Páginas

domingo, 1 de noviembre de 2020

Madre e hija víctimas de la secta Nxivm: “hemos pasado una pesadilla juntas”.

 

FUENTE: Vanity Fair


India Oxenberg no estaba preparada para lo que encontró en un pendrive. Era el verano de 2018 e India acababa de regresar a la casa de Malibú de su madre, la actriz de “Dinastía” Catherine Oxenberg, después de pasar siete años en Nxivm, un supuesto grupo de autoayuda fundado en la década de los noventa por Keith Raniere. Así comienza el reportaje que ha publicado la revista Vanity Fair, firmado por Julie Miller.


 


Aunque Raniere había sido arrestado meses antes, y los terribles detalles de la secta Nxivm y el subgrupo secreto donde se mantenían relaciones sexuales entre “esclava-maestro” llamado “DOS” habían sido reportados por medios como The New York Times y Vanity Fair, la joven de 27 años aún creía en aquello que Raniere y su cómplice Allison Mack le habían dicho: ese grupo DOS, con el que Oxenberg se había comprometido, era su único camino hacia la iluminación total; que la marca cauterizada toscamente en su región pélvica era un símbolo latino de los elementos; que su dieta de privaciones extremas, que le hacía perder el cabello y no menstruar, era un medio necesario para demostrar su fuerza y autocontrol; y que las sesiones de sexo oral a las que Raniere la había sometido no eran para su satisfacción, sino una forma para que ella resolviera los problemas de intimidad que le dijeron que tenía.


 


India todavía estaba tan persuadida por la organización a la que se había unido a los 19 años que, cuando fue interrogada por el FBI en 2018 tras el arresto de Raniere, negó que hubiera sucedido algo negativo o abuso sexual dentro de Nxivm. Ella tampoco mentía: “Eso es lo que yo creía”, explicó más tarde. Después de que arrestaron a Mack, India incluso aceptó recoger y embalar todos los bienes de Mack y almacenarlos. Algunos de los artículos de Mack (joyas, un diario y una caja de memorias USB) parecían demasiado personales para dejarlos en un trastero. Así que India guardó los artículos en una bolsa y se los llevó.


 


Seis meses más tarde, de vuelta en Malibú, India recordó que tenía esa bolsa y decidió ver lo que había en los pen drive. “Ese fue un gran momento para mí”, cuenta India a Vanity Fair. “Cuando escuché lo que guardaban esos USB, no pude volver a pensar de la forma en que lo había hecho… Antes de eso, hubo varios puntos de inflexión. Pero ese fue el más importante”.


 


Las unidades de memoria contenían audios de Raniere planeando los detalles más oscuros de DOS. En una grabación se podía escuchar a Raniere describiendo que quería grabar a fuego sus iniciales en la zona pélvica de las atractivas jóvenes que había elegido para su harén. En otro fragmento de audio, Raniere instruía a los “maestros” de DOS sobre cómo hacer que pareciera que las mujeres, a quienes él especificó que debían estar desnudas durante su ceremonia de iniciación, “querían” ser marcadas, aunque el dolor, sin anestesia, era tan abrasador que algunas participantes tuvieran que ser retenidas físicamente.


 


Su madre y otros exmiembros de Nxivm le habían dicho a India que Raniere era la fuerza oscura y deliberada detrás de DOS. Pero esas afirmaciones eran tan diferentes de lo que le habían enseñado que se sintió atrapada en un torbellino de opiniones contradictorias. Al menos hasta que escuchó salir las palabras de la propia boca de Raniere en esos pendrive. Poco después de este descubrimiento, India comenzó a llamar a gritos a su madre. “Que ella escuchara a Keith decir las cosas que él hizo en términos de diseño, todas las mentiras y el engaño, fue poderoso”, asegura Catherine a Vanity Fair en una entrevista aparte. “Estoy pensando, 'está bien, idiota, acabas de admitir todo lo que dijiste que no tenía nada que ver”.


 


“¿Estás lista para ir al FBI?”, le preguntó Catherine a su hija. “Sí”, respondió India. Catherine había pasado años en una cruzada infernal para salvar a su hija de las garras de Nxivm: organizando intervenciones, suplicando a las autoridades, contando a la prensa sobre el vientre criminal de Nxivm, asesorándose con expertos legales e incluso escribiendo un libro desgarrador apelando a India.


 


Mientras Catherine luchaba para que su hija viera la luz, también se preparó para ese día, organizando un grupo de apoyo que incluía un equipo legal, un desprogramador y algunos contactos del FBI. “Tenía todos sus números”, afirma Catherine sobre los agentes del FBI. “Entonces le dije: '¿Con quién quieres hablar, Big Mike o Little Mike?'. India respondió: 'Big Mike', y lo llamó de inmediato”. “Fue el momento por el que había estado rezando”, asegura Catherine.


 


“Es como un jodido drama de Shakespeare”, comenta India a Vanity Fair en una de sus primeras entrevistas, recordando su experiencia en Nxivm. “Es tan trágico”. Sin embargo, la profundidad del amor de su madre, como se demostró en la batalla pública de esta contra el grupo, es “al mismo tiempo tan hermosa”. “Puedo verlo así ahora”, afirma India después de aproximadamente dos años de terapia intensa y desprogramación.


 


India reconoce que su madre y ella han sanado la relación que Raniere y su cohorte de Nxivm cortaron a sabiendas para aislar a India, un recluta de alto valor con lazos de Hollywood y un linaje real, de su principal red de apoyo. “No entendía que puedan existir personas que intentan destruir el amor, las relaciones y la familia. Impediré con todas mis fuerzas que eso vuelva a suceder y seré mucho más cauta con las personas, estaré más alerta y vigilante”, sentencia la actriz de Dinastía.


 


Catherine siente una empatía infinita por la terrible experiencia que vivió su hija. “La gente dice: 'Bueno, nunca seré captada por una secta'. Pero, francamente, la dinámica es muy similar a una relación controladora y abusiva”, dice. “Y Keith no sólo era un líder de una secta, era un depredador sexual. Miras lo que hizo R. Kelly... miras a Epstein... El sistema que diseñaron para poder tener acceso a las mujeres es el mismo. Tenían ejecutores, personas que desarrollaron confianza con las jóvenes. Cuanto más esclarecemos este tipo de comportamiento depredador y lo expongamos, más seguro será para las chicas”.


 


Catherine ha sido la portavoz de su hija durante los últimos dos años, mientras que India se ha concentrado en sanar. Pero este octubre India ha hablado por primera vez frente a una pantalla, compartiendo detalles íntimos sobre su experiencia, como lo del pendrive, en una miniserie documental llamada “Seduced”, disponible en la plataforma de streaming Starz. La serie, de la que India fue productora ejecutiva junto con las cineastas Cecilia Peck e Inbal B. Lessner, le ha permitido explicar cómo ella, cuando tenía 19 años y buscaba darle sentido a su vida, se enamoró de la organización que Raniere presentó como un programa de superación personal, junto con otros 17.000 miembros estimados. La madre y la abuela de India, la princesa Isabel de Yugoslavia, también aparecen ante la cámara para revivir la historia desde sus perspectivas, con expertos legales y psicológicos explicando los aspectos que desvelan cómo un depredador como Raniere podría ser tan prolífico en su engaño.


 


India espera que Seduced pueda dar a la audiencia un retrato más tridimensional de ella que los titulares de los medios que la descartan como “chica de una secta” o “esclava sexual”. “Si realmente me conocieras y si te sentaras y hablaras conmigo, te darías cuenta de que no soy solo ese eslogan unidimensional”, nos dice India en una entrevista por Zoom desde la soleada sala de estar de la casa de su madre en Brentwood. “Hay un humano ahí”.


 


La cruzada entre bastidores de Catherine para salvar a su hija fue documentada recientemente en la serie de HBO “The Vow”. Existen numerosas diferencias entre estos dos proyectos. “‘Seduced’ continúa donde termina ‘The Vow’”, explica Catherine, aliviada de finalmente dar un paso atrás después de librar una batalla pública tan agotadora, cuyas fracturas aún está tratando de reparar la familia. “Seré feliz cuando todo esto quede en el pasado e India pueda seguir adelante con su vida. Estoy deseando que ella pueda contar su propia historia. Ya es hora”.


 


Recuperar su narrativa es solo parte del extenso viaje de sanación de India, que también se transformó físicamente: redescubrió su amor por la comida tras pasar años en las exigentes dietas de DOS y comenzó a boxear. “¡Me he vuelto fuerte! De hecho, tengo músculos de los que estoy muy orgullosa “, comenta India. “Hay algo en el boxeo que pone en stand by tu mente y te permite confiar en tu cuerpo... Y yo lo necesito. Necesitaba recuperar esa confianza en mi cuerpo y en mis pensamientos. Y también quería volverme fuerte de nuevo, sentirme físicamente capaz de protegerme”.


 


En lugar de trabajar con un cirujano plástico para eliminar parcialmente su marca, un proceso que habría llevado un año y que no habría restaurado la pigmentación de su piel de todos modos, India decidió tomar un camino diferente. “Diseñé un tatuaje en torno a la cicatriz”, explica. “Es esta forma de mandala y un mal de ojo apuntando hacia afuera. Alrededor, dice 'en quora en para', que significa 'todavía estoy aprendiendo'. Deseo recuperar esa parte de mi cuerpo y no tener que leer las iniciales de Keith cuando estoy desnuda. Veo algo que quiero, que me he tatuado yo”.


 


Durante la cuarentena India escribió un libro sobre sus experiencias que tituló Still Learning y que pronto se podrá escuchar en Audible, el servicio de audiolibros y podcasts de Amazon. “Seduced”, que se estrenó el 18 de octubre, se transmite por Starz mientras se espera otro hito importante en el desenlace de esta historia: la sentencia de Raniere el 27 de octubre (véase primera noticia de este boletín), donde India planea entregar una declaración en la misma sala del tribunal que juzga su abusador. “Quiero tener esa última oportunidad de leerle mi texto allí en la sala”, dice India. “Tengo miedo de hacerlo, pero siento que lo necesito”. El único castigo apropiado, en su opinión, es la cadena perpetua. “No considero que sea capaz de repararse a sí mismo. Es alguien que representa un peligro para la sociedad. Y si lo dejan salir, creo que hará exactamente lo mismo que siempre ha hecho”.


 


India es un encanto de persona durante nuestra entrevista por Zoom: cálida, elocuente y la primera en bromear sobre su pasado. Cuando le preguntamos si consideraba tener citas en línea después de su experiencia en Nxivm, responde: “Si alguien me hubiera buscado en Google en ese momento, se habría escabullido en otra dirección: 'No, gracias”. Sin duda, su sentido del humor también la ha ayudado a recuperarse. “Para estar de acuerdo con este tipo de cosas, debes tener cierto sentido del humor o de lo contrario simplemente te enterrará”, afirma.


 


India también habla con franqueza sobre cómo ha estado trabajando los problemas de intimidad que aún sufre. Durante sus años en DOS dijo que no sentía conectada con sus sentimientos, pensamientos y deseos. “Creí que era totalmente asexual, cuando en realidad sólo estaba siendo abusada y no experimentaba ningún tipo de deseo sexual o interés hacia hombres o mujeres. Tuve que reconstruir eso”. Afirma que después de Nxivm tuvo algunas relaciones con muchachos, “pero sólo con la intención de probar”.


 


Se resistió a tener citas por un tiempo, hasta que en Nueva York –donde ella dirigía un restaurante– conoció a Patrick, un ayudante de cocina de otro local. “En ese momento estaba tratando de evitar a los hombres por completo”, comenta. “Me habían decepcionado muchísimo... Así que lo rechacé”. Pero se relajó un poco cuando se dio cuenta de que él quería conocer a la verdadera India, no al personaje sobre el que había leído en las noticias. “Él estaba al tanto de la historia y de mí, pero jamás lo mencionó”, cuenta India. “Cada vez que me hacía preguntas, era sin juzgar. Quería saber de mí, la razón… Y yo lo apreciaba y lo necesitaba, porque antes sentía que todos interactuaban con la 'chica de la secta' y no con India”.


 


India todavía está aprendiendo a llevar su relación con Patrick, quien ahora es su prometido, a medida que surgen nuevos problemas relacionados con Nxivm: recuerdos reprimidos que aparecen inesperadamente y de forma aleatoria o bloqueos en la intimidad. “Aún me resisto a algunas cosas, incluso con mi prometido, con quien me siento totalmente segura”, afirma. “No quiero que me mire en ciertos lugares o cosas así. Me pregunto: '¿Por qué todavía me pasa esto?'. Pero se debe a todo lo que experimenté. Lo sé conscientemente, pero no es divertido tener esos problemas residuales”.


 


En estos días India se relaciona con un círculo íntimo y seguro que incluye a Patrick, a Catherine, a sus dos hermanas, sus gatos (llamados Beans y Rice) y a un puñado de mejores amigos, algunos de los cuales conoció en Nxivm. (India no tiene contacto con algunas amistades que aún están dentro de la organización). Y, por primera vez en mucho tiempo, también ve un futuro para sí misma. “Me encantaría seguir escribiendo y haciendo un trabajo como este”, dice en referencia a la serie de Starz. “Aprendí mucho siendo productora ejecutiva y trabajando con otras mujeres: me revitalizó por completo”. No le interesa la fama y prefiere centrarse en los medios “que importan”, como documentales sobre temas de mujeres, grupos de alto control, coacción u otros temas delicados. “Siento que si hay algo que puedes hacer para curarte es tomar tu dolor y convertirlo en algo positivo”. También quiere formar su propia familia: “Estoy planeando casarme y me encantaría tener hijos”.


 


Catherine está encantada de ver el regreso de su cálida y amorosa hija. Cuando India fue reclutada, le dijo a su madre que no quería tener hijos. “Cerraron tu centro emocional y tu capacidad de amar en este culto”, le explicó Catherine. “Supe que se estaba recuperando cuando me comentó: ‘Creo que quiero tener un gatito’. Ahora está abierta a la idea de tener bebés... Me encantará ser abuela. Estoy muy feliz de que quiera ser madre. Me encantaría que tuviera hijos”.


 


Tras echar la vista atrás y revisar la experiencia vivida por India, Catherine dice: “Hemos pasado juntas una pesadilla absolutamente horrible y las dos somos más fuertes por ello. Ambas hemos encontrado una fortaleza interior que, sin haber pasado por esto, no habríamos sabido que teníamos... Eso es un regalo. Y el otro regalo es que no creo que vuelva a dar por sentada la relación que tengo con mis hijos”. India, por su parte, “sólo espera ser una buena madre”. Deja escapar una carcajada: “Pero, Dios mío, si algún día tengo una hija… Creo que sería una experiencia kármica muy interesante para mí tener una hija, sentir un poco de lo que mi madre ha experimentado tres veces”.


 


No hay comentarios:

Publicar un comentario