SUPERSTICIÓN
Del latín: superstitio –onis. Creencia extraña a la fe religiosa y contraria a la razón. Fe desmedida o valoración excesiva respecto de una cosa o a una práctica. Así se puede hablar de superstición de la ciencia cuando se apela irracionalmente a esta para defender una posición.
La superstición es la desviación del sentimiento religioso y de las prácticas que impone. Puede afectar también al culto que damos al verdadero Dios, por ejemplo, cuando se atribuye una importancia, de algún modo, mágica a ciertas prácticas, por otra parte, legítimas o necesarias. Atribuir su eficacia a la sola materialidad de las oraciones o de los signos sacramentales, prescindiendo de las disposiciones interiores que exigen, es caer en la superstición (cf Mt 23, 16-22).
Superstición es atribuirle a prácticas legítimas un valor erróneo.
Referente a los sacramentales y oraciones, se cae en superstición cuando se confía en la materialidad del acto sin la necesaria disposición interior. Cuando, en vez de valorar un objeto religioso por lo que representa, se le atribuye un poder intrínseco. Es supersticioso, por ejemplo, quién lleva un escapulario pero no guarda en su corazón fidelidad a la Virgen Santísima sino que se entrega al pecado pensando que tan solo por llevarlo se salvará.
La superstición puede conducir a la idolatría y a distintas formas de adivinación y de magia.
La “suerte”, entendida como una fuerza que pueda afectar el destino, no existe. El cristiano sabe que depende de la Providencia divina y que es responsable por su libre albedrío.
La superstición es producto de ignorancia o de un vacío espiritual.
No se debe confundir tradición con superstición. Las tradiciones serían supersticiosas sólo si se les atribuyen poderes mágicos.
Ejemplos de supersticiones: la “maldición del #13, de los gatos negros, de pasar bajo una escalera; comer uvas el año nuevo para atraer la buena suerte. Hay fiestas que reúnen un conjunto de supersticiones, por ejemplo, Halloween.
Según el Catecismo de la Iglesia Católica, la superstición es un pecado contra el Primer Mandamiento porque atribuye a cosas poderes que solo le pertenecen a Dios.
ADIVINACIÓN
Adivinación es la predicción de cosas futuras u ocultas sin verdadero recurso a Dios. Se pretende desvelar lo que sólo Dios puede conocer. Algunos adivinos utilizan el nombre de Dios lo cual confunde a personas incautas.
Dios nos ha revelado algunas cosas sobre el futuro: Ej.: Habrá un juicio y después el cielo o el infierno, etc. Dios también nos da medios naturales, como la inteligencia, el estudio, la ciencia y recursos naturales para que nos preparemos responsablemente para el futuro. Pero al mismo tiempo sabemos que no podemos controlar nuestro porvenir pues está en manos de Dios. Debemos confiar en Él como Padre infinitamente bueno. Confiamos en Dios y cooperamos con su gracia para hacer la parte que nos toca.
Sin embargo, el hombre, llevado por la soberbia o la ignorancia, quiere tenerlo todo bajo su control sin poner su confianza en Dios. Es por eso que busca conocimiento ilícito por caminos que están fuera de la revelación divina y fuera de los medios naturales que son lícitos. Va así en búsqueda de la adivinación.
La adivinación es una puerta para el demonio y quien la practica le da acceso a su alma. Hay también quienes hacen directamente un pacto con él.
MEDIOS UTILIZADOS PARA LA ADIVINACIÓN
La evocación de muertos, uso de oráculos, consulta de horóscopos, de la astrología, la quiromancia (lectura de manos), la interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de visión, el recurso a “mediums”, cartas de tarot, la ouija (juego de la copa), el “libro rojo” y otras prácticas.
¿QUIÉNES UTILIZAN LA ADIVINACIÓN?
No solamente en la santería, la brujería, el espiritismo y la Nueva Era se encuentra la adivinación. También entre personas que se identifican como católicas y mezclan sus prácticas devotas con supersticiones y otras prácticas ajenas a la fe. A medida que se pierde o se confunde la Fe Católica, se populariza la adivinación.
Muchos recurren a la adivinación en momentos de crisis para buscar una solución a un grave problema. Otros se creen que solo es una broma, una curiosidad o lo hacen por la presión de un grupo. Debemos recordar que en la adivinación está en juego nuestra fidelidad a Dios. El enemigo está como león rugiente buscando a quién devorar.
ADIVINACIÓN Y LA BIBLIA
Los adivinos eran muy importantes en otras religiones en tiempos del Antiguo Testamento: En Egipto (los magos del faraón); en Grecia (los sacerdotes de Apolo); en Roma, dependían de los auspicios. Por ejemplo: un relámpago que cayere de izquierda a derecha (favorable); de derecha a izquierda (desfavorable); los auspicios obtenidos de los pollos sagrados, etc.
El Pueblo de Israel, en muchas ocasiones, se tomó a la práctica de la adivinación y a la consulta de brujos, yendo así en contra de los mandatos de Dios. (Ez 13,18-19; 2 Cron 33,6; Jer 27,9…). El rey Saúl fue a consultar a la pitonisa (hechicera, adivinadora) de Endor queriendo saber que hacer en cuanto a la guerra (1 Samuel 28, 7). En 1 Samuel 15, 23, la adivinación es un espíritu de rebelión.
Así dice Yahveh, tu redentor, el que te formó desde el seno.
Yo, Yahveh, lo he hecho todo, yo, solo, extendí los cielos,
yo asenté la tierra, sin ayuda alguna. Yo hago que fallen las señales de los magos
y que deliren los adivinos; hago retroceder a los sabios
y convierto su ciencia en necedad. Isaías 44,24-25
En el Nuevo Testamento vemos que los apóstoles confrontan a los adivinos. San Pablo mandó que un espíritu maligno abandonase a un joven esclavo que hacía la fortuna de sus dueños. Por ello, Pablo y Bernabé fueron apresados, encarcelados y azotados.
En la ciudad de Filipo, San Pablo encontró obstáculos por razón de una joven esclava poseída por un espíritu de Pitón al que ordenó salir:
Cansado Pablo, se volvió y dijo al espíritu: «En nombre de Jesucristo te mando que salgas de ella.» Y en el mismo instante salió. -Hechos 16,18
La adivinación lleva al espíritu maligno, el enemigo de Dios. En la actualidad, los hombres siguen ofendiendo a Dios por medio de estas prácticas. Algunos llegan hasta vender su alma con tal de recibir del demonio lo que buscan. No es extraño que el demonio dé poder temporal a sus clientes a cambio de su alma.
PROHIBICIÓN DE LA IGLESIA
La adivinación es un pecado grave contra el Primer Mandamiento
Las Constituciones apostólicas prohíben expresamente la adivinación. Los Concilios de Vannes (461), de Agde (506) y de Orleáns (511) excomulgaron a los adivinos. Además eran declarados infames, incapacitados para ser testigos en la justicia y privados de toda dignidad eclesiástica.
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA
#2116: “Todas las formas de adivinación deben rechazarse: el recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras prácticas que equivocadamente se supone “desvelan” el porvenir. La consulta de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de visión, el recurso a “mediums” encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos. Están en contradicción con el honor y el respeto, mezclados de temor amoroso, que debemos solamente a Dios.
#2117 Todas las prácticas de, magia o de hechicería mediante las que se pretende domesticar potencias ocultas para ponerlas a su servicio y obtener un poder sobrenatural sobre el prójimo -aunque sea para procurar la salud-, son gravemente contrarias a la virtud de la religión. Estas prácticas son más condenables aún cuando van acompañadas de una intención de dañar a otro, recurran o no a la intervención de los demonios. Llevar amuletos es también reprensible. El espiritismo implica con frecuencia prácticas adivinatorias o mágicas. Por eso la Iglesia advierte a los fieles que se guarden de él. El recurso a las medicinas llamadas tradicionales no legítima ni la invocación de las potencias malignas, ni la explotación de la credulidad del prójimo.
SE DEBE DISTINGUIR ENTRE ADIVINACIÓN Y PROFECÍA
En la profecía los hombres no toman la iniciativa, sino que es Dios quien les llama y les da un mensaje que deben comunicar.
El Catecismo de la Iglesia Católica # 2115: “Dios puede revelar el porvenir a sus profetas o a otros santos. Sin embargo, la actitud cristiana justa consiste en entregarse con confianza en las manos de la providencia en lo que se refiere al futuro y en abandonar toda curiosidad malsana al respecto. Sin embargo, la imprevisión puede constituir una falta de responsabilidad”.
¿Se puede recurrir a los Santos?
Los santos son nuestros grandes amigos y ciertamente nos ayudan desde el cielo. Ellos se pueden comunicar con nosotros según Dios les permita. PERO no está permitida la adivinación. En la adivinación se consulta con un medium esperando por medio de esta persona respuestas a nuestras preguntas. Aunque se identifiquen como cristianos y digan cosas muy piadosas, la obra de los adivinos no es de Dios.
LA OUIJA
El “juego” de la ouija consiste en poner las manos sobre una pequeña plataforma que se desplaza lentamente sobre un tablero, movida por alguna fuerza misteriosa. El tablero está inscrito con números y las letras del alfabeto. Los jugadores esperan obtener respuesta a sus preguntas uniendo las letras sobre las que se mueva la plataforma. La “diversión” está en la curiosidad de comunicarse con algún espíritu que supuestamente revela secretos. Cuanto más parezca “funcionar”, más la ouija atrae y ata. Para algunos, esto desemboca en una obsesión.
Mucha gente se ve atraída por la posibilidad de contactar con un ser querido ya muerto, otros sólo por curiosidad y otros para pasar el rato… La verdad es que con el tiempo la ouija va variando el destino del contactarte en función de las nuevas creencias. Por ejemplo hay quien la utiliza supuestamente para contactar con seres extraterrestres, seres de otras dimensiones, ángeles, … En definitiva, parece que el juego del tablero hoy en día nos ofrece numerosas posibilidades.
ORÍGENES DE LA OUIJA
Ya Pitágoras (540 a.C.) usaba un artefacto parecido cuando se reunía en “círculos” en los que “una tabla mística que se movía con ruedas” hacia signos que el filósofo y uno de sus estudiantes interpretaban a la audiencia como revelaciones del mundo invisible. En la China, antes del nacimiento de Confucio, se usaba algo similar, lo que parecía ser una forma “no peligrosa” de comunicarse con los espíritus de los muertos.
El mundo del ocultismo abrazó con entusiasmo a la ouija. En 1853, en Francia, el “espiritualista” M. Planchette, diseñó una ouija similar a la que hoy día es popular. Elija J. Nond, en USA, le hizo variaciones; William Fuld le compró los derechos y un año después la patentó. Finalmente, en 1966, “Parker Brothers” compró los derechos sobre el juego de la ouija y ha sido desde entonces su fabricante. Sin embargo la ouija, en diferentes versiones, se ha popularizado tanto que se puede obtener por infinidad de medios.
“Parker Brothers” y otros fabricantes de juegos de mesa, para aumentar el mercado, han querido enterrar la relación de la ouija con el ocultismo. A estos señores lo que les interesa es popularizar el juego para hacer dinero. Prefieren decir que los jugadores buscan su “yo” subconsciente para obtener respuestas. Según esta versión, la ouija trae a nuestra conciencia lo que está oculto en nuestro subconsciente. Como una llave para acceder a nuestro conocimiento interior. Pero eso es pura ficción para cubrir una realidad más oscura. Cuando el hombre se abre a buscar respuestas más allá de lo que se puede llegar por el uso de la razón (estudio, lógica), entra en el campo de lo sobrenatural en el que sólo hay dos caminos: Dios y el demonio.
“En definitiva (la ouija) es una manera más de intentar acercarnos al mundo de lo oculto, en busca de información de aquello que por el momento no podremos demostrar”.
Ahora existe una nueva versión de la ouija para el siglo XXI en la que se juega por medio de un ordenador (computadora). Existe una versión en la que se manipulan las respuestas del jugador sin que este lo sepa. Otras versiones dan respuestas escogidas por la computadora al azar.
Si alguno dudase la conexión entre la ouija y el ocultismo, solo necesita hacer una búsqueda en el Internet para percatarse de la cantidad de estos grupos que la utilizan para comunicarse con espíritus. De uno de estos sitios traducimos al español: “La tabla Ouija es quizás uno de los métodos más controversiales para comunicarse con espíritus. Sobre todo porque lo puede usar cualquiera y no requiere poderes especiales para navegar. Quizás por esto la mayoría de los psíquicos desaconsejan su uso”
¿CÓMO PUEDE FUNCIONAR LA OUIJA?
La Iglesia aconseja no dar una explicación de orden sobrenatural a un fenómeno que pueda ser explicado en el orden natural. Se deben considerar las razones naturales del fenómeno antes de pensar en causas preternaturales.
Para muchos la ouija no funciona, se aburren y allí queda todo. Algunos opinan que cuando la ouija se mueve es por causas fisiológicas o del subconsciente. Dicen que se debe tomar en cuenta el movimiento natural pero inconsciente de los músculos de los mismos participantes, las fuerzas del cerebro, las tensiones psíquicas y otros factores del cuerpo se reflejan en los movimientos musculares que a su vez pueden mover un objeto.
Pero, aunque nos permitamos pensar que el movimiento en si mismo sea un fenómeno natural, ¿Cómo se explica el “deletreo automático” con mensajes inteligibles? Muchos dicen que refleja la actividad del subconsciente. El problema con esta explicación es que no toma en cuenta que a veces son varias las personas las que tienen sus manos sobre la ouija. Todas las manos no son movidas por el mismo cerebro. En todo caso habría que preguntarse: ¿Que o quien incita la mente, desde el subconsciente, a mover las manos a dar un mensaje que el sujeto totalmente desconoce, a veces en un lenguaje desconocido para todos los participantes? La verdad es que la ciencia no tiene explicación.
Se ha tratado ingenuamente de descartar la injerencia demoníaca basándose e un experimento en el que no se logró un mensaje coherente cuando se vendaron los ojos de los participantes y se cambió el orden de las letras en el tablero. Argumentan que si fuese el demonio no hubiese tenido dificultad de vencer esos obstáculos. Estos señores no comprenden la sagacidad del demonio para esconderse cuando le conviene pasar desapercibido. La ouija no siempre funciona.
EL IMPORTE ESPIRITUAL
Sabemos por la revelación divina que el ser humano recibe mensajes de Dios (que dice la verdad y edifica en el amor) pero también del demonio (que tienta contra Dios). La Palabra de Dios con frecuencia nos advierte de cuidar nuestros pensamientos y probar el origen de los mensajes. “Por sus frutos los conocerán”.
Numerosos testimonios que hemos recibido indican que la ouija, cuando “funciona”, puede, al principio ser un mensaje atractivo (felicidad, dinero, algún dato que el sujeto desconocía, etc.) Pero el lenguaje y las tácticas que se manifiestan corresponden a lo que Jesús nos advierte que es característico del demonio: Consejos contrarios a la moral, incitación a la vanagloria, la curiosidad malsana, etc. Progresivamente desemboca en amenazas, sugestión a causar violencia, suicidio, la desesperación o presunción, invitaciones a desobedecer a Dios a cambio de alguna oferta de bienestar, riquezas… Los resultados pueden ser, por ejemplo, obsesiones, ansiedad, ataques de pánico, enfermedades, desórdenes mentales. He visto muchos casos en que el sujeto se envicia con la ouija y pierde el discernimiento de tal manera que justifica su uso aun cuando percibe graves daños a su persona. Con el vicio, la opresión del demonio aumenta. Hemos recibido testimonios alarmantes de personas dominadas por el pánico, incapaces de dormir, verdaderamente desesperadas, pidiendo auxilio.
Hay que advertir que, aunque se use la ouija por curiosidad, se está abriendo camino para el demonio y no es de extrañar que la persona quede espiritualmente afectada. El bien que el sujeto pensaba percibir no se logra, resulta ser un engaño.
Las Sagradas Escrituras nos exhortan: “Sed sobrios y velad. Vuestro adversario, el Diablo, ronda como león rugiente, buscando a quién devorar” -I Pedro 5,8. Esta advertencia es necesaria porque el demonio realmente existe y realmente tiene acceso a nosotros por diversos medios. Puede utilizar aun los movimientos naturales y el subconsciente para guiarnos hacia el mal, tentarnos, confundirnos y asediarnos. Esto ocurre cuando nosotros practicamos lo que está claramente prohibido por las Sagradas Escrituras, como veremos mas adelante.
No debemos buscar conocer sino lo que Dios nos quiera revelar, ya sea por medio del uso natural de la razón sometida a Dios o por su revelación. Siendo mucho más inteligente que nosotros, el demonio tiene conocimientos que nos parecen maravillosos pero que los utiliza para atraparnos y engañarnos. Puede además imitar voces y apariencias de personas que han muerto.
Ciertamente nadie que conozca y ame a Dios busca su dirección por medio de la ouija. Dios se da a conocer (se revela), no por medio de juegos, sino a través de Su Hijo, Jesucristo. El confió su revelación a Su iglesia. Quien desea buscar la verdad debe acudir a las Sagradas Escrituras y a las enseñanzas de la Iglesia. Entonces, con el corazón abierto al Espíritu Santo sabremos como aplicar las enseñanzas a la vida diaria.
Algunos empiezan a jugar ignorantes del mal que hacen. Pero lamentablemente muchos juegan por soberbia, pues sabiendo que ofenden a Dios continúan haciéndolo. Muchos me escriben, aún después que les he explicado sobre estas cosas, no buscando salirse sino preguntándome sobre el significado de los mensajes que aparecen cuando juegan. Estos pobres no entienden de razones y solo queda rezar por ellos. Quede claro que escribo para alertar a los que no saben lo que es la ouija y ayudar a los que de verdad se quieran arrepentir.
No se puede justificar el uso de la ouija con el pretexto de entretenerse y curiosear en lo oculto. La verdad es que al jugar con la ouija se abre la puerta al demonio cuyo objetivo es llevarnos el infierno.
El Primer Mandamiento prohíbe apelar a otro espíritu fuera de Dios. El rey Saúl recurrió a una mujer de Endor para conjurar el espíritu del difunto profeta Samuel y fue castigado por Dios (1 Sam 28: 8-17). Se trata del pecado de adivinación: querer “desvelar” el porvenir recurriendo a espíritus (que en realidad son demonios).
¿QUÉ HACER?
Cuide de que la ouija no entre en su hogar. No se deje influenciar por los que dicen que es sólo un juego inofensivo. Una mente consagrada a Dios tiene en El su guía y no se abre al vacío para buscar respuestas.
Si recuerdas haber invocado algún espíritu sea por la ouija u otra manera: No temas. Dios te ama y quiere salvarte. Si te arrepientes y le entregas tu vida a Jesucristo el te liberará. Confiésate (Se trata de un pecado contra el Primer Mandamiento). CONFIA en su PERDON. Jesús te ama y te dará una vida nueva.
Comprométete con Dios a jamás recurrir a la superstición ni a lo oculto. Solo Dios es fuente de verdad. Regresa al Señor con el deseo de ser un buen cristiano. NO TEMAS. Dios es infinitamente poderoso y misericordioso. Dios ha venido a salvarnos. Todos necesitamos entrar por el Camino de Su gracia que se nos ha dado en la Iglesia. Si haces esto, el enemigo nada podrá contra ti por mucho que amenace.
Señor, “no nos dejes caer en la tentación y líbranos del maligno”. Amén.
HORÓSCOPOS
Horóscopo en el Diccionario de la Lengua Española:
1. Predicción del futuro de personas, países, etc., realizada por los astrólogos y deducida de la posición relativa de los astros del sistema solar y de los signos del Zodíaco en un momento dado.
2. Supuesta adivinación de la suerte de las personas en un futuro más o menos próximo según el signo del Zodíaco correspondiente a la fecha en que han nacido.
3. Escrito en que consta tal adivinación.
4. Gráfico que representa las doce casas celestes y la posición relativa de los astros del sistema solar y de los signos del Zodíaco en un momento dado, y del cual se sirven los astrólogos para realizar una predicción.
5. Disposición o colocación de los astros en la figura o división de los signos del Zodíaco.
6. Astral. Ascendente, principio de la casa celeste.
7. Por ext., cualquier adivinación o predicción.
El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que la consulta a los horóscopos es una forma de adivinación, condenada por el Primer Mandamiento.
Los cristianos tenemos un signo: La santa cruz. Una vez hemos entregado la vida al Señor no podemos seguir confiando en el signo zodíaco sin ofender a Dios. Pero, ¿qué de malo tiene leerlo por curiosidad?. Si lo leemos es porque hay algún interés. Sería tonto quien lee algo sabiendo que es puro engaño. Además de dar un mal testimonio, nos roba un tiempo que se le quita a otras cosas de valor, como la oración. ¿Cómo vamos a darle nuestro interés a una práctica que suplanta con mentiras a la Providencia Divina?
LA ORACIÓN, Y NO LOS HORÓSCOPOS, PARA PLANIFICAR LA VIDA DIARIA
Papa Juan Pablo II, Castelgandolfo, 6 de septiembre de 1998.
«A todos quiero recordar un principio fundamental de la fe: antes y por encima de nuestros programas, hay un misterio de amor, que nos envuelve y nos guía: es el misterio del amor de Dios… Si queremos plantearnos bien la vida, tenemos que aprender a descifrar su designio, leyendo el misterioso lenguaje de señales que él mismo nos pone en nuestra historia cotidiana. Para alcanzar este objetivo no hacen falta horóscopos ni previsiones mágicas. Hace falta más bien oración, una oración auténtica, que va acompañada siempre por una opción de vida conforme con la ley de Dios».
El Papa habló del Espíritu Santo, que es Espíritu de “Consejo” y “Sabiduría”. «Nadie mejor que él conoce nuestro futuro y es capaz de orientar nuestros pasos hacia la justa dirección»
Juan Pablo II explicó que “para programar bien se precisan, además, criterios. Algunos los dicta la realidad misma: son criterios de necesidad, de oportunidad, de eficiencia. Pero tengamos cuidado de no reducir todo a cuestiones materiales. No nos limitemos a la tecnología y a la burocracia. Si queremos hacer proyectos verdaderamente humanos, debemos poner en ellos los grandes valores morales y espirituales”.
El Papa recordó que debemos planear pensando en los demás, «considerándolos siempre como personas y nunca como números o cosas». «En una palabra al organizar nuestra vida (personal y comunitaria), no la inspiremos en el egoísmo, sino en el amor. Abrámonos a los hermanos, especialmente a quienes por su condición, se ven obligados a esperar mucho o todo de los demás –pienso en los niños, en los enfermos, en los ancianos, en los desempleados–. Que de este modo, nuestra programación sea también un gesto de solidaridad».
ASTROLOGIA
La astrología es el estudio del movimiento de los cuerpos celestes con el fin de interpretar y predecir el futuro. Se trata de una forma de adivinación y no de un método científico. No se debe confundir con la ciencia de la astronomía la cual merece todo respeto.
La astrología se practicaba en varias culturas antiguas. En el mundo helenista (griego) se hizo en el siglo III a. C. una síntesis de las religiones astrales de los caldeos y los egipcios con las matemáticas y la astronomía griega. En la actualidad la astrología se encuentra en todas partes, desde la cultura tradicional hindú (astrología védica), hasta la sociedad secularizada de occidente. Muchos no salen de sus casas sin antes consultar su signo zodiacal en el horóscopo.
LA IGLESIA CATÓLICA ANTE LA ASTROLOGÍA
Todas las formas de adivinación deben rechazarse: el recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras prácticas que equivocadamente se supone “desvelan” el porvenir. La consulta de horóscopo, la astrología, la quiromancia, la interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de visión, el recurso a “mediums“ encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos. Están en contradicción con el honor y el respeto, mezclados de temor amoroso, que debemos solamente a Dios. -Catecismo de la Iglesia Católica #2116:
Desde el principio los cristianos comprendieron que Jesús es el Camino, La Verdad y La Vida. Una vez encontrado, no se puede retornar a la dependencia en la superstición, en los espíritus o en las fuerzas del mundo.
San Pablo:
“Mas, ahora que habéis conocido a Dios, o mejor, que él os ha conocido, ¿cómo retornáis a esos elementos sin fuerza ni valor, a los cuales queréis volver a servir de nuevo? Andáis observando los días, los meses, las estaciones, los años. Me hacéis temer no haya sido en vano todo mi afán por vosotros.” -Gálatas 4,9-11, ver también Rom 8,38; Col 1,16, 2,8,20.
Los Padres (Tertuliano, Agustín y otros) denunciaron las predicciones astrológicas, a menudo identificándolas como demoníacas. San Agustín (m.430) acusó la astrología en su tratado La Ciudad de Dios, por ser un sistema fatalista que niega la libertad humana.
El influjo del Islam en la filosofía medieval europea trajo consigo algo de apertura a la astrología. El Papa Inocente VIII condenó enérgicamente la astrología. Hubo papas (Julio II, Pablo III, León X) que permitieron el uso de signos astrológicos pero no enseñaron falsa doctrina al respecto.
La Reforma protestante estuvo dividida ante la astrología.
¿NO UTILIZA DIOS LA ASTROLOGÍA PARA COMUNICARSE CON NOSOTROS?
Dios puede utilizar los astros para guiar a los que no tienen aún conocimiento de la revelación. Guió a los magos de Oriente por medio de una estrella (Cf Mat 2,1-10), pero una vez que lo encontraron ya no necesitaban depender del astro. Quien ha descubierto a Jesús ha descubierto la plenitud de la Revelación, la Sabiduría encarnada, el pastor y guía de nuestras almas, el “sol que nace de lo alto”. Su luz es incomparablemente mayor que la de todos los astros. Por eso no sería justo revertirse a las antiguas prácticas.
Dios puede valerse de la naturaleza y de los astros para manifestar Su presencia o la de un mensajero (María, ángeles, santos). Por ejemplo, al morir Jesús, el sol se ocultó. (Mat. 27: 45; Mc. 15:33; Lc 23:44). En Fátima ocurrió el milagro del sol. Estos eventos, a diferencia de la astrología, corroboran o confirman un mensaje que Dios ha revelado y tienen como único propósito apuntar hacia la revelación divina. Son iniciativa de Dios y no, como en la astrología, iniciativa del hombre en busca del futuro.
CREDIBILIDAD ACADÉMICA
El periódico británico Telegraph (17 de agosto del 2003, citado por Zenit) informó sobre un estudio científico del horóscopo llevado a cabo con personas nacidas a principios de marzo de 1958. Muchos nacieron con una diferencia de minutos entre si. Según la astrología, deberían tener muchos rasgos en común. Los investigadores, sin embargo, descubrieron que no había evidencia de similitudes.
Los lectores del horóscopo se apropian de los vaticinios como si fuesen expresamente escritos para ellos. No se percatan de que son generalizaciones tan amplias que, tan solo por la ley de probabilidad, en algo aciertan o se puede interpretar que aciertan. Las predicciones erradas, sin embargo, se olvidan.
Nuestra sociedad, mientras se jacta de ser razonable y científica, tiene hambre por algo que pacifique la ansiedad que ocasiona un futuro incierto. No queriendo aceptar las exigencias de Cristo a renunciar al pecado y comprometerse con la verdad, se van tras el horóscopo y otras formas de astrología que les ayuda a escapar hacia las estrellas.
LECTURA DEL TAROT
El Tarot es un método muy popular de adivinación en el que se utiliza un paquete de cartas para “leer la vida” de alguien.
El paquete consta de 78 cartas. 56 están contenidas en cuatro diferentes grupos, formando lo que le llaman “arcana menor”. Las otras 22 cartas contienen figuras y componen la “arcana mayor”. Este grupo proviene de Hermes Trismegistus, consejero de Osiris, rey de Egipto, y están relacionadas frecuentemente con la Cábala.
Las 22 cartas de la arcana mayor son la llave del Tarot. Estas corresponden a las letras del alfabeto hebreo. El estudio de la arcana mayor revela muchas creencias de aquellos que siguen la cábala.
Poniendo las cartas de Tarot en forma del “árbol de la vida”, se usan para adivinar y se pretende leer la vida de personas. El propósito específico de leer las cartas del Tarot es adquirir conocimiento sobre alguien o sobre eventos en la vida de una persona que no están disponibles a través de medios naturales ni recurriendo a Dios.
Dios no responde a lo que no nos toca saber. Por eso, los que leen las cartas van a otras fuentes. Entonces, ¿a quién recurren?, ¿qué poder espiritual piensan ellos que pueda responderles fuera de la voluntad divina? No pueden ser los buenos ángeles ni los santos ya que estos jamás actúan fuera de la voluntad de Dios. Eso solo lo hacen los demonios y son estos los que están detrás de estas prácticas.
Quizás muchos practicantes no se hagan estas preguntas. Solo van a su interés sin pensar que ofenden a Dios. Los cristianos deben saber que todo tipo de adivinación ofende a Dios nuestro Padre ya que lo abandonamos a favor de otro camino. Jesús dijo: “Yo soy el Camino, La Verdad y la Vida”
Fuente: Padre Jordi Rivero para corazones.org
(artículo extraído de: http://forosdelavirgen.org/35420/supersticion-adivinacion-ouija-horoscopos-tarot/)