"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

miércoles, 16 de abril de 2014

La clave secreta gnóstica de “Noah” que nadie capta


Brian Mattson
En “Noah”, la nueva producción cinematográfica épica de Darren Aronofsky, Adán y Eva son presentados como seres luminiscentes y desencarnados hasta el momento en que comen el fruto prohibido.

Esta versión obviamente no se encuentra en la Biblia. Y, entre muchas otras licencias imaginarias de Aronofsky como los monstruos gigantes de lava, esta escena ha llevado a muchos críticos cinematográficos a rascarse la cabeza. Los evangélicos conservadores se lamentan del hecho de que la película se tome tantas libertades con el texto del Génesis. Grupos más liberales han concedido su indulgencia al director: a fin de cuentas, no debemos esperar que un ateo confeso tenga las ideas de un creyente sobre los textos sagrados.

Ambos grupos sin embargo no han enfocado el objetivo. Aronofsky no se ha “tomado libertades”.

La película no se ha basado simplemente en la Biblia.

En defensa del director, debemos reconocer que la película ni siquiera se anunció como tal. En ninguna parte se ha dicho que “Noah” sea una adaptación del Génesis. Nunca se ha anunciado como “El Noé bíblico” o “La historia bíblica de Noé”. En nuestros días, los escombros del cristianismo humean aún lo suficiente para que, cuando alguien dice que va a rodar una película sobre Noé, todos sobreentiendan que será una versión de la historia de la Biblia. No es en absoluto lo que tenía en mente Aronofsky. Estoy seguro de que haya dejado que su productora creyera esto precisamente, porque si hubieran sabido lo que tenía en mente, no le habría permitido nunca realizar esta película.

Volvamos a la versión luminiscente de nuestros progenitores. He reconocido en seguida el “motif”: es una visión típica de la antigua religión gnóstica. He aquí una descripción del siglo II d.C. sobre lo que creía una secta llamada de los ofitas: “Adán y Eva en origen poseían cuerpos sutiles, luminosos y, por así decirlo, espirituales. Pero cuando vinieron aquí, los cuerpos se volvieron oscuros, grasos e indolentes” - Ireneo de Lyon, Contra Heresias, I, 30,9.

Me vino a la mente que una tradición mística más estrechamente ligada con el judaísmo, llamada Cábala (que la cantante Madonna hizo popular hace unos diez años) habría mantenido seguramente una visión similar, siendo esencialmente una forma de gnosticismo judío. Quité el polvo de mi volumen de la obra del siglo XIX de Adolphe Franck The Kabbalah (¡lo necesitaba!), y confirmé rápidamente mis sospechas:

“Antes de ser seducidos por la astucia de la serpiente, Adán y Eva no solo no necesitaban un cuerpo, sino que ni siquiera tenían un cuerpo; es decir, no eran terrenos”.

Franck cita el Zohar, uno de los textos sagrados de la cábala:

“Cuando nuestro padre Adán vivía en el Jardín de Edén estaba vestido, como todos en el cielo, con vestidos hechos de una luz superior. Cuando fue expulsado del Jardín de Edén y obligado a someterse a las necesidades de este mundo, ¿qué sucedió? Dios, dicen las Escrituras, hizo para Adán y su esposa túnicas de piel y les vistió; antes de esto vestían túnicas de luz, de la luz más alta, de la luz que había en el Edén”.

Es una cosa oscura, lo sé, pero la curiosidad se apoderó de mí y seguí profundizando.

He descubierto que el primer largometraje de Darren Aronofsky fue Pi (de 1998, no confundir con “La vida de Pi”). ¿Queréis saber cuál era el tema? ¿Estáis seguros?

Cábala

No es una coincidencia.

¿He conseguido captar vuestra atención? Estupendo.

El universo del “Noé” de Aronofsky es completamente gnóstico: un universo con grados “superiores” e “inferiores”. El elemento “espiritual” es positivo, y muy, muy, muy elevado: allí vive el dios inefable; el aspecto “material” es negativo, y muy, muy, muy inferior: nuestro espíritu es prisionero de la carne material. Esto vale no sólo para las hijas e hijos caídos de Adán y Eva, sino también para los ángeles caídos, descritos explícitamente como espíritus prisioneros en “cuerpos” materiales hechos de lava líquida enfriada.

El film ha creado personajes muy bonitos, pero que son conocidos en la especulación gnóstica. Los gnósticos los llaman “arcontes”, seres divinos inferiores o ángeles que ayudan “al Creador” a formar el universo visible. Y la Cábala tiene un auténtico panteón de seres angélicos que suben y bajan por la “escala del ser divino”. Y los ángeles caídos nunca han caído totalmente en este tipo de misticismo. Por citar nuevamente al Zohar, un texto fundamental de la Cábala: “Todas las cosas de las que se compone este mundo, tanto el espíritu como el cuerpo, volverán al principio y a la raíz de la que han venido”. Divertido. Es lo que sucede a los monstruos de lava de Aronofsky. Se redimen, cambian incluso de piel y vuelven volando al cielo. He observado, entre otras cosas, que en el film, cuando la familia de Noé vaga por una tierra desolada, Sem pregunta al padre: “¿Es una mina Zohar?” Sí, el nombre del texto sacro de la Cábala.

Todo el film es, a nivel figurado, una mina Zohar.

Si hubiera alguna duda sobre los “Vigilantes”, Aronofsky da nombre a varios de ellos: Semyaza, Magog y Rameel. Son todos demonios bien conocidos en la tradición mística judía, no sólo en la Cábala, sino también en el libro de Enoc.

¿Cómo? ¿Demonios redimidos? Adolphe Franck explica la cosmología de la Cábala: “Nada es totalmente negativo; nada es maldito para siempre, ni siquiera el arcángel del mal o, como se le llama a veces, la bestia venenosa. Llegará un tiempo en el que incluso él recuperará su nombre y su naturaleza angélica”.

Sí, es extraño, pero todos en el film parecen adorar “al Creador”, ¿no? Y esto es un punto a favor del film, ¿no?

No.

Porque cuando los gnósticos hablan del “Creador”, no hablan de Dios. Aquí, en nuestro mundo que recoge los frutos del cristianismo, el término “Creador” denota en general al Dios vivo y verdadero, pero en el gnosticismo el “Creador” del mundo material es un hijo bastardo de una divinidad de bajo nivel, ignorante, arrogante, celoso, exclusivista y violento. Es el responsable de la creación del mundo “no espiritual”, de carne y materia, y él mismo es tan ignorante respecto al mundo espiritual que se imagina como el “único Dios” y exige obediencia absoluta. Los gnósticos en general le llaman “Yahvé”, o con otros nombres, como Ialdabaoth.

Este “Creador” intenta mantener a Adán y Eva alejados del verdadero conocimiento de lo divino, y cuando desobedecen se enfada y los expulsa del paraíso.

En otras palabras, por si os habéis perdido en la trama, la serpiente tenía razón todo el tiempo. Este “dios”, “el Creador”, al que están adorando, les esconde algo que les dará la serpiente: la misma divinidad.

El universo del misticismo gnóstico tiene una desconcertante infinidad de variedades, que en general tienen en común el hecho de llamar a la serpiente "Sofía", “Madre” o “Sabiduría”. La serpiente representa lo verdaderamente divino, y las afirmaciones del “Creador” son falsas.

¿Es entonces la serpiente un personaje importante en la película?

Volvamos a ella. La acción comienza cuando Lamec esta a punto de bendecir a su hijo, Noé. Lamec, de forma muy rara para un patriarca de una familia que sigue a Dios, coge una reliquia sagrada, la piel de la serpiente del Jardín del Edén. La envuelve en el brazo y tiende la mano para tocar al hijo, pero en ese momento una banda de saqueadores interrumpe la ceremonia. Lamec es asesinado y el “malo” del film, Tubal-Caín, roba la piel de la serpiente. Noé, en resumen, no ha recibido el presunto beneficio que le habría transmitido la piel de la serpiente.

La piel no se enciende mágicamente en el brazo de Tubal-Caín: aparentemente, tampoco él es “iluminado”. Y es por ello que todos en el film, incluso el protagonista Noé y el antagonista Tubal-Caín, adoran al  “Creador”. Todos se equivocan. Permitidme que aclare una cosa: muchos críticos han mostrado perplejidad viendo que en la película no hay ningún personaje “digno de aprecio” y que todos parecen adorar al mismo Dios. Tubal-Caín y su clan son malos, pero también Noé se muestra malvado cuando abandona a la novia de Cam y casi mata a dos recién nacidos. Algunos pensaban que este pasaje fuese una especie de profunda reflexión sobre el mal que albergamos todos nosotros, pero he aquí otro pasaje del Zohar, el texto sagrado de la Cábala:

“Dos seres [Adán y Nachash – la serpiente] tuvieron relaciones con Eva [la segunda mujer], y ella concibió de ambos y dio a luz a dos hijos. Cada uno siguió a su progenitor masculino y sus espíritus se separaron, uno por un lado y el otro por otro, así como su carácter. Por parte de Caín hay todo tipo de mal, por parte de Abel, una clase más misericordiosa, pero no del todo buena – el buen vino mezclado con el malo”.

¿Suena familiar? Sí. El “Noé” de Darren Aronofsky.

En todo caso, todos adoran la “divinidad del mal”, que quiere destruir a todos (en la Cábala, por aclarar, se cree que ya se han creado y destruido muchos mundos). Tanto Tubal-Caín como Noé tienen escenas idénticas, mientras miran al cielo y preguntan “¿por qué no hablas conmigo?”. “El Creador” ha abandonado a todos porque tiene intención de matarlos.

Noé había tenido una visión de la llegada del diluvio. Se está ahogando, pero ve animales que flotan en la superficie, en la seguridad del arca. No hay indicación alguna de que Noé se salvará. No sabe cómo explicar las cosas a su familia: al final del todo, está ahogándose mientras los animales, “los inocentes”, se salvan. “El Creador”, que ofrece esta visión a Noé, quiere que todos los seres humanos mueran.

Muchas críticas encuentran raro el cambio de Noé, que en el arca se convierte en un maniaco homicida que quiere matar a dos nietecitas recién nacidas. No hay nada de raro en esto. Según el director, Noé está adorando a un dios falso también él maniaco homicida. Cuanto más fiel se vuelve Noé a este dios, tanto más se vuelve homicida. Se trasforma cada vez más en “imagen del dios”, la misma que es constantemente mencionada (y encarnada) por el malo Tubal-Caín.

Pero Noé defrauda al “Creador”. No acaba con todas las vidas como su dios querría que hiciera. “Cuando miré a esas dos niñas, mi corazón se llenó solamente de amor”, afirma. Ahora Noé tiene algo que “el Creador” no tiene: amor. Y misericordia. ¿Pero de dónde coge esto? ¿Y por qué ahora?

En la escena inmediatamente precedente, Noé ha matado a Tubal-Caín y ha recuperado la reliquia de la piel de la cobra: "Sofía", la "Sabiduría", la verdadera luz de lo divino. Solo una coincidencia, claro...

Casi he terminado.

Hablemos del arco iris. No aparece al final porque Dios ha hecho una alianza con Noé. El arco iris aparece cuando Noé vuelve en sí y abraza a la serpiente. Envuelve la piel en su brazo y bendice a la familia. No es Dios quien le encarga que se multiplique y llene la tierra, sino Noé, en primera persona, usando el talismán-serpiente (a propósito, no es casual que el arco iris sea siempre circolar. El círculo del “Uno”, o Ein Sof, en la Cábala es el signo del monismo).

Observad este cambio: en la escena precedente Noé estaba borracho. Ahora está  sobrio e “iluminado”. Un cineasta no monta nunca una secuencia de este tipo por error.

Noé ha trascendido y superado a esa divinidad celosa y homicida.

Algunas advertencias:

Primera: la especulación gnóstica tiene varias perspectivas. Algunos grupos se muestran radicalmente “dualistas”, con “el Creador” que es de hecho un “dios” del todo diverso. Otros son más “monistas”, con un Dios que existe en una serie de emanaciones descendientes. Otros consideran que la divinidad inferior puede “crecer”, “madurar” y ascender en la “escala” del ser, hacia alturas mayores. Noé, probablemente, se inscribe un poco en todas las categorías. Es difícil decirlo.

Mi otra advertencia es esta: hay una tonelada de imágenes, citas y temas de la Cábala en esta película, y yo no podría citarlas todas sólo en este artículo. Por ejemplo, la Cábala en general se basa en letras y números judíos; los “Vigilantes” parecen tener, deliberadamente, la forma de letras judías.

No volvería a ver esta película para analizar con detalle todas estas referencias aunque me pagaran (también porque, desde el punto de vista meramente cinematográfico, he encontrado la mayor parte de la película insoportablemente aburrida).

Lo que puedo decir habiéndolo visto sólo una vez es esto:

Darren Aronofsky ha creado una relectura de la historia de Noé sin base bíblica alguna. Es una relectura totalmente pagana de la historia de Noé, basada en fuentes gnósticas y de la Cábala. Para mi no hay duda alguna sobre esto.

Ahora dejadme decir cuál es el verdadero escándalo de todo esto.

No es el hecho de que la película se aleje de la versión bíblica. No es el hecho de que los críticos cristianos, defraudados, tuvieran expectativas demasiado elevadas.

El escándalo es este: entre todos los líderes cristianos que han hecho un gran esfuerzo por promover este film (por el motivo que sea: “porque es un comienzo de diálogo”, “porque Hollywood está haciendo algo ligado a la Biblia”, etc.) y entre todos los líderes cristianos que lo han condenado porque “no sigue la Biblia”, nadie ha logrado identificar una subversión flagrantemente gnóstica de la historia bíblica, aunque la tenían delante de las narices.

Personalmente creo que Aronofsky se ha propuesto tomarnos por estúpidos: “Sois tan ignorantes que soy capaz de llevar a Noé (¡Russell Crowe!) a la gran pantalla y retratarlo literalmente como ‘la semilla de la serpiente', y todos vosotros asistiréis y lo apoyaréis”.

Aronofsky se está riendo a carcajadas. Y todos los que han caído en la trampa deberían avergonzarse.

¡Mirad que ha sido una experiencia gnóstica impresionante! En el gnosticismo, solo la “élite” posee el “saber” y el conocimiento secreto. Todos los demás son una panda de ingenuos y estúpidos ignorantes. El “gran evento” de este film es ilustra esta premisa gnóstica: nosotros, “el resto”, somos ingenuos y estúpidos.

¿La cristiandad puede despertarse, por favor?

En respuesta, tengo una sugerencia sencilla:

Desde ahora ningún seminarista debería pasar de curso si no demuestra haber leído, “digerido” y comprendido el texto “Contra Heresias” de Ireneo de Lyon.

A final de cuentas, estamos de nuevo en el siglo II d.C.

Post scriptum:

Algunos lectores pueden pensar que soy demasiado duro contra ciertas personas porque no han comprendido el gnosticismo que está en el corazón de este film. No espero que los espectadores en general entiendan estas cosas. Pero lo que me esperaba de ellos es exactamente lo que he encontrado: una confusión tal que hace rascarse la cabeza. Pero me espero una reacción muy distinta de los líderes cristianos: profesores de seminarios y de universidades, párrocos, doctores. Si una piel de serpiente envuelta en un brazo de un personaje bíblico no hace sonar alguna alarma en ellos… no sé qué decir.


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Brian Mattson, Ph.D. (Universidad de Aberdeen) es teólogo, escritor, orador y director de Dead Reckoning.TV. Artículo publicado originalmente en inglés en drbrianmattson.com

viernes, 11 de abril de 2014

«La New Age, nociva y sutil, cautiva a millones de personas, por ejemplo con películas como Avatar»

«La New Age, nociva y sutil, cautiva a millones de personas, por ejemplo con películas como Avatar»

Una escena de Avatar, película que propone una mezcla de panteísmo y ecologismo materialista con estética new age

El padre Gonzalo Len es un sacerdote perteneciente al Sodalicio de Vida Cristiana, una sociedad de vida apostólica de cuyo Consejo Superior ha formado parte hasta hace poco. Ahora vive en Roma. 

Aunque su figura es poco conocida en España, Len es uno de los mayores especialistas internacionales en la New Age. Y acaba de publicar un libro, New Age. El desafío (Editorial Stella Maris) que ha prologado el obispo de Ciudad Rodrigo, monseñor Raúl Berzosa. Religión en Libertad ha entrevistado al padre Gonzalo Len.

- ¿Por qué escribir sobre la New Age?
- Porque representa un gran reto para la Nueva Evangelización. Es un fenómeno muy difundido en la cultura, que transmite una visión de la realidad que es incompatible con la fe y que pretende ocupar el lugar de la fe en las personas. La razón para escribir es la de ayudar a que se conozca la New Age, que se comprenda su mensaje nocivo e inconsistente y que se vea su incompatibilidad con la fe de la Iglesia. 

- ¿Cómo se prepara un católico para enfrentarse a este veneno aparentemente inocuo? 
- Es difícil abarcar el universo informe qué es la New Age. Uno se puede perder fácilmente en algunas de sus ramas. Por eso recomiendo tratar de conocer sus aspectos más esenciales, su incompatibilidad con la fe y las nefastas consecuencias que puede tener en las personas. Y luego profundizar en alguna de sus prácticas o terapias, aquella que esté más presente en el propio ambiente (reiki, enneagrama, flores de Bach, etc.).

- En la actualidad, todas las modas fluyen con mucha rapidez, ¿no ha sucedido lo mismo con el New Age? ¿Realmente sigue teniendo vigencia en la actualidad?
- Sigue teniendo vigencia, sin duda. Es cierto que algunas formas de su mensaje han perdido actualidad. Por ejemplo, hoy no se habla tanto de la nueva era de acuario, del cambio epocal en torno al año 2000. Ya llevamos varios años del tercer milenio y no se ha dado ese gran cambio, supuestamente dictado por las estrellas. 

»Por eso el acento ya no está tan puesto en un cambio global sino más bien en el cambio personal, en una suerte de nueva era individual.
Otra consideración es que normalmente se conocen muchas expresiones de la New Age pero no necesariamente se les asocia al nombre New Age. Y esto podría llevar a pensar que la New Age es algo que ha quedado en el pasado. Sin embargo, cuando se comprende todo lo que está bajo el gran paraguas de la New Age, queda muy clara su vigencia. 

- En numerosas ocasiones, hay muchos aspectos del New Age que han entrado en nuestras vidas, que los vemos y no percibimos nada malo en ello. Somos capaces de reconocer que hay elementos de New Age en películas como Avatar, calificamos de New Age la música de Enya, ¿tan peligroso es el New Age?
- Sin duda es peligroso, como lo puede ser cualquier manifestación cultural que no sea auténticamente humana. Quizá el particular peligro de la New Age es que se presenta con un mensaje -vamos a decirlo así- dulce, suave y luminoso. No presenta su mensaje con firmeza ni plantea críticas despiadadas que a uno lo podrían prevenir. 

»Y sin embargo sí tiene un mensaje fuerte y que implica un radical cuestionamiento a la fe de la Iglesia. La New Age es muy nociva porque muy sutilmente va afectando la mirada de la fe. Un buen ejemplo de esto es la película Avatar: ha cautivado a millones de personas (es la más taquillera de todo la historia) y ha transmitido la ideología New Age con mucha inteligencia. No creo haber visto una expresión de gran alcance tan claramente New Age como lo es esta película.



- ¿Puede un católico compaginar su vida de fe cristiana, con algunas prácticas relacionadas con el New Age? En muchos centros médicos, en empresas, se practica reiki, meditación trascendental, yoga… ¿Realmente afecta a la fe católica?
- Definitivamente el mensaje de la New Age no es compatible con la vida cristiana. Y por ello es importante considerar que las diversas prácticas de la New Age traen consigo unas ideas que normalmente no se hacen explícitas pero que por ello no es que dejen de influenciar negativamente. No son recomendables las terapias New Age.

- New Age y desafío. ¿Es realmente un desafío para el cristiano, o es simplemente una creencia más dentro del supermercado de creencias que ofrece la sociedad actual?
- No veo la New Age como una creencia, entre otras. La New Age tiene como una característica central la de ser un gran supermercado de creencias y terapias. Es cierto que hoy en día hay muchas creencias que no son New Age, pero se presentan como algo muy específico y determinado. 

»En el caso de la New Age, y ese es uno de los grandes desafíos, se está ante una grandísima oferta de creencias y terapias --en no pocos casos contradictorias-- para escoger al gusto del cliente. El centro está en la persona y eso es tentador. No ofrece un ideal trascendente que eleve y engrandezca a la persona sino ofrece sus productos para que la persona los escoja según su medida. El punto de partida es el yo y el punto de llegada es el mismo (empequeñecido) yo.



- Chesterton afirmó en una ocasión: “Cuando se deja de creer en Dios, enseguida se cree en cualquier cosa”. ¿Es eso lo que sucede con el New Age?
- Incluso se puede decir: el problema de nuestro tiempo no es que la gente no crea nada sino que se lo cree todo. Y esto no solo le sucede al que no cree o al que cree vagamente. También le puede suceder a cualquier cristiano que deja de cultivar con esmero la vida de fe. 

»La vida cristiana es un camino que hay que recorrer cada día. Cuando no se avanza, se retrocede. 
En este sentido, la fe debe ser integral, es decir, vivirse a nivel de la mente, del corazón y de las obras. Ni pura doctrina, ni puro sentimiento, ni pura acción. Las tres dimensiones integradas.

- ¿A qué se debe esa urgencia de creer en algo?
- Porque la persona es un ser teologal, tiene hambre de Dios, nostalgia de infinito. Sea consciente o no, busca a Dios, y busca ser salvado. En el corazón humano hay, por decirlo así, un centro: o allí está Dios o allí esta algo o alguien que no es Dios pero ocupando el lugar de Dios. Y las consecuencias no son las mismas.



- ¿El New Age es un reflejo de nuestro tiempo o una respuesta al mismo?
- La New Age se presenta como respuesta a los males de nuestro tiempo y sin embargo no es sino una manifestación de esos males. Se presenta como una respuesta al alimento podrido de la Modernidad pero en realidad no es sino su postre. En ningún momento logra salir de aquello que critica. Su gran respuesta alternativa lejos de saciar el corazón lo termina embotando.

»¿Por qué? En resumen podríamos decir que su propuesta de reconciliar al hombre con Dios, consigo mismo y con la creación (de abrir a la persona a la trascendencia y de integrar lo que aparece fragmentado), la resuelve desapareciendo las relaciones en una suerte de disolución-identificación de la persona en dios-naturaleza. Todo se queda acá abajo, en uno mismo, en la "experiencia". No hay trascendencia, no hay renovación de las relaciones, no hay integración de la realidad. No sale de aquello que critica.

miércoles, 9 de abril de 2014

Las palabras críticas del Papa Francisco sobre la Nueva Era (New Age)


por Luis Santamaría 
En los primeros tres meses de su pontificado, el papa Francisco se refirió varias veces a la New Age, esa corriente a la que llamó “panteísta”, tal como recoge la agencia AICA. El 20 de junio fustigó en una homilía al “dios cósmico” de la “moda politeísta”, que llega con “la cultura light”. “Ni Jesús hubiera creído en el dios New Age” de hoy, dijo. “La oración no es magia”, remató. El doctor Roberto Bosca, autor del libro New Age, la utopía religiosa de fin de siglo, explicó a Claudia Peiró, periodista de Infobae, por qué este “autismo espiritual” es contrario a la doctrina cristiana.
No es la primera vez que Francisco se refiere al tema. Ya lo había hecho en la reunión con un grupo de religiosos chilenos, que trascendió por su referencia a un “lobby gay” en el Vaticano. Es evidente además que busca retomar la iniciativa para frenar el avance de estas corrientes. En este marco, el 16 de mayo tuvo lugar en la Casa Santa Marta, precisamente donde reside el Papa, un encuentro de expertos sobre los Nuevos Movimientos Religiosos, convocado por el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso. En el centro de las preocupaciones estuvieron el neopentecostalismo y la New Age, entre otros.
Todavía no se conocen las conclusiones de esta reunión, pero es evidente la preocupación del pontífice por afirmar las verdades del Evangelio y de la doctrina católica de modo claro y discernible para poner límite a ciertos sincretismos que se filtraron incluso en algunos ámbitos católicos y a los que considera más peligrosos que una secta de contornos definidos. 

Una corriente difusa de espiritualidad
“No se puede definir a la New Age como una religión, sino como una corriente de espiritualidad, difusa y bastante inaprehensible porque toma elementos heterogéneos de diferentes lugares; es como una constelación, y de ahí la dificultad de identificarla”, dijo Roberto Bosca, que es profesor de la Universidad Austral.
“Además -agregó-, la New Age no necesariamente se presenta como tal: adopta distintas formas y nombres, por ejemplo, la revista “Uno mismo” es una de las más importantes de esta corriente y la mayor proporción de elementos de New Age no está en los libros o revistas específicos sino fuera de ellos, podríamos encontrar en cualquier publicación contenidos New Age”.
- ¿Cómo se explica la expansión y persistencia de este fenómeno?
- Cuando publiqué mi libro, yo decía que la New Age era una moda cultural, entonces me preguntaban: ¿esto va a pasar? Y yo respondía que las modas culturales no son de una temporada para la otra como las de la ropa. Sino que pueden durar años y hasta décadas. Son procesos muy largos. Hemos visto cómo un fenómeno, que fue creciendo desde los años 60, sobre todo en círculos intelectuales y expandiéndose en los 80 en los Estados Unidos, hacia fines de los 90 ya se había difundido a toda la sociedad y lo que vi en los últimos años es que dejó de ser un asunto de pequeños núcleos para ser ahora un patrimonio, por llamarlo de algún modo, de toda la sociedad. Lo que antes era cosa de algunos intelectuales, ahora está en la góndola de los supermercados. Y la gente lo compra como lo más natural.
- ¿Sin saber de qué se trata?
- Me pasó una vez, dando una charla, que cuando terminé de explicar qué era la New Age, unas chicas me dijeron: “yo soy así”, “lo que usted está explicando es cómo soy yo”. Y no tenían la menor idea de lo que era la New Age. Pero la respiraban porque es algo vaporoso, que uno no percibe pero que se respira en la cultura, porque la New Age recoge elementos de culturas ajenas a ella y los integra. La autoayuda, por ejemplo, es un elemento que existe independientemente de la New Age pero ésta la toma y le da una forma de espiritualidad, una forma de entender al hombre y su relación con el mundo.
En referencia a la infiltración de esta corriente en la propia Iglesia Católica, el Papa comentó hace poco que había sabido de una superiora que alentaba a las hermanas de su congregación a no rezar en la mañana, sino a darse un baño espiritual en el cosmos…
Y en una librería católica yo podría señalar los libros New Age que están allí expuestos, y que algunos curas y monjas y catequistas usan encantados. En algunos casos hasta hay retiros espirituales imbuidos de esos elementos. Una vez en una clase definí la misa como sacrificio y dije que no es una fiesta aunque tenga un aspecto de celebración. Y al rato una estudiante me pide aclaración diciéndome que era catequista y que enseñaba eso a los niños. Y así te podría dar muchos ejemplos de influencia new age en la catequesis.
- ¿Hay también sincretismo?
- Sí, hoy sucede que hay personas que van a la iglesia católica pero también participan de ritos umbanda o creen en la reencarnación. Massimo Introvigne, un experto en estos temas, habla de una doppia pertenenza, una doble pertenencia: uno no tiene que dejar de ser católico para ser budista, por ejemplo.
- Pero la Iglesia no lo permite…
- No, claro que no, pero actualmente estamos viviendo una cultura que es la de la posmodernidad, sincretista, y eso que hace unos años era impensable, hoy es bastante frecuente. Se da el caso de que personas que se enamoran de la doctrina budista no sienten que deban dejar de ser católicos por eso. La Iglesia no acepta eso, no se puede ser panteísta y católico al mismo tiempo, pero en la cultura posmoderna caben los círculos cuadrados o sea que la mentalidad actual no tiene ese principio de no contradicción, vuelve conciliable lo contradictorio. 

El autismo espiritual
-¿La New Age es una exaltación del individualismo?
- Sí, una de las características de esta corriente que menciono en mi libro es el subjetivismo, yo lo definía como un autismo espiritual, la New Age la espiritualidad del hombre light, recoge lo que ya está, puede decirse que es la principal religión porque recoge la sensibilidad que está en la mentalidad del hombre y la mujer contemporáneos, la expresa religiosamente, por eso encaja tan bien.
- ¿Qué falla en la Iglesia para que esto penetre tan fácilmente?
- Bueno, viene un poco del período posconciliar [por el Concilio Vaticano II], ahí empezaron a aparecer estas cosas y, pese a que en los últimos pontificados, con Juan Pablo II y Benedicto XVI, hubo esfuerzos por enderezar las cosas y en algunos casos se hicieron las cosas muy bien, quedó mucho de eso. Hay un documento vaticano sobre este tema, Jesucristo, portador de agua viva. Una reflexión cristiana sobre la New Age, en cuya redacción participó Benedicto incluso antes de ser Papa, en 2003, que es muy bueno y muy completo. Pero cuando el jardín no está bien cultivado, crece cualquier yuyo.
- ¿Es optimista sobre lo que pueda hacer Francisco?
- Veo este pontificado con enorme optimismo, va a tener una serie de consecuencias muy importantes para la Iglesia, para el mundo y para la Argentina también. 

Hay de todo en el supermercado de la fe
En la New Age se encuentra de todo: espiritismo, reencarnación, astrología, eros tántrico, medicina alternativa, macrobiótica, yoga, umbanda, Tarot, budismo Zen, ovnis, karma, cábala, etc. Su difusión es facilitada por la expansión de la red global, que permite un vínculo virtual y light entre grupos con preocupaciones y temas comunes.
Es evidente que existe una búsqueda de respuestas a inquietudes trascendentales que, en algún momento, las iglesias tradicionales dejaron de dar. En palabras de Roberto Bosca, “los conversos de la New Age parecen preocupados por la búsqueda de lo sagrado, una búsqueda abandonada por una teología primariamente preocupada por los problemas seculares, con un cierto descuido por la vida litúrgica y la oración, lo que ha dado lugar a una búsqueda en otras fuentes”.
En cierto modo, lo que el papa Francisco dice es que las respuestas a esa búsqueda están en la doctrina católica, pero, para decirlo, no hace concesiones doctrinarias a la moda neopanteísta, como se han visto tentados a hacer algunos dentro de la propia Iglesia.
Pero no todos se dejan confundir: las declaraciones del músico Bono sobre su fe y su convencimiento de que la llegada de Jesús pone fin a un mundo regido por el karma están en la línea exacta de lo que el papa Francisco quiere afirmar cuando dice que quienes adhieren a estas modas “se saltan la Encarnación”, es decir, Dios hecho hombre. El llamado papal a ir a las periferias geográficas y existenciales del mundo, está en las antípodas de la autocontemplación de moda. 

El documento vaticano contra el nuevo gnosticismo
Publicado en el año 2003, es un texto que busca alertar sobre el “narcisismo espiritual” mediante “una presentación buena y profunda del mensaje cristiano”. El objetivo es destacar los puntos en los cuales esta espiritualidad contrasta con la fe católica. Estas corrientes surgen en un mundo en el cual “muchas personas oscilan entre certeza e incerteza” y “miran dentro de sí mismas en búsqueda de sentido y de fuerza”, volviéndose “incluso hacia instituciones alternativas, en la esperanza de que puedan satisfacer sus necesidades más profundas”. La New Age resulta “atrayente sobre todo porque mucho de lo que ofrece satisface aspiraciones, frecuentemente no satisfechas por las instituciones oficiales”, admite el documento.
Los elementos de este movimiento “están perfectamente en sintonía con los modelos de consumo de sociedades en las cuales la diversión y el ocio tienen tanta importancia”. El documento considera a esta corriente más engañosa y preocupante que todas las demás sectas, porque no está realmente organizada para hacer proselitistas y permite por lo tanto a muchos creer que es posible mezclarlo con el cristianismo.
Al presentar el documento, en enero de 2003, el cardenal Paul Poupard daba un ejemplo: “La fe en la resurrección de los muertos es sustituida por la ‘fantaciencia’, con el contacto con los seres queridos desaparecidos y la existencia de una vida suspendida entre cielo y tierra”. “Es un fenómeno típico de la cultura posmoderna, basada en el pensamiento débil, el relativismo ético y el consumismo”, agregó.
El Vaticano subrayaba en aquel entonces la dificultad para combatir la New Age, por no ser ésta ni una religión ni una verdadera filosofía, sino más bien un “conjunto de creencias y prácticas místico-esotéricas” que se presenta como un “ancla de salvación para todos los insatisfechos y desilusionados que denuncian la crisis ecológica, la crisis de la ciencia y la del racionalismo deshumanizante del mundo occidental”.

El vicario general de la diócesis de Menorca recuerda que no se puede ser masón y católico


Durante el día de hoy, con motivo de la publicación en el Diario Menorca de una  información sobre la rehabilitación de un edificio de Mahón para convertirse en logia masónica (cf. P. 32), se han recibido varias consultas en esta Curia diocesana sobre la  posición actual de la Iglesia ante la Masonería, que dan origen al presente comunicado: 

1) El día 28 de abril de 1980, la Conferencia Episcopal Alemana publicó un  dictamen que concluye así: “Puede decirse que en la masonería, a causa de las  persecuciones que ha sufrido durante el periodo nacional-socialista, han tenido  lugar cambios en el sentido de una mayor apertura hacia los demás grupos  sociales; pero en su mentalidad, en sus convicciones fundamentales y en sus  trabajos en las logias, ha permanecido absolutamente idéntica. Las objeciones  que se han estudiado comprometen las bases de la existencia cristiana. 

Investigaciones exhaustivas en los rituales y en la mentalidad masónica hacen  evidente que la actual pertenencia a la Iglesia católica y a la masonería son incompatibles”. 

2) Después de la promulgación del nuevo Código de Derecho Canónico algunos  afirmaron que la Iglesia permitía a los católicos la inscripción en logias, puesto  que en los cánones no se cita prohibición expresa de la adscripción a la  masonería. Como clarificación ante esta manera de pensar, la Congregación para  la Doctrina de la Fe se ha visto obligada a intervenir en dos ocasiones, el 27 de  noviembre de 1983, con una Declaración sobre asociaciones masónicas,  aprobada por el entontes Papa Juan Pablo II, y el 20 de febrero de 1985, a través  de un escrito del entonces Cardenal Ratzinger, publicado en L’Observatore  Romano, recordando ambos documentos que subsiste inmutable la sentencia  negativa de la Iglesia sobre las asociaciones masónicas, porque los principios de  ellas siempre se han considerado inconciliables con la doctrina de la Iglesia y por tanto la inscripción en ellas permanece prohibida por la Iglesia. 

3) A pesar de la diversidad que puede existir entre las obediencias masónicas, en  particular acerca de su actitud declarada sobre la Iglesia, se encuentran en todas ellas varios principios comunes que requieren idéntica valoración, tal y como se ha expresado en las referencias anteriores. 

4) Las autoridades eclesiásticas locales no pueden pronunciarse sobre la naturaleza  de las asociaciones masónicas con un juicio que implique una derogación de lo  que ha sido establecido en la Declaración citada de 17 de febrero de 1981. 
 (extraído de: aleteia.org)