Aunque la cancelación del "show" no fue debida a
motivos religiosos
-en rigor de verdad, se debió a falta de personería jurídica del representante y a falta de permiso municipal para usar el terreno-,
no podemos dejar de felicitar a nuestros
hermanos católicos de México, que han actuado en defensa del Santo Nombre de Dios, horriblemente ultrajado en este verdadero "Circo de los Horrores".
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