El Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN) abrió el pasado 20 de agosto una investigación interna sobre un vídeo, ampliamente difundido en Internet, que muestra un simulacro de sacrificio humano rodado en plena noche dentro de su campus violando todas las normas del sistema de seguridad de este organismo, tal como informa en el diario español ABC María Teresa Benítez de Lugo desde Ginebra.
Las imágenes, rodadas bajo la luz de las antorchas, han sido vistas decenas de miles de veces en Internet. En ellas, puede verse a una mujer vestida de blanco tumbarse en el suelo rodeada de un grupo de encapuchados mientras que uno de ellos se adelanta y simula clavarle un cuchillo, imitando un ritual satánico.
Los responsables del CERN han reconocido que estas sorprendentes imágenes, filmadas desde lo alto de uno de los edificios de la organización, fueron grabadas dentro de sus instalaciones y que sus protagonistas podrían ser miembros de su propio personal. Sin embargo, condenaron estas prácticas que desprestigian los fines de la institución. “El CERN acoge anualmente a miles de estudiantes y científicos del mundo entero y algunos tienen demasiado sentido del humor”, explicó un portavoz del organismo afirmando “que no se había cursado ninguna denuncia a la policía y que esperan resolver este incidente de seguridad a nivel interno”.
En el vídeo, toda la secuencia tiene lugar ante una gran estatua de la diosa hindú Shiva. Según explica AFP, las imágenes no sólo han provocado estupor en el centro, sino que ponen en entredicho la seguridad de este inmenso laboratorio científico con sede en Suiza y que contiene el acelerador de partículas más grande construido hasta la fecha.
“El CERN no consiente este tipo de parodias que violan nuestras directivas profesionales”, indicó la organización, que señaló que la investigación sobre este hecho prosigue, pero que se trata de “un asunto interno”, por lo que no dará más detalles al respecto. Informa de ello la agencia Efe. Confirmó que, como se puede deducir claramente de las imágenes difundidas, el vídeo fue grabado desde uno de los edificios de su complejo, que cubre una superficie de 80 hectáreas en la frontera entre Suiza y Francia.
“Este vídeo fue filmado en nuestro recinto, pero sin nuestro permiso y a escondidas”, señaló la entidad. Sin embargo, la organización aseguró que sus sistemas de seguridad son muy estrictos y hacen imposible que una persona que no tiene autorización de acceso pueda llegar a sus instalaciones técnicas y experimentales. Por debajo del CERN, a unos 80 metros de profundidad, pasa un anillo de 27 kilómetros de circunferencia que contiene el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), el acelerador de partículas más potente que existe.
El CERN acoge cada año a unos 10.000 científicos visitantes, que representan a más de 600 universidades y de 113 nacionalidades. La difusión del vídeo ha revivido el recuerdo sobre los rumores apocalípticos que circulaban en el periodo previo a la puesta en funcionamiento del LHC, en 2010, algunos apoyados incluso por científicos.
Uno de ellos sostenía que los experimentos del CERN generarían un agujero negro que podría absorber el planeta en cuestión de una hora y media, lo que la organización explicó una y otra vez que no sucedería y que sus experimentos eran totalmente seguros. Una consecuencia trágica de ello ocurrió en la India, donde una adolescente se suicidó en septiembre de 2008 después de ver por televisión reportajes que sostenían que los experimentos del CERN llevarían al fin del mundo.
Otro rumor sobre las actividades del CERN tenía que ver con que su objetivo sería probar que Dios no existe, lo que sus responsables también han negado y, por el contrario, han resaltado que gente de todas las religiones y culturas trabaja armoniosamente en sus investigaciones. “El CERN existe para comprender los misterios de la naturaleza en beneficio de la humanidad”, ha afirmado la organización al respecto.
En relación a la posibilidad de que los trabajos del CERN abrieran la puerta a otra dimensión o pudiesen cambiar el patrón del clima, la entidad lo ha rechazado y ha explicado que sus actividades no tienen influencia alguna en el campo magnético terrestre. El CERN fue fundado en 1954, cuenta con 22 Estados miembros que comparten la financiación y la toma de decisiones y en él trabajan unos 2.400 científicos como personal permanente.
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