Alvaro Farias | Jul 08, 2017
Aclaraciones a un tema polémico
En febrero de 2014 se desarrollaba en Punta Espinillo (localidad ubicada al oeste de Montevideo) el campamento anual del Nuevo Partido Comunista del Uruguay (NPC). En esa oportunidad, junto con otros jóvenes, participó del mismo Andrés Pereira, un adolescente de 16 años. Andrés nunca regresó a su casa y permaneció desaparecido hasta que hace unas semanas fueran encontrados sus restos en la misma zona en la que hace más de tres años se llevaba a cabo el campamento del NPC.
Cabe dejar claro que el NPC no integra la orgánica del Partido Frente Amplio (coalición de izquierda uruguaya) y que por ende no tiene vinculación con el Partido Comunista del Uruguay.
Desde la desaparición de Andrés Pereira a la fecha se sucedieron una serie de versiones contradictorias sobre los hechos, pero una palabra tangencialmente resonó cada vez que el tema se trató en los medios de comunicación: secta.
El caso se ha vuelto mucho más complejo luego que los resultados de la autopsia revelaran que Andrés Pereira fue asesinado.
¿Es posible que haya una secta “atea”?
Es mucho más probable que lo que en general se supone. Generalmente se cae de manera recurrente en reducir el fenómeno sectario a su expresión “religiosa” o “espiritual”, pero hay muchas definiciones de “secta”, no hay un consenso sobre qué es una secta y predomina a nivel popular una visión “sociológica” de lo que es una secta.
Para los psicólogos que estudiamos el fenómeno sectario, una secta se da cuando hay un vínculo de dependencia inducida y esa dependencia es inducida a partir de un proceso de reforma del pensamiento, manipulación psicológica o lo que comúnmente se llama “lavado de cerebro”.
Por lo arriba expuesto, y tratando el tema desde mi especialidad, el contenido doctrinal, el sistema de creencias o la ideología del grupo sectario es algo “secundario”, prima en nuestro análisis la violencia psicológica que supone el lavado de cerebro.
¿Pudo haber existido manipulación psicológica en el caso del NPC?
Para empezar el propio líder del NPC Marcelo Sánchez lo reconoce abiertamente en una entrevista concedida al programa Desayunos informales que se emite por Canal 12 de Montevideo que la organización política que él lidera podría realizar ese tipo de adoctrinamiento a los jóvenes que participan de sus actividades.
Pero no sólo está lo que Marcelo Sánchez declara pública y abiertamente; también contamos con testimonios de familiares de jóvenes que actualmente se encuentran vinculados al NPC.
Los testimonios de estas familias son clínicamente congruentes con lo que se observa en las sectas: cambios radicales de círculos de amigos, distanciamiento de la familia, abandono de estudios y trabajo, todo pasa a centrarse exclusivamente en las actividades del Partido.
Según ha trascendido en Montevideo, las declaraciones de los testigos en 2014 eran monolíticas a la hora de negar cualquier hecho violento en el campamento. Según lo trascendido pudo haber un adoctrinamiento para armar una declaración que desviara la atención de los investigadores.
Hoy, a la luz de lo hechos, ese monolítico empezó a figurarse y ya algún participante del campamento reconoció ante la Justicia que Andrés fue víctima de una golpiza.
“Mimetismo y señuelo”
Las sectas suelen mimetizarse en nuestra sociedad. Si un observador desprevenido observa al NPC verá que utilizan la simbología del Partido Comunista, las banderas del Frente Amplio, frases y figuras de líderes históricos de la Izquierda Uruguaya y vale aclarar nuevamente que este grupo no integra la orgánica del Partido Frente Amplio.
Con este mimetismo con el Frente Amplio (partido del Gobierno en Uruguay y fuerza política mayoritaria desde 2005) buscan de alguna forma legitimarse.
Otros puntos de contacto con el fenómeno sectario
Es una organización escindida de otra preexistente, su ideología es radical y extrema, en su interna tiene una fuerte estructura piramidal encabezada por un líder carismático.
Según los testimonios que hemos recibido en consulta, anula las libertades individuales cortando los vínculos familiares y sociales, exige una adhesión total al grupo, utiliza técnicas de manipulación psicológica, este último punto no sólo fue reconocido por el líder del grupo sino que también es congruente con los testimonios recibidos.
Para finalizar
El fenómeno sectario necesita de un abordaje interdisciplinario, por su complejidad no se agota en una sola mirada ni un determinado marco teórico.
El caso de Andrés ha tenido un final trágico, final predecible pero también final evitable. En la medida que tomemos conciencia de la presencia de las sectas coercitivas en nuestro entorno estaremos más atentos para evitar las trágicas consecuencias que conlleva.
(https://es.aleteia.org/2017/07/08/el-nuevo-partido-comunista-del-uruguay-una-secta-coercitiva/)
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