Por Carlos Esteban | 20 septiembre, 2022Enmendarle la plana al Papa en cuestiones doctrinales no es totalmente inédito, pero sí bastante insólito. Varios obispos, sacerdotes y estudiosos lo acaban de hacer sobre una declaración del Papa contenida en la carta apostólica Desiderio desideravi.
Cuatro obispos, varios sacerdotes y numerosos estudiosos católicos han firmado una declaración reprochando al Papa Francisco una declaración reciente sobre la recepción de la Sagrada Comunión, según la cual “todos están invitados a la cena de las bodas del Cordero (Re 19:9).
“Para ser admitido a la fiesta todo lo que se requiere es el vestido de bodas de la fe que proviene del oír su Palabra”. El Papa escribió estas palabras en su Carta Apostólica del 29 de junio sobre la liturgia, Desiderio desideravi, pero para los firmantes de esta nueva declaración (ver aquí texto completo), omitió el “tema esencial del arrepentimiento por el pecado para la recepción digna de la Eucaristía”.
Las palabras papales sobre la “vestidura de fe” como único requisito para recibir la Sagrada Comunión, “contradicen la fe de la Iglesia Católica”, como escribieron los autores, entre los que se encuentran el obispo Joseph E. Strickland, el obispo André Gracida, el obispo Athanasius Schneider, el obispo Robert Mutsaerts, el padre Gerald E. Murray, el padre James Altman, el padre John Lovell y varios otros sacerdotes, junto con reconocidos académicos y profesores como el profesor Claudio Pierantoni, el doctor John Lamont, el doctor Peter Kwasniewski, la profesora Anna Silvas, el doctor Anthony Esolen, el profesor John Rist y el profesor Paolo Pasqualucci.
Explican que “la Iglesia Católica siempre ha enseñado que para recibir la Sagrada Eucaristía dignamente y sin pecado, los católicos deben recibir la absolución sacramental, si es posible, por cualquier pecado mortal que hayan cometido y obedecer todas las demás leyes de la Iglesia con respecto a la recepción de la Eucaristía (como, por ejemplo, las leyes relativas al ayuno previo a la recepción de la Eucaristía).
Si una confesión sacramental no es posible, pero la recepción de la Sagrada Comunión es urgente (como para un sacerdote que celebra la Misa), el Sacramento de la Penitencia debe buscarse lo antes posible después, y el penitente debe tener una contrición perfecta por sus pecados mortales. Al citar extensamente los documentos del Concilio de Trento, los signatarios también dejan claro que las enseñanzas presentadas en el documento del Papa Francisco ya han sido condenadas como herejía. “La afirmación”, escriben, “de que la fe es el único requisito para recibir dignamente la Sagrada Eucaristía fue condenada por el Concilio de Trento como una herejía”.
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