¿En qué quedamos? ¿No era que la ciencia era incompatible con la fe? A juzgar por la estatua de Shiva, diosa hindú que forma parte de la "Trinidad" hinduista, caracterizada por la destrucción, y a juzgar por la "representación" ocultista y satanista de una más que probable secta satánica -nos resistimos a pensar que se trata de una "broma de estudiantes"-, pareciera ser que la única "incompatibilidad" entre fe y ciencia, es cuando se habla de fe católica, porque bien se puede conjugar, como vemos, la fe en el ocultismo oriental hindú y en el satanismo occidental, con la ciencia de alto nivel desarrollada en el CERN.
A este inquietante y extraño episodio, sucedido en la élite científica mundial, se le suma la reciente consagración satánica del túnel de San Gottardo, realizada delante de algunos de los presidentes más poderosos del planeta. Pareciera que las élites mundiales se inclinan, ahora abiertamente, por la iniciación luciferina planetaria, objetivo declarado y explícito de la Nueva Era.
Recordemos, como lo enseñara el Papa Juan Pablo II, que para el catolicismo, Fe -la fe del Credo bi-milenario de la Iglesia- y la Razón son dos alas con las cuales el alma se eleva a la contemplación de la Verdad y la Sabiduría de Dios, encarnada en Cristo Jesús.
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