Hablaremos someramente sobre la conexión entre masonería y luciferismo.
En el rito de iniciación del grado 18 -Soberano Caballero Rosa Cruz- del Rito Escocés Antiguo y Aceptado (el rito más seguido en la numerosas ramas de la secta) se enseña al iniciado que Lucifer es el Ángel de Luz, portador de la luz masónica y benefactor de la humanidad, luz que disipa las tinieblas del fanatismo, especialmente las que ha difundido a lo largo de la Historia la Iglesia católica. Es decir, Lucifer sería como Prometeo -el titán que se rebeló contra Zeus en favor de la humanidad-, que ayuda a los hombres a `liberarse de los prejuicios´ inculcados por la Iglesia. Prometeo, una figura que aparece admirativamente en diversos rituales masónicos. Por cierto, una estatua de Prometeo está (o estaba, porque ignoro si seguirá allí) junto al Rockefeller Center de Nueva York.
En el rito de iniciación del grado 29, dos masones de alto rango pasean por toda la logia una imagen de Lucifer -representado como Baphomet, uno de los símbolos de las sectas satánicas: el macho cabrío con forma andrógina y pechos de mujer-. Los masones asistentes le adoran haciendo una genuflexión con la pierna izquierda (contrapuesto a la genuflexión cristiana que es con la derecha). El iniciado también ha de pisotear un crucifijo con los dos pies y escupir sobre él. En el rito se pide que la cruz desaparezca del mundo y que sea suplantada por la luz de Baphomet, y se dice: "¡Gloria a tí, Dios verdadero, Baphomet, dios de la luz!". La luz masónica; "Satanás se disfraza de ángel de luz" ( II Cor 11, 14).
El símbolo masónico del Ojo que todo lo ve, es un símbolo egipcio que representa la omnisciencia de Horus, el dios Sol. En la mitología egipcia, Horus equivale a Lucifer.
Uno de los textos capitales de la secta es el libro de Alberto Pike titulado Morals and Dogma. Un comentario extenso de todo el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, con sus 33 grados. Es el rito más extendido en la secta. Ese libro se entrega a los iniciados para su educación masónica y cuya edición avalada por el Supremo Consejo del Grado 33. Al comentar el grado 19 (Gran Pontífice), dice (pág. 321 de la edición facsímil):
" El Apocalipsis -la revelación- es para quienes reciben el grado XIX, la Apoteosis de la Sublime Fe que aspira sólo a Dios y desprecia las pompas y las obras de Lucifer". Alude al bautismo cristiano e identifica a Lucifer con Satán, cosa correcta, y que ya había hecho en la pág. 73 al comentar el tercer grado, el de Maestro: "para el iniciado, el Demonio es una fuerza, creada para el bien, pero que puede ser utilizada para el mal. Es el instrumento de la libertad y de la voluntad libre". Pero Pike, en el comentario del grado 19, prosigue con esta extraordinaria confesión: "LUCIFER -con mayúscula en el original-, el Portador de Luz, ¡extraño y misterioso nombre dado al Espíritu de las Tinieblas! ¿Él es quien lleva la Luz, y con sus resplandores intolerables ciega a las Almas débiles, sensuales o egoístas? ¡No lo dudéis!".
Es decir, para Pike (quizás el mayor exegeta del REAA) Lucifer-Satán es el Portador de Luz, de la luz masónica que ha de iluminar a la humanidad (y la ilumina desgraciadamente en la actualidad con su legislación, el control de la enseñanza y de los medios, etc., con lo que se ha denominado `ingeniería social´, algo que llevan haciendo desde sus orígenes: nada nuevo bajo el Sol). E identifica a ese Portador de Luz con elementos positivos y divinos: la fuerza creada para el bien, la libertad, la voluntad libre, la Luz del iniciado -la Luz masónica, que le permite ver las mentiras, el fanatismo, los prejuicios del catolicismo-. Ese Dios de la luz, Lucifer, calumniado por la Iglesia católica, es positivo, quiere llevar a la humanidad a la felicidad perfecta -que hasta ahora ha sido frustrada principalmente por el cristianismo- mediante las luces de la razón y la técnica, enfrentándose rabiosamente contra el Dios bíblico y su doctrina (dualismo típico de la gnosis, la esencia de la religión de la secta), y y ese Dios bíblico sería malvado para la gnosis masónica.
Masones han sido fundadores o promotores de sectas luciferinas como Alba Dorada, Orden Illuminati, Nueva Era o Sociedad Teosófica (ésta fundada por la siniestra Helena Blavatsky, masona y satanista). Lemas de NE son: "nosotros somos dios" y "cada uno crea su propia realidad", lemas que hacen recordar dos expresiones del diablo: "seréis como dioses", y "no serviré". Masón fue el célebre satanista Aleister Crowley, calificado del hombre más perverso y pervertido de su época
Quiero terminar con una anécdota: en 1917, S. Maximiliano María Kolbe presenció una marcha de masones por las calles de Roma, que desembocó en la plaza de S. Pedro, marcha que conmemoraba el segundo centenario de la fundación de la secta. En una de las banderas desplegadas por los masones, se podía leer: Satanás debe reinar en el Vaticano y el Papa será su esclavo.