referente a la conquista del cosmos, el libro describe con maestría las emociones de la gente. El vuelo del hombre hacia el espacio exterior se supuso que traería el inicio de una conversión masiva a la cosmovisión científica. Un editorial en una revista atea lanzada en 1959, Science and Religion, proclamó: ¡No hay un Dios allí afuera, los cielos están vacíos! “El hombre hizo que la naturaleza se sometiera a su voluntad,” y “se convirtió en un gigante, victorioso sobre los elementos, guiando las leyes de la naturaleza y de la sociedad.” Una anciana, convertida al ateísmo, escribió a Izvestia, diciendo; “Él mismo, [el hombre] habita los cielos, y no hay nadie en los cielos más poderoso que él.”

Parecía como si estuvieran contados los días de la fe religiosa tradicional. En todas las ciudades grandes, se construyeron planetarios como nuevos templos de la ciencia. Se dieron discursos acerca de la estructura del ser sin Dios. No obstante, el autor nos hace reír cuando escribe que, al terminar la conferencia, los miembros de la audiencia les dijeron a los organizadores de las conferencias que, “a ellos les gustó como el Dios glorioso construyó el universo.”

No es algo inesperado que los comunistas aspiraran a destruir la religión, pues ella desafía la misma esencia del credo comunista, al revelar que el hombre no es omnipotente y que hay leyes universales en las que él debe creer. Los comunistas, como mini-Luciferes, uno tras otro, desafiaron no sólo a la religión y a los clérigos, sino al propio orden del Ser. Ellos prometieron edificar un “Cielo en la Tierra” ̶ con su propia capacidad y mente, pero se quedaron cortos. Fracaso tras fracaso en tal sentido puede ser visto como reflejo de otras catástrofes de la construcción comunista. Al terminar del proyecto, nadie cree en él; muchos están profundamente heridos y privados del sentido de la vida. Algunos están buscando un fundamento espiritual, otros son “salvados” por el conformismo.

Aunque el libro está dedicado al ateísmo como un producto del comunismo, puede lanzar luz sobre el escenario inverso: esto es, cómo el ateísmo puede alterar la sociedad, cómo puede inducir al consumismo, al paternalismo, al estado de bienestar material y espiritual; y cómo puede, deliberadamente o no, conducir a aventuras comunistas, ya sea del duro o del suave.

En una nota más ligera, el libro podría leerse como una colección divertida de hechos coloridos y ocurrencias extraordinarias. Los lectores encontrarán al milagrosamente petrificado “Zoya de pie,” [Nota del traductor: Zoya fue una heroína de la Unión Soviética y su nombre se le dio a un cinturón de asteroides descubierto por una astrónoma rusa], “contadores” de mujeres; una fábrica clandestina de talismanes; notas de oraciones que quedaron en la antigua capilla de la Bendita Xenia, la que fuera convertida en un taller; y, finalmente, un entendimiento de por qué, en la década de los años sesenta, Giovanni Boccaccio, Voltaire y Anatole France, fueron impresos en enormes cantidades ̶ a pesar de la escasez prevaleciente de papel.

LA CAÍDA DEL COMUNISMO

Qué tan súbitamente terminó el gobierno de los ateos, impactando incluso al líder de los comunistas. Smolkin aclara que la recuperación religiosa no fue un componente deliberado de la perestroikade Mikhail Gorbachev. Ella describe el próximo milenio del bautismo de Rusia, el cual cayó en junio de 1988, y que coincidió con la crisis de la perestroikay el glasnost y las protestas de los líderes de línea dura que eran afectados, como aquella expresada en una nota famosa que la química e incondicional del comunismo, Nina Andreyeva, escribió en Pravda (fue conocido como “El Manifiesto de las Fuerzas Anti-Perestroika”). El Secretario General Gorbachev corrió hacia los brazos de la Iglesia para convertir al milenio del bautizo en una celebración nacional.

La historia de una fe duradera y férrea puede incitar el pensamiento de científicos sociales, como una adición a la lista de elementos indestructibles de una sociedad libre, como lo son la propiedad privada, la responsabilidad personal, el dinero, el intercambio, la familia ̶ todos los cuales fueron blancos comunistas a ser demolidos. No sorprende que, una vez que los obstáculos se removieron, la gente se volteó hacia la religión con un nuevo fervor. Como lo expone Smolkin; “La religión regresó a la vida pública ‘no por la puerta del servicio, sino por la puerta del frente.’”

Una vez que se recuperó, la “vacía” vida religiosa está fuertemente poblada y difícilmente podría evitar la exaltación y el exceso. Después de años de represión, podía ser ávidamente llenada con patriotismo y, de hecho, con estatismo, si bien no del tipo recetado por Marx y Lenin. No obstante, la fe invisible, que sobrevivió la época del ateísmo, permanece sólida.

La autora cierra con una brillante anécdota alegórica acerca de la Catedral de Cristo el Salvador. Esa catedral demolida en el centro de Moscú tenía que dar campo al Palacios de los Soviéticos, símbolo de la victoria comunista, pero, escribe Smolkin, el hecho de que “el palacio nunca se materializó” simplemente “subrayaba el espacio vacío que había quedado atrás. Que el espacio continuara vacío por décadas, solo para ser ocupado por una piscina de natación -un espacio de ocio moderno, pero difícilmente un monumento a la utopía prometida por la revolución- habla de la lucha del ateísmo soviético por llenar con su propio significado el espacio vacío que había creado.”

Elena Leontjeva, quien posee título en economía y matemáticas de la Universidad de Vilnius, es presidenta de la junta directiva del Instituto de Libre Mercado de Lituania. Más recientemente dirigió una investigación multidisciplinaria acerca del fenómeno de la escasez y la carencia, y ha producido un documental sobre este tema, titulado Sed Sublime.

Traducido por Jorge Corrales Quesada. La fuente original se encuentra aquí.



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Elena Leontjeva
Licenciada en economía y matemáticas por la Universidad de Vilnius, es presidenta de la junta directiva del Instituto Lituano de Mercado Libre. Recientemente dirigió una investigación multidisciplinaria sobre el fenómeno de la escasez y la escasez , y produjo un documental sobre este tema llamado Sublime Thirst .
(https://misesreport.com/como-el-ateismo-de-la-urss-mato-a-millones/?fbclid=IwAR2UB-_e_IAsM74E-OK_AvlDgvXKdfHPNnCZjE4A7javJVxadIlNQ6f1_tU)

En este día en 1918, la familia Romanov fue asesinada por la secta comunista

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Giselle Rockefellerjulio 17, 20190224
El 17 de julio de 1918, el zar Nicolás II, su familia y los que lo acompañaron en prisión fueron ejecutados por agentes bolcheviques con disparos y bayonetas en la casa de Ipatiev en Ekaterimburgo. Para entonces Nicolás ya no era un monarca. Abdicó de su trono en favor de su hermano, el gran duque Michael Alexandrovich, pero su hermano rechazó la corona y terminó con la dinastía Romanov de 300 años.

En marzo de 1917, Nicolás se unió a su familia bajo arresto domiciliario en Tsarskoye Selo. La familia fue trasladada a la mansión del ex gobernador en Tobolsk por el gobierno provisional que reemplazó a la monarquía. Sus condiciones de vida se deterioraron cuando los bolcheviques llegaron al poder y trasladaron a la familia a la Casa Ipatiev en Ekaterimburgo. Fueron supervisados ​​estrictamente por 300 guardias, confinados al aislamiento total y colocados en raciones de soldados (sin mantequilla ni café). Sus ventanas estaban selladas y pintadas, mientras se construían paredes cada vez más altas alrededor del edificio. Los oficiales al mando podían acceder a cualquiera de las habitaciones de la familia en cualquier momento y obligaban a los prisioneros a tocar el timbre para usar el baño. A la familia no se le permitió el contacto con el mundo exterior a través de cartas o periódicos.

En noviembre, el partido bolchevique, dirigido por Vladimir Lenin, tomó el poder en una revolución incruenta, convirtiendo a Rusia en la primera nación comunista del mundo.

Mientras que los Romanov eran confinados en su suite de cinco habitaciones en la Casa de Propósito Especial, una guerra civil que comenzó en junio de 1918, se desató. En julio, las fuerzas anti-bolcheviques marcharon hacia Ekaterimburgo para rescatar a los Romanov. Para prevenir el rescate, las autoridades locales pronunciaron una sentencia de muerte para la familia.

A lo largo de la guerra civil de 1918, los bolcheviques se preocuparon de que el Ejército Blanco se apoderara de los Romanov, que podrían ser un poderoso símbolo de la causa anticomunista. El soviet regional de los Urales decidió el 29 de junio ejecutar a la familia y recibió una aprobación provisional de Moscú. El 16 de julio, los captores recibieron la orden de matar a la familia porque las fuerzas del Ejército Rojo se estaban retirando.

Las ejecuciones del zar Nicolás II, su esposa Tsarina Alexandra, sus cinco hijos Olga, Tatiana, María, Anastasia y Alexei y miembros de su séquito tuvieron lugar durante la noche del 16 de julio y la mañana del 17 de julio. Para evitar que alguien se quedará con sus cadáveres, los guardias despojaron los cuerpos de ropa y joyas, los mutilaron con ácido sulfúrico y los enterraron en el bosque Koptyaki.

Los funcionarios soviéticos sólo anunciaron la muerte del zar; para evitar la reacción política, afirmaron que la familia había sido trasladada a un lugar seguro. Esta ambigüedad en cuanto al estado de la familia del Zar permitió una serie de impostores Romanov. En 1938, Stalin prohibió la discusión de los asesinatos de Romanov. Los restos solo fueron encontrados y autenticados décadas después.

Aunque la Iglesia ortodoxa rusa aún no acepta que los restos encontrados pertenezcan a la familia Romanov, en 1998, la familia descansó con honores en la Catedral de Peter y Paul de Petersburgo con la mayoría de los otros monarcas rusos desde Pedro el Grande. En el año 2000, la iglesia ortodoxa rusa canonizó a la familia como portadora de la pasión por la «humildad, paciencia y mansedumbre» con la que aceptaron su muerte.

Una encuesta realizada en 2018 por el Centro de Investigación de la Opinión Pública de Rusia reveló que el 57 por ciento de los rusos de 35 años o más «cree que la ejecución de la familia real es un crimen injustificado atroz» mientras que el 46 por ciento de entre 18 y 24 años «cree que Nicolás II tuvo que ser Castigado por sus errores «.

El 17 de julio, la Duma del Estado honrará la memoria de Nicolás II con un minuto de silencio. La Iglesia ortodoxa rusa también ha declarado el 17 de julio como un día de conmemoración para Nicolás II y su familia.

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Giselle Rockefeller
Es australiana, estudió Relaciones Internacionales. Actualmente vive en los Estados Unidos y se desempeña como periodista de Mises Report.
(https://misesreport.com/en-este-dia-en-1918-la-familia-romanov-fue-asesinada-por-comunistas/?fbclid=IwAR34XKW3Df__I880f1ztnAxkiGonG6G3gIq5_jZCNmZiGFedPSIj0iQK0SA)

domingo, 14 de julio de 2019

El verdadero Che Guevara, un homófobo que encerró a cientos de homosexuales en campos de trabajo

El Che Guevara, en una imagen de archivo

El verdadero Che Guevara, un asesino despiadado y homófobo hasta el extremo.

A pesar de que fue posible ver camisetas con su cara en las manifestaciones del Orgullo, tanto el «comandante» como el mismo Fidel Castro eran defensores del varón heterosexual

Manuel P. Villatoro
@ABC_Historia
Actualizado:
11/07/2019 13:26h
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La revolución cubana orquestada por Fidel Castro logró algo que el ministro de propaganda nazi Joseph Goebbels anheló durante toda la Segunda Guerra Mundial: conseguir grabar a fuego una idea en la mente de la sociedad. Si el germano intentó (sin lograrlo) que el mundo viera a Adolf Hitler como el héroe que liberaría a Europa del yugo judío y de las viejas potencias europeas, los barbudos que se alzaron contra Fulgencio Batista hicieron -casi sin pretenderlo- que uno de sus guerrilleros más controvertidos, Ernesto Guevara, pasara a la historia como el símbolo del buen y racional combatiente. Tanto es así que, en la actualidad, su semblante luce orgulloso en cientos de miles de camisetas de jóvenes y mayores. La realidad, sin embargo, es que poco tenía el Che de santo (y mucho de asesino).

Pero los símbolos es lo que tienen, que es imposible extirparlos a golpe de realidad histórica una vez que se han introducido en el imaginario colectivo. El ejemplo de ello fue la pasada celebración del Día del Orgullo Gay, donde pudo verse a varios manifestantes luciendo orgullosos camisetas con la cara del Che. Un error histórico sonrojante ya que, a pesar de lo que narra el mito, Guevara cargó en repetidas ocasiones contra los homosexuales al considerarles contrarios a su ideal de «hombre nuevo» (aquel que debía alzarse sobre el resto tras la revolución). Por si fuera poco, el guerrillero llegó a tildarles de «pervertidos sexuales» y, con la ayuda del también homófobo declarado Fidel Castro, les persiguió y les internó en campos de trabajo.

Revolución contra los homosexuales
Entender el odio que la revolución cubana exudaba contra los homosexuales requiere retroceder en el tiempo hasta el siglo XIX. Así lo afirma Carlos Tejo Veloso (Vicedecano de Relaciones Internacionales de la Universidad de Universidad de Vigo) en su dossier «Nadando contra corriente: práctica artística y homosexualidad en la Cuba contemporánea». En sus palabras, los «grandes próceres de la patria» cubana contribuyeron a construir «un modelo de héroe asociado a un viril estereotipo de ideal masculino». El mismo del que, poco después, bebieron Castro y Guevara. Uno de los primeros fue el escritor y político José Martí, quien, en su obra «Nuestra América», identificaba al «homosexual con un ser afeminado incapaz de construir una nación y lo definía como un inservible detritus del materialismo moderno».

Guevara y Castro
Guevara y Castro
Martí, defensor de la heterosexualidad como medio para lograr aumentar la natalidad, fue uno de los ideólogos en los que, a partir de 1959, se basaron las políticas de los revolucionarios que arribaron a La Habana en 1959. Aunque otros autores tampoco se olvidan de la influencia del machismo de la época, del estalinismo y del comunismo chino en esta mentalidad. Estos últimos, dos movimientos que consideraban la atracción hacia personas del mismo sexo como un signo de «decadencia burguesa» y de debilidad. Casi «un virus que irremediablemente excluye a la persona infectada de la construcción del proyecto revolucionario», en palabras del propio Tejo Veloso. La investigadora Frances Negrón-Muntaner es de la misma opinión en su documentado «Mariela Castro, los homosexuales y la política cubana».

En todo caso, lo cierto es que los castristas centraron sus esfuerzos en hacer que la sociedad viera a los «guerreros barbudos» como hombres viriles capaces de salvar la revolución; todo lo contrario que a los homosexuales. «En la Revolución, la homosexualidad se consideraba una fase que había que superar si se pretendía cumplir con los objetivos marcados por el sistema», añade el estudioso en su obra. Así lo corrobora también Guillermina Sutter Schneider, Asistente de Investigaciones del Centro para la Libertad y la Prosperidad Global, en «¿Eres gay? El Che Guevara te hubiera enviado a un campo de concentración». Para Fidel y sus compañeros, atributos como la fuerza y la valentía (que creían tan necesarios en el nuevo régimen que organizaban) eran contrarios al ahora colectivo LGTB.

Homófobo declarado
A nivel particular, el Che consideraba la homosexualidad contraria a su ideal de «hombre nuevo» (el arquetipo de varón que, en sus palabras, debía alzarse sobre los poderes establecidos y sobre cualquier forma de dominio). Según el periodista Carlos Alberto Montaner, este debía ser «un obrero vigoroso, gallardo, trabajador, patriota, desinteresado, heterosexual, monógamo y austero». Eso le llevó a considerar a los gays y a las lesbianas como unos «pervertidos sexuales» y (en palabras del investigador y escritor Cabrera Infante) «gente enferma» que debía dejar paso al mencionado «hombre nuevo, políticamente sano y producto de la Cuba comunista».

Otro tanto ocurría con el mismo Fidel Castro, quien, en varias entrevistas, sostuvo la incompatibilidad del homosexual con el grupo revolucionario que dirigía: «Nunca hemos creído que un homosexual pueda personificar las condiciones y requisitos de conducta que nos permita considerarlo un verdadero revolucionario, un verdadero comunista. Una desviación de esa naturaleza choca con el concepto que tenemos de lo que debe ser un militante comunista». No obstante, la profesora de la Universidad de Warwick Stéphanie Panichelli-Batalla es partidaria en su libro «El Testimonio en la Pentagonía de Reinaldo Arenas» de que, en realidad, la pareja de dirigentes solo despreciaba a los gays que «rechazaban su naturaleza masculina» y tenían una forma de ser afeminada.


En todo caso, donde se puede ver el odio del régimen castrista hacia los homosexuales es en la represión que se organizó contra ellos en los años sesenta. Así, el estado no tardó en considerar a los gays como detractores del nuevo gobierno y potenciales enemigos que se declaraban en contra de lo patriarcalmente normativo. En palabras de Tejo Veloso, las primeras detenciones de este colectivo se perpetraron «por los recién creados Comités de Defensa de la Revolución (CDR)», un organismo civil de voluntarios que se infiltraban en los barrios y denunciaban «todas aquellas actitudes que pudieran ser consideradas antirrevolucionarias». Poco después, los presos empezaron a ser internados en campos de trabajo.

Así lo confirmó el escritor, opositor y periodista Jacobo Machover a la cadena BBC en el año 2017. En sus palabras, se suele olvidar que fue el Che «quien creó el primer campo de trabajo de Cuba, que fue situado en la península Guanahacabibes». Una prisión donde «metían a funcionarios o militantes del Partido Comunista que no habían cumplido con las normas» y que, a la postre, fue «el primer paso hacia los campos de trabajo forzado que hubo en Cuba en los años 60, tristemente conocidos como Unidad Militar de Ayuda a la Producción (UMAP)». Según sus declaraciones, en estos enclaves «fueron encerrados homosexuales, católicos o adeptos de las religiones afrocubanas».

Imagen del Orgullo de 2016
Imagen del Orgullo de 2016
A su vez, Machover cargó durante esta entrevista contra el Che Guevara al afirmar que «fue el principal organizador de esos crueles centros». Lo mismo ocurre con Sutter, quien tilda estos de centros de internamiento de campos de concentración. «Este campo fue el primero de muchos. De los Nazis, el gobierno cubano también adoptó el lema de Auschwitz “El trabajo te libera”, cambiándolo por “El trabajo los hará hombres”», explica en su artículo. A su vez, es partidaria de que se les forzaba a trabajar durante un número ingente de horas para «corregir su conducta homosexual».

El profesor español es de la misma opinión. En su dossier, afirma que los homosexuales se convirtieron en «una numerosa comunidad dentro de estos singulares espacios para la reeducación». Además, es partidario de que, en el año 1971, y con motivo de la celebración del «I Congreso Nacional de Educación y Cultura», el gobierno castrista reconoció que la homosexualidad era una desviación patológica y prohibió que los gays representaran al país en actos oficiales que se sucedieran fuera del país. Este fue solo el principio. Y es que, en los años setenta se implantó la «Ley de ostentación homosexual», que prohibía las manifestaciones públicas de afecto entre personas del mismo sexo.

Tras la camiseta
A pesar de que se le trata como cubano, Ernesto Che Guevara nació el 14 de junio (o el 14 de mayo, dependiendo de los historiadores) de 1928 en Rosario, Argentina. Lo hizo en el seno de una familia bastante acomodada, lo que le permitió acceder a estudios superiores de medicina en 1947. Para entonces -y según afirmó su amigo Carlos Ferrer en un documental- ya se había ganado el apodo de «chancho» debido a que solo se lavaba la ropa una vez a la semana. A su vez, el futuro revolucionario ya había demostrado que padecía (en palabras del entrevistado) de una «hipersexualidad» latente. No en vano perdió su virginidad a una temprana edad con la empleada del hogar contratada por sus padres.

Su carácter revolucionario, que ya empezaba a salir a la luz, terminó de moldearse en 1952, cuando hizo un viaje de 10 meses en moto por Argentina con el objetivo de reconocer todos sus recovecos. «Recorrió 3.500 kilómetros de sur a norte», explica la Fundación Che Guevara en un dossier sobre este personaje. Durante el trayecto, conoció de veras lo que era la miseria del país tras convivir con leprosos y vivir en sus propias carnes la pobreza que le rodeaba.

Según su amigo Alberto Granado, el Che siempre hizo gala de que los viajes eran la mejor forma de crearse una opinión verdadera sobre el mundo: «Solía decir a sus compañeros estudiantes. “Mientras vosotros estáis aquí estudiando para tres exámenes, yo voy a ver la provincia de Santa Fe, el norte de Mendoza, el este de Mendoza, y por el camino estudiaré para aprobar esos exámenes a la par que vosotros». Fernando Barral (un psicólogo que le conoció) también ha hecho referencia a su independencia en múltiples entrevistas: «Se mostraba increíblemente seguro de sí mismo y tenía unas opiniones totalmente independientes. Era muy dinámico, incansable y poco convencional».

El Che Guevara apunta su arma
El Che Guevara apunta su arma
Con cada país que visitaba, el Che se iba empapando cada vez más del espíritu revolucionario latente en América Latina. Por ello, no fue raro que -en 1955- conociera a Raúl Castro y su hermano Fidel, quienes estaban preparando un golpe de estado contra el gobierno de Cuba. «De inmediato se enroló como el tercer miembro confirmado de la futura expedición de la guerrilla. Después, Guevara se dedicó al entrenamiento de los combatientes y los cubanos», explica Michael Ratner en su obra «Che Guevara and the FBI: U.S. Political Police Dossier on the Latin American Revolutionary Paperback».

Nuestro protagonista desembarcó como médico con el contingente formado por estos revolucionarios en 1956 y, poco después y por su valentía, se convirtió en lugarteniente de las fuerzas. Así, el Che hizo válido una de las frases por las que sería recordado: «Con quince años un hombre ya sabe cuáles son las cosas por las que quiere morir y no tiene miedo de dar su vida si tiene un ideal que haga fácil ese sacrificio». El 17 de febrero de 1957 fue nombrado «comandante», título por el que sería conocido en todo el mundo. Unos meses después, ya como líder militar, venció a las tropas del gobierno de Fulgencio Batista y entró en La Habana victorioso. Había pasado de ser un médico, a un líder revolucionario. Y en ese camino había sido acusado de llevar a cabo todo tipo de asesinatos y matanzas.
(https://www.abc.es/historia/abci-verdadero-guevara-homofobo-encerro-cientos-homosexuales-campos-trabajo-201907110223_noticia.html?fbclid=IwAR2i_zp4ptdFSHD654eXHUc2SdlvUENHG9uifQZ9QeWhisrtHJy3UiVfvAs)

jueves, 11 de julio de 2019

Vox pide retirar el busto del asesino “Che Guevara” en el municipio de Leganés en España

Piden retirar el busto del guerrillero “Che” de Leganés, España

El busto del asesino Che Guevara al que piden retirar.

Beatriz Tejero, concejal del partido político español Vox presentó una moción para que se retire el busto del guerrillero comunista Ernesto “Che” Guevara instalada en Leganés, Madrid, España.

Votar en contra de la solicitud sería “una deshonra para todas las víctimas del ‘Che’”. “No me gusta vivir en una ciudad que rinde homenaje a un asesino reconocido”, declaró la concejal, según el medio La Razón, el 10 de julio.

Vox pide retirar el busto de "Che" en el municipio de Leganés en España
La estatua del Che Guevara fue colocada en el año 2001.
“Me parece indignante tener ese busto por todo lo que representa y lo que fue este hombre”, dijo Tejero, quien también relató que hace dos legislaturas hizo la misma propuesta, a través del Partido Popular, (PP, por la sigla).

Esta vez la medida es apoyada por Rocío Monasterio, la presidenta del partido político Vox en la Comunidad de Madrid, que la acompañó en el acto.

Ante la polémica suscitada por algunos dirigentes izquierdistas la concejal dijo que “siempre es algo que levanta ampollas” y que a ellos “no se les pueden tocar sus estatuas, pero en cambio ellos sí que pueden…”, de acuerdo con el mismo medio.

Asimismo, agregó que “el PSOE se siente cómodo con el busto” y que en el pasado algunos grupos de izquierdas «han realizado homenajes a la estatua”, según La Razón.

El monumento fue instalado en el 2001, por el gobierno conjunto del PSOE y la Izquierda Unida. “Me parece alucinante que siga”, reafirmó la concejala, que insistió asegurando que “no hay nadie que en la medida de lo razonable pueda defender la figura de este asesino”, continuó Tejero.

Una alternativa
La concejal Tejero no desconoce que tal vez se decida dejar el busto donde está, y para ese caso propone que si otros grupos municipales consideran no quitar el busto pues que “al menos dignifiquen a las víctimas colocando una placa con el nombre de los ejecutados por el ‘Che’ Guevara”.

Adicionalmente cuenta con otra opción: “Saldré a la calle para pedir firmas y sino iré al Congreso” concluyó la representante de Vox en Leganés.

Varios monumentos del oscuro personaje que apoyó la revolución cubana ya fueron sacados en países como Brasil,y México, en tanto que en Chile los ciudadanos solicitaron que se expongan los asesinatos cometidos por él.

Asimismo, en Argentina un homenaje rendido a este asesino de multitudes causo indignación.

Che Guevara, apodo del argentino de nacimiento Ernesto Guevara de la Serna (1928-1967), fue un prominente líder comunista de la Revolución Cubana (1956-59) y un líder de la guerrilla en Sudamérica.

“En realidad en mi país, en Cuba, ha sido uno de los principales responsables de las ejecuciones que se produjeron en 1959 e incluso antes, cuando estaba en la Sierra Maestra luchando con Fidel Castro”, relata a la BBC Jacobo Machover, autor de “La cara oculta del Che”.

“A mí me parece que es una vergüenza seguir mostrando afiches y camisetas con la cara de alguien que es un verdadero asesino, y sin ninguna razón, de gente que no había sido juzgada”, agregó.

José Ignacio Hermosa – BLes 
(https://bles.com/mundo/noticias-retirar-busto-guerrillero-che-leganes-espana-vox.html)