Tesis de conocido historiador sueco.
La monumental tesis de doctorado, del historiador sueco de las religiones, Per Faxneld, publicada bajo el título Feminismo Satánico (Sorgenfrei y Molin, Estocolmo 2014), sostiene que las personas que están en los orígenes del feminismo, del homosexualismo y de la ideología de género, así como del socialismo, han citado explícitamente y confiaron en satanás como el padre de sus ideas.
Esta indagación histórica coincide con la opinión del Cardenal Bergoglio, expreada en el 2010 cuando dijo que la ley argentina de ‘matrimonio’ homosexual y adopción se trata “de una “movida” del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios”.
LOS DOS SENTIDOS DEL SATANISMO
Faxneld distingue entre el satanismo en el sentido estricto - que estudió en otras partes, y que no es el tema de este libro – y el satanismo en el sentido más amplio.
En sentido estricto, el satanismo es la adoración, por ritos religiosos, del personaje llamado satanás en la Biblia, de la gente que cree que existe y que se alían con él.
Satanismo en el sentido más amplio, es más bien la exaltación y promoción de satanás por personas que no creen que existe, pero lo utilizan como símbolo de la aversión y el odio hacia el cristianismo, la Iglesia Católica, el orden social natural y cristiano. El poeta masón italiano Giosuè Carducci (1835-1907), con su “Himno a satán”, es citado por Faxneld como un ejemplo típico de satanismo en el sentido más amplio.
INFLUENCIA SATÁNICA EN IDEOLOGÍAS
La historia muestra cómo se ha movilizado a satanás, en primer lugar por los socialistas, los comunistas y los anarquistas como un agente y motor de la rebelión contra las jerarquías tradicionales, la religión y la propiedad privada.
Se conocen las referencias a satanás del fundador moderno del anarquismo Mikhail Bakunin (1814-1876) y del socialista Pierre-Joseph Proudhon (1809-1865), pero Faxneld añade algunos ejemplos menos conocidos. La mayoría se han extraído del mundo socialista americano de principios del siglo XIX y XX y la socialdemocracia sueca.
La historia muestra la importancia - para esta lectura alternativa de la Biblia – de la Sociedad Teosófica, que distingue entre satanás y lucifer como una imagen del mal, de la cual viene una lectura positiva en clave gnóstica, y la llamada novela gótica en inglesa y francesa, en donde figuras diabólicas se presentan como “malas”, pero terminan fascinando al lector, como es el caso de “Drácula” de Bram Stoker (1847-1912).
EN LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO
Esto nos lleva al tema central del libro, el “feminismo satánico” y el nacimiento de la ideología de género.
Con una prehistoria en la poesía romántica inglesa, la literatura radical en el siglo XIX proclama que satanás, en el Jardín del Edén, le ofreció a Eva la oportunidad de deshacerse del control patriarcal de Dios y Adán, y debe ser celebrado y venerado como el libertador de las mujeres.
Como símbolo de la inversión y del derrocamiento, satanás enseña a las mujeres -, y también los hombres – a elegir libremente su identidad de género, y también pone su sello en la elección homosexual.
Las brujas de la Edad Media, de acuerdo con este punto de vista, realmente existían: eran mujeres libres, a menudo capaces de reinventarse a sí mismas con una identidad masculina o lesbiana.
El historiador anticlerical Jules Michelet (1798-1874) da un aporte a esta perspectiva con su famoso libro La Bruja de 1862, pero el tema emerge con mayor claridad aún en autores menos conocidos como la poetisa lesbiana francesa Renée Vivien (seudónimo de Pauline Mary Tarn, 1877-1909), y la novelista, también lesbiana, Mary MacLane (1881-1929) en los Estados Unidos y Sylvia Townsend Warner (1893-1978) en Inglaterra.
Con estos autores – ahora olvidados pero en su tiempo muy bien conocidos, al menos en los dos últimos casos – la conexión entre la adoración del diablo y la ideología de género es tan clara que incluso se podría preguntar si no se pasa del satanismo en el sentido amplio al de sentido estricto, porque la frontera entre los dos no siempre es evidente.
El historiador sueco también muestra la gran influencia de los actores sociales y los personajes de la prensa rosa que adoptaron un estilo y simbolismo “satánico” en la forma en que se comportaban y se vestían, como la actriz Sarah Bernhardt (1844-1923) y la marquesa italiana Luisa Casati (1881-1957), que apoya a la actriz estadounidense Theda Bara (1885-1955), que, sin embargo, es un caso diferente. La actriz en la vida privada era básicamente una buena chica, y el personaje “malo” era sólo un invento de las oficinas de prensa de la casa cinematográfica.
El libro de Faxneld es una verdadera enciclopedia sobre el tema, que va desde el arte a la moda, a la joyería, a la cultura popular.
LA RELECTURA DE LA BIBLIA EN SENTIDO INVERSO
Lo que importa para el lector no especializado es el tema principal. El feminismo, la ideología de género y la promoción de la homosexualidad – especialmente femenina, pero en realidad también masculina – han nacido, así como el socialismo y el comunismo, en una relectura contraria a las historias bíblicas de la revuelta de lucifer y la tentación de Eva, diciendo que Dios estaba equivocado y el diablo, presentado como un rebelde heroico para el orden establecido, tenía razón.
Esta interpretación fue en gran medida simbólica, y propuesta por los intelectuales ateos para quienes ni Dios ni el diablo realmente existían. Pero no sin ambigüedad, a menudo, a fuerza de hablar del diablo, algunos terminaron creyendo estar a su servicio.
El propósito de Faxneld no es crítico, es sólo documental. Y, sin embargo, al cierre de su libro uno tiene la impresión de que la investigación académica está confirmando la visión del cardenal Bergoglio, cuando en 2010 en la Argentina se introduce la ley del matrimonio y las adopciones gay.
El cardenal Jorge Mario Bergoglio, el actual Papa Francisco, escribió una famosa carta a las hermanas carmelitas de Buenos Aires. En este texto, de fecha 22 de junio de 2010, el futuro Pontífice explicó que detrás de la ideología que genera las leyes sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo,
“también está la envida del demonio, por la que entró el pecado en el mundo, que arteramente pretende destruir la imagen de Dios: hombre y mujer que reciben el mandato de crecer, multiplicarse y dominar la tierra. No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento) sino de una “movida” del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios”.
El padre de la mentira, para los cristianos, es satanás.
Fuentes: La Nuova Bussola Quotidiana, Signos de estos Tiempos
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