DE LA FICCIÓN A LA REALIDAD: LOS NIÑOS ÍNDIGOS
Autores: Arturo Escalante y Silohé Llanos
Desde los años ochenta varios autores comentan sobre un nuevo tipo de ser humano con capacidades sensoriales y psíquicas. Manifiestan que son una raza nueva de seres que están poblando la tierra de manera silenciosa para transformarla, muy pronto, en un recinto de paz y entendimiento। En otros términos, se habla de una nueva clasificación en los albores de la ciencia que caracterizan a unos seres con súper dones o capacidades extraordinarias que lindan con lo sobrenatural. Nos referimos a los índigos, de los cuales se dice mucho, pero existe muy poca evidencia de esta realidad.
Para entender el tema habrá que remitirnos al año 1982, cuando Nancy Ann Tappe acuñó el término índigo en su libro Comprendiendo tu vida a través del color। La escritora estadounidense, creadora de una disciplina denominada Colorology (estudio de la personalidad a través de los colores), asevera que el término índigo se encuentra relacionado con el aura, entendiendo que todo individuo está rodeado de una aureola luminosa, una especie de campo magnético envolvente y presente en todo organismo vivo (bioenergía).
Este concepto, de tradición oriental, sostiene que todos emitimos un espectro de luz y que, en el caso de estos seres, llegan a irradiar un color que fluctúa entre el violeta y el azul (color índigo). Para Tappe, el color índigo representa un estado de espiritualidad superior y explica una serie de rasgos extraordinarios que sintetiza en una clasificación de cuatro tipos: índigo humanista, artista, conceptual y catalizador।
Índigos en expansión
En su portal electrónico (www.nancyanntappe.com) afirma que los “índigos han crecido y están tomando su lugar en el mundo de los adultos”। Al menos dos -dice- son presidentes de países, tales como Barak Obama y Rafael Correa. Para ella, el avance que tienen en la sociedad es asombroso y apunta a generar una plataforma de cambios en el devenir. “(Los) índigos están incursionando en la política, los medios de comunicación, las grandes empresas a escala mundial, la ciencia y la medicina. Ellos están aquí para mostrarnos el futuro”, sentencia.
Ann Tappe también fundamenta su postulado en el fenómeno de la Sinestesia. La palabra sinestesia se refiere a un estadío de unión de sensaciones; es decir, algunas personas experimentan sentidos mezclados, por ejemplo, ven colores mientras escuchan una canción o aprecian sabores cuando alguien habla।
Las interacciones pueden ser de lo más variado y resultaría imposible enumerar o clasificar las sinestesias, no obstante, el investigador Sean Day catalogó 19 tipos de sinestesias en 175 casos. Esta situación anómala en las personas, indica el especialista, se manifiesta en artistas y gente con mentalidad creativa। Sin embargo, la Sinestesia es un efecto común que puede ser consecuencia de algunas drogas psicodélicas, como el LSD, la mescalina o algunos hongos tropicales.
Entonces, para Tappe la Sinestesia y la Colorology explicarían satisfactoriamente que los índigos son una realidad demostrable aventurándose a sostener que en el futuro la humanidad será índigo।
Historias no documentadas
En 1998, Lee Carroll y Jan Tober lograron popularizar el tema a escala mundial cuando publican Los niños índigo: los nuevos chicos han llegado. Arguyen que el fenómeno es demasiado extraño para el paradigma de la psicología contemporánea, pues esta piensa que la evolución solo se toma en cuenta cuando se habla del pasado y porque mantiene una visión estática del hombre।
Esta pareja de escritores revelan mantener contacto con un grupo de maestros extrafísicos que llegaron a la tierra desde Kryon para ayudarnos en el camino de la iluminación. Asimismo, definen al niño índigo como “aquel que muestra una nueva e inusual serie de atributos psicológicos, así como un patrón de comportamiento generalmente no documentado con anterioridad”।
Una fuente, muy utilizada por los defensores de los índigos, es el libro de Paul Dong and Thomas E. Raffill titulado China’s Super Psychics, donde se registra el caso, entre otros, de una niña con capacidades psíquicas extraordinarias. Manifiesta que “a la niña se le hacían pruebas con cartas y dibujos, consiguiendo adivinar con exactitud en el 100% de los casos, inclusive estando lejos y fuera de la sala de prueba”।
Finalmente, se hace referencia a una supuesta investigación realizada por la Universidad de California (UCLA)। Allí se habrían practicado pruebas a niños índigo comprobándose que ellos podían modificar su ADN. María Dolores Paoli, especialista en una novedosa rama denominada Psicoespiritualidad, asegura que “científicamente ya tienen confirmación del cambio que aportan estos chicos, manifestándose en la activación de cuatro códigos más en el ADN”. Acota que algunos de los experimentos de la UCLA consistieron en mezclar células de niños índigo con dosis letales de virus de Sida y con células cancerosas, que no tuvieron efecto alguno en las células de los infantes, manifestando inmunidad a las enfermedades”.
Mentiras verdaderas
El primer problema al analizar el tema radica en que es difícil encontrar una acepción, al menos concordante entre los autores, sobre qué se entiende por niño índigo. Los principales y más destacados diccionarios de psicología, psiquiatría y medicina no consignan el término. Sin embargo, tratados de ocultismo, esoterismo y misticismo, hacen innumerables apreciaciones sobre el vocablo. En esta corriente están quienes defienden la teoría de los índigos, la gran mayoría incluidos en las pseudociencias según Mario Bunge.
Los libros defensores mencionados hacen referencia a sucesos extraños, impactantes y sobresalientes, pero casi o nada documentados desde la rigidez de la ciencia। Nancy Ann Tappe, por ejemplo, habla de una clasificación de los seres humanos sobre la base de los colores y el campo magnético que nos rodea.
Los estudios en el campo de la ciencia hacen referencia a personas con capacidades increíbles pero que también sufren de serias limitaciones। Los casos más extraordinarios son los Savant quienes pueden retener abundante información o hacer cálculos complejos.
Un caso excepcional es Kim Peek, personaje que interpretó Dustin Hoffman en la película Rain Man, quien recuerda el 98% de los 12.000 libros que ha leído, lee dos páginas en ocho segundos (usa cada ojo para leer una página distinta) y apenas tarda una hora en memorizar un libro reteniendo de un modo preciso e instantáneo información sobre datos históricos, geografía, literatura o cualquier otro tema।
En ese sentido, las observaciones de Paul Dong and Thomas E. Raffill en su obra China’s Super Psychics pueden hacer referencia a un caso Savant y no a índigos। En la peculiaridad de Kim Peek es su potencial para hacer cálculos mentales con las barajas. Sabemos que el juego de cartas no está ceñido al azar o solo a la habilidad porque es ante todo una dinámica de cálculos mentales, algo que hacía con precisión este joven Savant en investigaciones documentadas por la ciencia.
La psicología y la semiótica han aportado interesantes datos sobre los efectos de los colores sobre los individuos y la sociedad, especialmente para determinar cómo influyen en los estados emocionales y en la asociación hacia valores determinados. A pesar de ello, no hay indicios concluyentes de que los colores estén ligados a la formación de la personalidad y las conductas. Por ello, las declaraciones de Nancy Ann Tappe sobre la relevancia de los colores en la personalidad y especialmente en las capacidades extraordinarias de los índigos no tienen asidero comprobable।
Respecto a una supuesta investigación de la Universidad de California (UCLA), tendremos que concluir que ha sido imposible hallar el documento en alguna biblioteca o sitio de Internet. Los descubrimientos asombrosos que se presentan, de ser ciertos, significarían un avance extraordinario en la vida humana, sin embrago, ningún científico prominente ha tocado el caso ni lo ha expuesto en una conferencia magistral।
El súper hombre
La versión de que los índigos puedan modificar su ADN ya es bastante inverosímil, sobre todo si recordamos que recién hace algunos años hemos descubierto el genoma humano y su estructura, siendo este descubrimiento un paso fantástico en la comprensión de la vida humana para encontrar curas a ciertas enfermedades y extender muchos años más la vida
Si bien se está demostrando que el genoma humano sufrió importantes cambios en los últimos 100.000 años como resultado de diversas adaptaciones, según una investigación reciente de la universidad Cornell, resulta improbable que el genoma se modifique solo por un acto voluntario y de forma inmediata. Que los índigos superen a la lógica y la razón científica nos lleva a pensar que se trata de un intento para acreditar que los índigos mantienen una ficticia supremacía sobre el común de la gente।
De más está decir que los promotores de la corriente índigo se dedican a dar charlas en innumerables escenarios, publicar libros y ofrecer asesorías sobre el tema, acumulando significativos ingresos económicos. Inclusive, en algunos centros educativos, se han diseñado enseñanzas y metodologías de aprendizajes especiales para los índigos, para diferenciarlos de los niños “normales”।
En busca de una explicación
La existencia de niños índigo no está demostrada científicamente। Las características que se les atribuye son muy ambiguas y refutables. Entonces, ¿cuál sería el diagnóstico para estos niños tan prodigiosos desde la perspectiva científica? Al parecer ciertas personas sobredimensionan las capacidades de sus hijos o, en algunos casos, se trata de TDAH, es decir, Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, un síndrome conductual con bases neurobiológicas y un fuerte componente genético.
En palabras de los defensores de los índigos, estos niños poseen características como: mayor intuición y espontaneidad, inteligencia superior a la del promedio, gran independencia, emocionalmente adultos, rechazo a una moralidad estricta, gran imaginación y, en algunos casos, dones sobrenaturales como la telequinesia o la clarividencia।
La mayoría de las características mencionadas, salvo los dones extraordinarios, son catalogadas por la Asociación Psiquiátrica Americana como rasgos propios de niños con Trastornos por déficit de Atención con Hiperactividad। Comparte la misma opinión el pediatra Carlos Ramos, del Instituto Nacional de Pediatría de México, quien confirma haber escuchado del tema y trata a niños inquietos o activos, pero a quienes no llamaría índigos.
Carlos A. Quintana (http://indigoreal।blogspot.com), por su parte, confronta a los defensores de los índigos y señala que esta clasificación promueve la discriminación racial y coloca a unos seres especiales sobre el común de los humanos. “Los niños índigo, niños de luz o niños de gracia, son una de las tantas ramificaciones de la corriente pseudocientífica New Age que trasciende un peligroso mensaje mesiánico contra la medicina, promueve la existencia de seres extraterrestres y sostiene una nueva forma de racismo”, sentencia.
Desde el punto de vista de la semántica tampoco es posible encontrar una definición clara y precisa sobre la terminología, hecho que genera una áurea de dudas sobre qué entendemos por índigo. Un principio elemental en toda ciencia o aquella que pretenda serlo es la contundencia de los conceptos básicos y la objetividad de los hechos demostrables bajo criterios rigurosos.
Conclusiones
1. La base teórica y las experiencias señaladas por los defensores de los niños índigo es cuestionable, poco fundamentada y se presta a la confusión.
2. La postura de señalar que existe una nueva clase de seres humanos superiores a todos los demás incluye explícitamente una visión discriminante y tendenciosa.
3. Los especialistas del tema índigo están comprendidos en una categoría de pseudociencia, pues no recogen metodología científica para explicar el fenómeno de estudio.
4. Lo más probables es que las características esgrimidas a los niños índigo corresponderían a Trastornos por Déficit de Atención con Hiperactividad.
5. El afán de expandir el concepto índigo correspondería a un interés comercial y de fama personal más que a un aporte serio y científico para entender las características de los niños denominados índigos (los cuales, por otra parte, no existen, a no ser en la mente gnóstica de los sectarios de la Nueva Era).
En efecto, muchos de estas personas describen muchos elementos de TDAH.
ResponderEliminarLa única forma de saber si una persona es índiga o no, es viendo el color de su aura.
ResponderEliminarPero eso es un problema, porque primero tendríamos que "creer" en ver un aura, para luego, comprobar que tenga esta especie de superpoderes. Es decir, no hay nada comprobable.
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