| 20 enero, 2023
Uno de los temas controvertidos que plantea el camino sinodal alemán y que sin duda se debatirá en el sínodo de la sinodalidad, la intercomunión con los protestantes, era misión imposible para el difunto Benedicto XVI, quien alegaba que lo impedían diferencias fundamentales.
En un ensayo publicado a título póstumo, ‘¿Qué es el cristianismo?’, el Papa Ratzinger responde a la pregunta, tan calurosamente debatida en los últimos años, de si es lícito que católicos y protestantes compartan la Eucaristía.
En este ensayo, parcialmente recogido previamente en un libro de 2020 escrito en gran parte por el cardenal Robert Sarah, Benedicto XVI denuncia que el Vaticano II “no abordó el cuestionamiento fundamental del sacerdocio católico por parte de la Reforma del siglo XVI». Esta es una «herida que ahora se hace sentir y que, en mi opinión, finalmente debe abordarse de manera abierta y fundamental». El ex Papa destaca que es un asunto «tan importante como difícil, porque de él pende todo el problema de la interpretación de la Escritura, cuya hermenéutica definió Lutero».
Benedicto XVI ve el error fundamental de Lutero al construir una contradicción insalvable entre el concepto de sacerdote en el Antiguo Testamento y el sacerdocio establecido por Jesús. Toda la construcción de Lutero se basa en el contraste entre la ley y el Evangelio, entre la justificación por las obras y la justificación por la sola fe. En verdad, sin embargo, la iglesia primitiva ya combinó el sacerdocio del Antiguo Testamento con los ministerios del Nuevo Testamento y no vio la justificación por la fe y por las obras como una contradicción.
Debido a sus fundamentos teológicos completamente opuestos, «es bastante claro que ‘Comunión’ y ‘Misa’ son dos formas de culto fundamentalmente diferentes, que se excluyen mutuamente por su naturaleza. Cualquiera que predique la intercomunión hoy debe recordar esto», escribe.
Con respecto a las disputas intracatólicas sobre el Sacrificio de la Misa, Benedicto señaló que en la reforma litúrgica posterior a 1969 «las tesis de Lutero jugaron implícitamente un cierto papel, por lo que algunos círculos podrían afirmar que el decreto del Concilio de Trento sobre el Sacrificio de la Misa había sido abolido tácitamente». Por lo tanto, expresó la suposición de que la dureza de la resistencia a la Misa Antigua se debía en parte al hecho de que algunos veían en ella una idea inaceptable de sacrificio y expiación en acción.
«Es obvio que el pensamiento moderno se lleva mejor con el enfoque de Lutero que con el católico”, llega a escribir Benedicto. “Porque la interpretación pneumatológica de la Escritura que usa el Antiguo Testamento como un camino hacia Jesucristo es casi inaccesible al pensamiento moderno, sin embargo, es claro que Jesús no pensaba en el sentido de una ‘sola fide’ radical, sino en el sentido de un cumplimiento de la ley y de los profetas. tarea de la nueva generación, la de crear las condiciones para una comprensión renovada de lo que he expuesto aquí».
El Papa difunto también critica algunos intentos actuales de diálogo entre cristianos y musulmanes, frecuentemente caracterizados por el «conocimiento inadecuado de las Sagradas Escrituras» de ambas religiones. Además, este diálogo es a menudo «estructuralmente erróneo».
(https://infovaticana.com/2023/01/20/benedicto-xvi-catolicos-y-protestantes-no-pueden-compartir-la-comunion/?fbclid=IwAR1-JM4UC0trlDyv0FQjCoTmTu3--cI1x0UuJm9Y-ugxEB5ZJnKO22gXAfw)