Con motivo del aniversario de la muerte del exbeatle, la clásica canción vuelve a sonar en todo el mundo.
Sin dudas que Imagine, de John Lennon, es una de las piezas más famosas de la historia de la música popular. La canción, que sigue vigente aún hoy en día, tiene un mensaje moral nefasto y contradictorio. Asocia la paz y la armonía entre los hombres con un mundo donde ya no exista la propiedad privada. Lo llamativo es que el experimento que implementó la vieja receta de Karl Marx, además de cargarse a 100 millones de seres humanos, se dedicó a destruir la libertad en todos los ámbitos, como en el de la cultura. Y tanto en Cuba como en la extinta Unión Soviética, los Beatles fueron censurados.
En la URSS se consideraba que los cuatro músicos de Liverpool fomentaban la rebeldía y el capitalismo, por lo que se prohibió la tenencia de sus discos cual material subversivo. Incluso los jóvenes, que los escuchaban en la clandestinidad, eran marcados y señalados en sus antecedentes académicos por un motivo insólito: usar cortes de cabello similares a los de John, Paul, George y Ringo.
Jorge «Papito» Serguera, en su rol de titular del Instituto Cubano de Radio y Televisión, fue el encargado de prohibir la divulgación de la música de los Beatles. Hasta la década de los 80, el régimen castrista se abstuvo de transmitir cualquier canción de la banda, tanto en radios como en canales de televisión. Serguera falleció en 2009 y, antes de morir, reconoció que él escuchaba a la banda en el ámbito privado, en la intimidad de su hogar.
Mientras el grupo era censurado bajo el socialismo, la preocupación de los Beatles pasaba por otro lado: la presión impositiva del Reino Unido, que conllevaba impuestos abusivos por sus ingresos. Taxman de Harrison expuso este lógico y justo reclamo.
Imagine: de la queja fiscal al mundo igualitario sin propiedad privada
En los años de la carrera solista, post separación de los Beatles, Lennon manifestó un perfil político contradictorio. Todavía hoy es uno de los máximos referentes del progresismo internacional. Una de las fotos que inmortalizó su doble discurso retrata a la mucama, haciéndole la cama, antes de la famosa sesión de fotos con Yoko Ono.
Pero lo más cuestionable es la propuesta de Imagine, con la que el músico invita a soñar con un mundo sin fronteras, religión, diferencias…ni propiedad privada. La canción fue filmada en su bellísima mansión de Tittenhurst Park, ubicada en un terreno de 29 hectáreas por el que Lennon había pagado 145 mil libras en 1969. Durante los años que vivió allí, antes de mudarse a los Estados Unidos, el músico gastó el doble de lo que pagó por la casa en arreglos y refacciones. La blanca propiedad de ensueño fue comprada años después por Zayed bin Sultan Al Nahyan, primer presidente de los Emiratos Árabes.
Claro que Lennon y Yoko Ono tenían todo el derecho del mundo a refaccionar y disfrutar de la maravillosa vivienda, adquirida con recursos lícitos provenientes del éxito comercial. Lo que hay que destacar es que es el sistema de propiedad privada el que hizo que millones de personas alrededor del mundo, con su dinero, comprasen sus discos. Desde su piano, vendido recientemente en una subasta a un coleccionista por casi 2 millones de dólares, Lennon predica en contra del sistema que, no sólo lo hizo millonario a él y a sus descendientes, sino que lo realizó como ser humano en su tiempo de vida. El capitalismo, el libre mercado y la propiedad privada hicieron que él pudiera vivir de lo que le gustaba y lo hacía felíz.
Desde la buena intención, pero desde la ignorancia total, Lennon murió cuestionando la civilización misma. Resaltar esto no es cuestionar su obra ni su merecido éxito. Todo lo contrario.
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