"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

domingo, 30 de abril de 2023

Blasfema honra a abortista argentina

 

 honra a abortista argentina



Tengo al personaje (Bergoglio) como un ejemplo del pensamiento light, mezcla de oportunismo y sobrevaloración necia de su propia persona. Nada que deba sorprender, si no fuera por su enfermiza e inescrupulosa  pasión por el cargo y por el poder. Dios sabe cuántas fueron sus vueltas y agachadas para llegar a dónde está hoy y cuántos fueron los ropajes que se puso para cumplir sus objetivos. No obstante, hay un rasgo preponderante en su carrera: su coquteteo con el izquierdismo en todas sus variantes (indigenismo, ecologismo, feminismo, pobrismo, kirchnerismo, etc. etc.) sin dejar de lado a la ideología de género y sus aberraciones.

Pero creo que esta vez se le fue la mano, cegado y cebado por la impunidad de la que goza-protección medíática mediante-  y  no contento con alabar  a agentes del marxismo de obediencia soviética (por ejemplo, María Esther Ballestrino de Careaga-sus hijas fueron terroristas del ERP, la Cerda Madre Bonafini) ahora se disfrazó de maoísta, escribiendo una carta a Luciano Álvarez, secretario de la Juventud del Partido Comunista Revolucionario,agradeciéndole el envío del semanario.


Transcripción de la carta (arriba) del Papa Francisco:                                                                                                                                                                11-4-23

Sr. Luciano Álvarez,

Estimado Luciano,

Gracias por su carta de ayer. Me alegró.

Clelia, para mí, era una mujer con ideal, que no “jugaba” al compromiso, sino que se comprometía en serio. Al menos una vez al mes venía a verme y conversábamos. Aprendí cosas que no sabía de política. Y con un candor de niña (que nunca la perdió pese a la seria lucha revolucionaria) me contaba de su niñez, como jugaban en el arroyo Maldonado juntando Piedritas, etc. A veces venía con Amalia Zille (la esposa de Mario Cafiero) y alguna otra Señora, para conversar sobre la ronda de las mujeres de ese año y ayudar a que fuera constructiva.

Gracias por su gesto de recordarla junto a mí y de enviarme fotocopia del semanario del pasado 29 de marzo.

Rezo por ustedes, por favor háganlo por mí. A vuestra disposición. Fraternalmente.

Francisco.

*

Carta del Comité Central del PCR de la Argentina

Estimado Francisco.

En primer lugar, le deseamos una pronta recuperación y que se encuentre mejor de salud.

En nombre del Partido Comunista Revolucionario de la Argentina le queremos agradecer las reiteradas menciones públicas a nuestra querida compañera Clelia Íscaro, como usted dijo, una gran mujer, una comunista revolucionaria que puso por delante los intereses de las mujeres trabajadoras y el pueblo, en su anhelo de construir una sociedad más justa.

Le hacemos llegar un ejemplar de nuestro semanario Hoy, que es el que Clelia le llevaba en sus visitas al Arzobispado de Buenos Aires.

Reiteramos que esperamos que se recupere, y que, así como en tiempos pasados -como usted bien destacó- denunciamos el nefasto golpe de estado que se avecinaba, continuemos llevando adelante las tareas para conseguir tierra, techo y trabajo para todas y todos los que habitan el suelo argentino.

Lo saludamos afectuosamente.

Comité Central del Partido Comunista Revolucionario de la Argentina

https://pcr.org.ar/nota/carta-del-papa-francisco-sobre-nuestra-camarada-clelia-iscaro/

*Comentario de Augusto Padilla:

Agrego que (la tal Clelia), la mujer “con ideal”,  “con candor de niña”,según Francisco, fue una de las grandes promotoras del aborto en la Argentina, además de ser una secuaz del mayor genocida de la historia: Mao asesinó a más de150 millones de chinoshttps://www.abc.es/cultura/abci-zedong-provoco-muerte-setenta-millones-chinos-tiempos-200604250300-

Del in-imputable moral Jorge Mario, libera nos Dómine.

sábado, 22 de abril de 2023

El libro negro del comunismo

 

El libro negro del comunismo

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El libro negro del comunismo
de Stéphane Courtois (ed.)
Portada del Libro Negro del Comunismo.svg
GéneroHistoriografía y ensayo Ver y modificar los datos en Wikidata
Tema(s)Comunismo y Black Book Ver y modificar los datos en Wikidata
Edición original en francés
Título originalLe Livre noir du communisme : Crimes, terreur, répression
EditorialA Ver y modificar los datos en Wikidata
PaísFrancia
Fecha de publicación1997
Edición traducida al español
TítuloEl libro negro del comunismo: crímenes, terror y represión
Traducido porCésar Vidal
EditorialEspasa Calpe y Planeta
PaísEspaña
Fecha de publicación1998

El libro negro del comunismo: crímenes, terror y represión (1997) es un libro escrito por profesores universitarios e investigadores europeos y editado por Stéphane Courtois, director de investigaciones del Centro Nacional para la Investigación Científica, organización pública de investigación de Francia. Entre los diversos académicos europeos que participaron se encuentran Andrzej Paczkowski, Nicolas Werth y Jean-Louis Margolin. El libro documenta la historia de la represión política de los estados comunistas, incluyendo genocidios, ejecuciones extrajudiciales, deportaciones y muertes en campos de trabajo y hambrunas creadas artificialmente. El libro se publicó originalmente en Francia como Le Livre noir du communisme: Crimes, terreur, répression por Éditions Robert Laffont. En Estados Unidos fue publicado por Harvard University Press,1​ con un prólogo del historiador Martin Malia. La edición alemana, publicada por la editorial Piper Verlag, incluye un capítulo escrito por Joachim Gauck. La introducción fue escrita por Courtois. El historiador François Furet estaba previsto que escribiera la introducción, pero murió antes de poder hacerlo.2

El libro negro del comunismo ha sido traducido a numerosos idiomas, ha vendido millones de ejemplares y está considerado como uno de los libros más influyentes y controvertidos que se han escrito sobre la historia del comunismo en el siglo XX,3​ en particular la historia de la Unión Soviética y otros regímenes socialistas de Estado.4​ El libro fue elogiado por un amplio abanico de publicaciones de la prensa popular y de historiadores, mientras que la prensa académica y las reseñas especializadas fueron más críticas o mixtas por algunas inexactitudes históricas, mientras el capítulo de Werth fue destacado como algo positivo; la introducción de Courtois fue especialmente criticada, incluso por tres de los principales colaboradores, tanto por comparar el comunismo con el nazismo como por inflar el número de víctimas, así como por la manipulación de las cifras y el recuento global de las mismas.56​ El título del libro se eligió como eco de El libro negro, un registro documental de las atrocidades nazis en el Frente Oriental, escrito por Ilya Ehrenburg y Vasily Grossman para el Comité Judío Antifascista durante la Segunda Guerra Mundial.7

Contenidos[editar]

La introducción, a cargo del editor, Stéphane Courtois, mantiene que «...el comunismo real [...] puso en funcionamiento una represión sistemática, hasta llegar a erigir, en momentos de paroxismo, el terror como forma de gobierno». De acuerdo con la información cedida por los gobiernos, cita un total de muertes que «...se acerca a la cifra de cien millones», se estiman valores reales muy superiores. El análisis detallado del total es el siguiente:

La introducción proporciona también un listado más detallado de los actos criminales descritos en el libro:

  • Unión Soviética: fusilamiento de rehenes o personas confinadas en prisión sin juicio y asesinato de obreros y campesinos rebeldes entre 1918 y 1922; la Hambruna de 1921-1922; la liquidación y deportación de los cosacos del Don en 1920; el uso del sistema de campos de concentración del Gulag en el periodo entre 1918 y 1930; la Gran Purga de 1937-1938; la deportación de los kuláks de 1930 a 1932; la muerte de seis millones de ucranianos (Holodomor) durante la hambruna de 1932-1933; la deportación de personas provenientes de PoloniaUcrania, los países bálticos, Moldavia y Besarabia entre 1939 y 1941, y luego entre 1944 y 1945; la deportación de los alemanes del Volga en 1941; la deportación y abandono de los tártaros de Crimea en 1943; de los chechenos en 1944 y de los ingusetios en 1944.

El libro, entre otras fuentes, usó material de los entonces recientemente desclasificados archivos del KGB, así como de otros archivos soviéticos.

Los autores, o al menos la mayor parte de ellos, afirman ser de izquierdas, ofreciendo como motivación de su trabajo que no deseaban dejarle a la extrema derecha el privilegio de acaparar la verdad (pg. 14 y 50 de la edición finlandesa del libro, 2001)

Estructura del libro[editar]

  1. Introducción: Los crímenes del comunismo - Stéphane Courtois
  2. Un estado contra su pueblo
    1. Violencias, terrores y represiones en la Unión Soviética - Nicolas Werth
  3. Revolución mundial, guerra civil y terror
    1. La Komintern en acción - Stéphane Courtois y Jean-Louis Panné
    2. La sombra del NKVD proyectada en España - Stéphane Courtois e Jean-Louis Panné
    3. Comunismo y terrorismo - Rémi Kauffer
  4. La otra Europa víctima del comunismo
    1. Polonia, la «nación-enemigo» - Kamil Kaos Jr.
    2. Europa central y del sureste - Kamil Kaos
  5. Comunismos de Asia: entre la «reeducación» y la matanza
    1. China: una larga marcha hacia la noche - Jean-Louis Margolin
    2. Corea del Norte, Vietnam, Laos: la semilla del dragón - Jean-Louis Margolin e Pierre Rigoulot
    3. Camboya: en el país del crimen desconcertante - Jean-Louis Margolin
  6. El tercer mundo
    1. América Latina, campo de pruebas de todos los comunismos - Pascal Fontaine
    2. Afrocomunismos: Etiopía, Angola y Mozambique - Jonathan Diallo y Delfín Mosibe
    3. El comunismo en Afganistán - Sylvain Boulouque

Comunismo: Semejanzas y diferencias con el nazismo[editar]

Debido a la mayor cantidad de asesinatos atribuidos al comunismo que al nazismo, surge el interrogante acerca de las semejanzas y diferencias existentes entre ambas ideologías. Stéphane Courtois escribió:

“En cada caso el objeto de los golpes no fueron individuos sino grupos. El terror tuvo como finalidad exterminar a un grupo designado como enemigo que, ciertamente, sólo constituía una fracción de la sociedad, pero que fue golpeado en cuanto tal por una lógica genocida. Así, los mecanismos de segregación y de exclusión del «totalitarismo de clase» no se asemejan singularmente a los del «totalitarismo de raza».

La sociedad nazi futura debía ser construida alrededor de la «raza pura», la sociedad comunista futura alrededor de un pueblo proletario purificado de toda escoria burguesa. La remodelación de estas dos sociedades fue contemplada de la misma manera, incluso aunque los criterios de exclusión no fueran los mismos.

Los crímenes leninistas, estalinistas y maoístas y la experiencia camboyana plantean, por lo tanto, a la humanidad –así como a los juristas y a los historiadores – una cuestión nueva: ¿cómo calificar el crimen que consiste en exterminar, por razones político-ideológicas, no ya a individuos o a grupos limitados de opositores, sino a segmentos masivos de la sociedad? ¿Hay que inventar una nueva denominación? Algunos autores anglosajones así lo piensan y han creado el término «politicidio». ¿O es preciso llegar hasta el punto, como lo hacen los juristas checos, de calificar los crímenes cometidos bajo el régimen comunista de simplemente «crímenes comunistas»?8

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Controversia[editar]

El libro negro del comunismo recibió críticas favorables9​ y desfavorables, también atrayendo reprobaciones considerables y causando una enorme controversia. Tanto la información que presenta como la interpretación que hace de ella han sido tremendamente discutidas.

Por una parte, diferentes historiadores han publicado estimaciones extremadamente diversas del número de muertes ocurridas en los países nombrados en el Libro negro. Por ejemplo, las estimaciones acerca de las muertes causadas por el régimen de Stalin en la Unión Soviética varían entre 8,5 y 51,1 millones,10​ mientras que los relativos a la China de Mao oscilan entre 19,5 y 75 millones.11​ Los autores del libro negro defienden sus estimaciones acerca de la Unión Soviética (20 millones) y Europa oriental (1 millón) aseverando que han utilizado fuentes que no estaban disponibles para investigadores anteriores (los archivos soviéticos mencionados anteriormente). Al mismo tiempo, los autores reconocen que las estimaciones acerca de China y otros países aún dirigidas por regímenes comunistas son inciertas ya que sus archivos siguen cerrados.

[cita requerida]En años recientes, otros autores han ido publicando estimaciones de muertes causadas por dictaduras comunistas progresivamente mayores. Por ejemplo, libros recientes como Mao: la historia desconocida, de Jon Halliday y Jung Chang y A Century of Violence in Soviet Russia de Alexander Yakovlev han propocionado cifras aún mayores que las del libro negro para China y Rusia respectivamente.

Los críticos del Libro negro del comunismo han alegado que el libro usa el término «comunismo» para referirse a una amplia variedad de sistemas diferentes, y que «arbitrariamente pone en el mismo saco fenómenos históricos totalmente diferentes como la guerra civil de 1918-21, la colectivización forzosa y el Gran Terror en la Unión Soviética, el Gobierno de Mao en China y de Pol Pot en Camboya, el Gobierno militar etíope así como diversos movimientos políticos latinoamericanos, desde los Sandinistas en Nicaragua a Sendero Luminoso en Perú».12​ Sin negar la naturaleza comunista de los países mencionados, el periódico francés Le Monde Diplomatique ha argumentado que las tradiciones e historia locales desempeñaron un papel como mínimo tan importante como el del comunismo en cada caso.13

Un grupo numeroso de críticos argumenta que sólo algunos (o incluso ninguno) de los regímenes mencionados en el libro fueron de hecho «comunistas». Esta idea no es nueva: la cuestión de si los estados comunistas históricos representan una implementación práctica adecuada o fiel de las ideas comunistas se remonta a la década de 1930. En la introducción del Libro negro, afirma que «algunos espíritus apesadumbrados o escolásticos siempre podrán defender que ese comunismo real no tenía nada que ver con el comunismo ideal». Sin embargo, no elabora más este punto, de modo que, para el propósito del libro, un Estado comunista se define como un régimen de partido único en el que el partido dirigente abiertamente proclama su adhesión al marxismo-leninismo. El Libro negro no trata de juzgar la honestidad de dichos partidos al autodenominarse «comunistas».

Sin embargo, la crítica más común al Libro negro es su carencia de contexto. El libro se centra exclusivamente en los Estados socialistas, sin hacer ningún tipo de comparación con los capitalistas. Los críticos han argumentado que, si se aplicasen las varas de medir expuestas por el libro negro al capitalismo, este sería responsable de al menos la misma cantidad de víctimas que los regímenes comunistas, o incluso más, de acuerdo con varios estudiosos (véase El libro negro del capitalismo, de Gilles Perrault, Jean Ziegler y Maurice Cury, publicado en 1998 como reacción al El libro negro del comunismo). Entre los actos criminales de los que se considera al capitalismo autor estarían las muertes resultado del colonialismo y del imperialismo, la represión de la clase trabajadora y los sindicatos en los siglos XIX y XX, las dictaduras prooccidentales en el Tercer Mundo durante la Guerra Fría y la terrible adaptación al capitalismo de las antiguas dictaduras comunistas tras 1990.1415​ Le Monde Diplomatique apunta que el Libro negro incrimina únicamente al campo comunista en numerosas guerras y revoluciones sin mencionar las muertes y otros actos criminales cometidos por el campo anticomunista al mismo tiempo.16​ Pensadores como Noam Chomsky sostienen que los argumentos utilizados por los capitalistas para justificar tales muertes son muy similares a los argumentos utilizados para describir los regímenes comunistas. Por ejemplo, se alega que el colonialismo y el imperialismo no representan el verdadero capitalismo, y que las muertes debidas a las dictaduras prooccidentales durante la Guerra Fría fueron un peaje a pagar para luchar contra la expansión del comunismo.

Como respuesta a las críticas dirigidas contra el Libro negro, el periodista político Jean-François Revel dedicó prácticamente tres capítulos de su libro sobre el socialismo La gran mascarada. A lo largo del mismo replica a diversos autores, entre ellos Noam Chomsky, el imputar al capitalismo, no sólo crímenes que no le pertenecerían, como ser los de la esclavitud, el estatismo colonial o la economía planificada del Nacionalsocialismo,17​ sino además aquellos que acaso sí le pertenecerían ya que mientras se hace culpable al capitalismo por los crímenes de la derecha anticomunista se intenta amnistiar al socialismo por los crímenes de la izquierda comunista.18​ Como respuesta a las críticas dirigidas contra el Libro negro, el autor destaca que no ha habido en el campo marxista del «socialismo real" jamás un régimen democrático o pluralista, ni un sistema que no se viera necesitado del totalitarismo, del partido único y de la persecución política.19​ Y en contrapartida a la réplica por la represión de la actividad sindical en los albores del capitalismo, Revel considera al socialismo indisolublemente ligado al trabajo forzado y la esclavitud de Estado.20

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1.  Dennis, Mike; Kolinsky, Eva (2004). United and divided : Germany since 1990. Berghahn Books. ISBN 1-57181-513-9OCLC 52644403. Consultado el 2 de marzo de 2022.
  2.  Rousso, Henry (2002). The haunting past : history, memory, and justice in contemporary France. University of Pennsylvania Press. ISBN 0-8122-3645-9OCLC 47900642. Consultado el 2 de marzo de 2022.
  3.  Aronson, Ronald (2003-05). «Communism's Posthumous Trial»History and Theory 42 (2): 222-245. ISSN 0018-2656doi:10.1111/1468-2303.00240. Consultado el 2 de marzo de 2022.
  4.  Suny, Ronald Grigor (7 de marzo de 2007). «Russian Terror/ism and Revisionist Historiography»Australian Journal of Politics & History 53 (1): 5-19. ISSN 0004-9522doi:10.1111/j.1467-8497.2007.00439.x. Consultado el 2 de marzo de 2022.
  5.  «The Black Book of Communism — Stéphane Courtois, Nicolas Werth, Jean-Louis Panné, Andrzej Paczkowski, Karel Bartošek, Jean-Louis Margolin, Mark Kramer»www.hup.harvard.edu (en inglés). Consultado el 2 de marzo de 2022.
  6.  «Les divisions d'une équipe d'historiens du communisme»Le Monde.fr (en francés). 31 de octubre de 1997. Consultado el 2 de marzo de 2022.
  7.  Rousso, Henry; Golsan, Richard Joseph (2004). Stalinism and nazism : history and memory compared. University of Nebraska Press. ISBN 0-8032-0417-5OCLC 56713603. Consultado el 2 de marzo de 2022.
  8.  “El libro negro del comunismo” de Stéphane Courtois, Nicolas Werth, Jean-Louis Panné, Andrzej Paczkowski, Karen Bartosek, Jean-Louis Margolin (Páginas 33-34) – Ediciones B – Barcelona 2010 – ISBN 978-84-666-4343-6
  9.  Críticas en Harvard.edu
  10.  Estadísticas de Stalin
  11.  Estadísticas de Mao
  12.  World Socialist web site
  13.  Nota en monde-diplomatique.fr
  14.  worldsocialism.org
  15.  Chomsky Archivado el 18 de febrero de 2007 en Wayback Machine.
  16.  Perrault en monde-diplomatique.fr
  17.  Revel, Jean François, La gran mascarada, Taurus, 2000, pp. 39-57
  18.  Revel, Jean François, La gran mascarada, Taurus, 2000, pp. 132-139
  19.  Revel, Jean François, La gran mascarada, Taurus, 2000, pp. 185-206
  20.  Revel, Jean François, La gran mascarada, Taurus, 2000, pp. 207-231, 318-319

Enlaces externos[editar]